SACAR BELLEZA DE LA OSCURIDAD – Almudena Colorado

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Almudena Colorado

almucoles74@hotmail.com

SESIÓN 1. EL DIARIO DE LA GRATITUD EN LA SOMBRA

Objetivo

Ayudar a los jóvenes a reconocer y validar sus emociones difíciles (tristeza, ansiedad, frustración) y a encontrar pequeños destellos de luz o gratitud en medio de ellas, sin negar el dolor.

Fundamentación

Este ejercicio se inspira en la psicología positiva y la resiliencia, que postulan que la gratitud puede mejorar el bienestar emocional. Sin embargo, en lugar de una «gratitud tóxica» que ignora el dolor, este diario lo integra, siguiendo el modelo de los salmos de lamentación, donde el salmista expresa su dolor a Dios antes de recordar su fidelidad.

Metodología

  1. Introducción (10 minutos). Comenzar la sesión con una breve reflexión sobre los Salmos. Leer juntos el salmo 13 (12) —una lamentación— y el salmo 30 (29) —un salmo de acción de gracias—. Subrayar cómo el salmista no oculta su dolor («¿Hasta cuándo, Señor, me olvidarás por completo?»), sino que lo presenta a Dios, para luego recordar su bondad.
  2. Actividad principal (20 minutos). Entregar a cada joven una hoja de papel. Pedirles que dividan la página en dos columnas.
    • Columna izquierda: las cargas de hoy. Invitarles a escribir las emociones, preocupaciones o cargas que llevan ese día (por ejemplo: ansiedad por un examen, tristeza por una amistad, presión de mis padres…).
    • Columna derecha. los destellos de luz. Pedirles que, sin negar la columna izquierda, identifiquen al menos tres destellos de luz en su día. Pueden ser cosas pequeñas (por ejemplo: la música que escuché viniendo de camino, la sonrisa de quien me atendió en aquella oficina, un mensaje de Whatsapp…). No tienen que ser grandes milagros.
  1. Cierre (15 minutos). Invitar a los jóvenes a compartir un destello de luz. Concluir con esta oración:

«Señor, hoy te damos gracias porque has transformado nuestras tristezas en alegría y nos has devuelto la esperanza. Cuando sentimos la oscuridad y nos preguntamos “¿hasta cuándo?”, Tú escuchaste nuestro clamor y nos llenaste de nueva fuerza. Por eso celebramos tu presencia, porque tu amor nos da vida y nos sostiene como comunidad.

Jesús, ponemos en tus manos las cargas que llevamos. Conoces nuestros cansancios, nuestras dudas y esas noches en que cuesta ver la luz. Te pedimos que camines con nosotros cuando atravesamos la sombra, y que nunca olvidemos que el dolor no dura siempre, porque contigo siempre amanece un día nuevo. Haz que sintamos tu cercanía y que confiemos en que tu favor nos acompaña hoy y cada día».

Y para terminar…

Este ejercicio es una invitación a la honestidad emocional. Rompe con la idea de que los creyentes deben estar siempre felices. La psicología nos enseña que la validación del dolor es el primer paso para su manejo. Al escribir las cargas, los jóvenes no solo las identifican, sino que también las exteriorizan, lo que reduce su poder abrumador. La columna de destellos de luz no busca anular esa carga, sino entrenar la mente para encontrar la esperanza, incluso en la oscuridad, una habilidad crucial para la resiliencia. Quizás también pueda ayudarte:

  • Texto bíblico. Leer salmo 88, un salmo de lamentación muy oscuro, donde el salmista no encuentra consuelo, pero lo expresa a Dios. Esto refuerza la idea de que es válido llevarle a Dios nuestra tristeza más profunda.
  • Música. El Grito de Ixcís. La letra dice: «He mirado la vida y no hay salida… Y mi grito ha traspasado las nubes». Esta canción valida la desesperanza y la transforma en una oración.
  • Vídeo. Un corto de animación como Inner Workings de Disney, que muestra la lucha interna entre la mente lógica y el corazón emocional. Puede servir para introducir el concepto de que nuestras emociones son complejas y, a menudo, contradictorias.

SESIÓN 2. EL TELAR DE LA COMUNIDAD

Objetivo

Fomentar la conexión entre los jóvenes, romper el aislamiento y validar la idea de que la fragilidad no es una carga, sino un hilo que, al unirse con otros, teje un tapiz de fortaleza comunitaria.

Fundamentación

Este recurso se basa en la psicología social y en la metáfora del cuerpo de Cristo (1 Corintios 12). La psicología social subraya que el sentido de pertenencia y apoyo social son factores protectores contra el sufrimiento mental. La teología de san Pablo nos recuerda que la comunidad se fortalece cuando sus miembros se conectan en sus fortalezas y debilidades.

Metodología

  1. Introducción (10 minutos). Reflexionar sobre la imagen del «cuerpo de Cristo». Leer 1 Corintios 12,22-26. Enfatizar la idea de que «los miembros que parecen más débiles son indispensables».
  2. Actividad principal (25 minutos). Sentarse en círculo. Entregar a cada joven un ovillo de lana. Uno de ellos comienza sosteniendo el extremo del hilo y se presenta a sí mismo, compartiendo algo que le gusta (una fortaleza) y algo que le cuesta o le preocupa (una fragilidad). Luego, lanza el ovillo a otro joven en el círculo, sin soltar su extremo. El segundo joven repite el proceso: se presenta, comparte una fortaleza y una fragilidad, y lanza el ovillo a otro.
  3. Reflexión (10 minutos). Cuando el ovillo ha pasado por la mayoría de los jóvenes, se habrá formado un «telar» de hilos entrecruzados. Preguntar: «¿qué ven?», «¿cómo se sienten al ver los hilos conectados?». Concluir subrayando que ese telar es la imagen de la comunidad: cada hilo es valioso y, al unirse, crea una red de apoyo que nadie puede tejer solo.
  4. Cierre (5 minutos). Guardar el «telar» como un recordatorio visual de que están conectados. Terminar con una oración de acción de gracias por la comunidad.

Recursos necesarios: varios ovillos de lana de diferentes colores, con nuevas preguntas. 

SESIÓN 3. RE-ESCRIBIENDO LA HISTORIA DE GETSEMANÍ

Objetivo

Usar la narrativa bíblica como un catalizador para que los jóvenes exploren sus propios miedos y ansiedades, y aprendan a entregarlos a Dios en un acto de fe.

Fundamentación

Este ejercicio se basa en la terapia narrativa, que ayuda a las personas a reinterpretar sus historias de vida, y en la teología de la oración de abandono. El pasaje de Getsemaní (Mateo 26,36-46) nos muestra a un Jesús que experimenta una profunda angustia. Su respuesta es un modelo: la oración de entrega, la búsqueda de compañía y la aceptación de la voluntad del Padre.

Metodología

  1. Introducción (10 minutos). Leer juntos el pasaje de Getsemaní (Mateo 26,36-46). Subrayar la humanidad de Jesús: «mi alma está profundamente triste, hasta el punto de morir». Enfatizar que Jesús no es ajeno al sufrimiento psicológico.
  2. Actividad principal (20 minutos). Entregar a cada joven una hoja de papel y un bolígrafo. Pedirles que escriban una carta a Jesús, imaginando que están en el «jardín de su propia vida», enfrentando su particular «copa de amargura». Pueden ser miedos futuros, angustias presentes, ansiedades persistentes. La carta debe empezar con una frase como: «Señor, en este Getsemaní de mi vida, mi copa es…».
  3. Escuchamos la canción En mi Getsemaní de Eduardo Meana (5 minutos) (https://youtu.be/vTDvcmtFKRs?si=lfdZZb5HXgWvDpmc)
  4. Ritual de entrega (10 minutos). Pedir a los jóvenes que, si lo desean, se pongan de pie con su carta doblada en la mano. Invitarles a caminar lentamente hacia un crucifijo o un icono de Jesús en oración en el jardín de Getsemaní (si tienes una imagen de gran tamaño, es ideal). A medida que se acercan, pedirles que repitan en voz baja la oración de Jesús: «Padre, si es posible, que pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú». Al llegar al crucifijo, cada uno coloca su carta al pie de la cruz o del icono, como un acto simbólico de entrega y abandono de su carga a Dios.
  5. Cierre (5 minutos). Finalizar con una oración comunitaria de entrega. La idea no es que el miedo desaparezca, sino que sea entregado. Puede ser esta:

Señor Jesús, en este momento nos presentamos ante ti con el peso de nuestras propias copas, con miedos, dudas y cargas que a veces nos agobian el alma.

Como en el jardín de Getsemaní, te pedimos que, si es posible, apartes de nosotros aquello que nos duele y nos pesa, pero también aprendemos a decir contigo: «No sea como nosotros queremos, sino como tú quieres».

Hoy entregamos en silencio nuestras cartas, nuestros temores y angustias, con la confianza de que no caminamos solos. Te pedimos que camines con nosotros en cada sombra y nos ilumines con tu paz.

Que encontremos en ti la fuerza para soltar lo que nos paraliza, la esperanza para mirar hacia adelante y la certeza de que tu amor nos sostiene siempre. Amén.

Recursos necesarios: hojas de papel, bolígrafos, una caja o cesto.

SESIÓN 4. LA MEDITACIÓN DE LA PALABRA: ANCLANDO MI MENTE

Objetivo

Introducir a los jóvenes a la práctica del mindfulness cristiano como una herramienta para calmar la mente ansiosa, anclándola en la presencia de Dios.

Fundamentación

Este recurso se inspira en el mindfulness (la terapia cognitiva basada en la atención plena – MBCT) y la práctica cristiana de la lectio divina. El mindfulness ayuda a centrar la atención en el momento presente, reduciendo la rumiación de pensamientos ansiosos sobre el futuro o el pasado. La teología cristiana nos invita a anclar nuestra mente en la Palabra de Dios, que es «luz para nuestro camino».

Al anclarse en la Palabra de Dios, los jóvenes aprenden a dirigir su atención lejos de los pensamientos intrusivos y hacia una verdad que les da paz. La repetición de la frase bíblica es como un ancla que les permite volver al presente, a la presencia de Dios, en momentos de tormenta mental.

Metodología

  1. Introducción (5 minutos). Explicar brevemente qué es el mindfulness y cómo se puede adaptar a la fe cristiana. No se trata de «vaciar la mente», sino de «llenarla de Dios» y de su Palabra.
  2. Actividad principal (25 minutos). Pedir a los jóvenes que se sienten (o se tumben) cómodamente, cierren los ojos y tomen tres respiraciones profundas (se podría hacer una relajación guiada).
    • Paso 1: la lectura. Leer lentamente un pasaje bíblico corto y consolador. Sugerencias: Salmo 23, Mateo 6,25-34 («No os preocupéis por el mañana»), Juan 14,27 («Mi paz les doy»).
    • Paso 2: la repetición. Elegir una frase corta del pasaje (por ejemplo, «nada me falta» del salmo 23; «Mi paz os doy», de Juan 14). Pedirles que repitan esa frase en su mente al ritmo de su respiración. Inhalan la primera parte de la frase («Mi paz…») y exhalan la segunda («…les doy»). Esta ancla mental ayuda a desviar los pensamientos rumiantes.
    • Paso 3: la contemplación. Invitar a los jóvenes a dejar resonar en su interior las palabras o la frase de la Escritura. No se trata de pensar sino de permanecer acogiendo lo que el Espíritu vaya ofreciendo.
  1. Cierre (5 minutos). Terminar la meditación con una oración en voz alta, dando gracias por la paz de Cristo y pidiendo que les ayude a recordar esa verdad en sus momentos de ansiedad. Puede ser esta:

Señor Jesús, te damos gracias por este momento de quietud y por habernos permitido encontrarnos contigo en la sencillez de nuestra respiración y la profundidad de tu Palabra.

Gracias por tu paz que supera todo lo que podemos comprender. Una paz que no está hecha de la ausencia de problemas, sino de la certeza de que Tú estás con nosotros en medio de ellos.

Te pedimos, Señor, que esta verdad no se quede solo en nuestra mente, sino que se arraigue en nuestro corazón. Que, en los momentos de ansiedad, cuando los pensamientos nos asalten y los miedos nos abrumen, el eco de tu voz resuene en lo más profundo de nuestro ser, recordándonos: «No temas, porque yo estoy contigo».

Ayúdanos a recordar que tu paz es un don que nos has dado, un ancla para nuestra alma en las tormentas de la vida. Que podamos volver a esta verdad una y otra vez, y que ella nos sostenga, nos calme y nos fortalezca. Amén.

Sugerencias de material complementario

  • Texto bíblico: Isaías 41,10. «No temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortalezco, sí, te ayudo, te sostengo con mi mano derecha victoriosa». Este versículo es un poderoso mantra para la meditación.
  • Música. Música instrumental o de meditación, como cantos gregorianos o música ambiental. No debe tener letra para no distraer la mente durante la meditación.