¿Y QUIÉN TE DIJO QUE OLVIDASES? RPJ 557Descarga aquí el artículo en PDF
Juan Carlos de la Riva
No sé vosotros, pero me va pasando cada vez más ver cómo nuestros jóvenes confunden el verbo olvidar con el verbo perdonar. Y, peor aún, cuando hacen una equiparación arriesgadísima entre no olvidar y vengarse, y odiar, o al menos cortar relaciones, retirar la palabra, matar para el adentro de uno mismo/a. Pues bien, en este número de la revista la propuesta será: porque te perdono, no te olvido, ni olvido lo que nos pasó, lo recuerdo muy bien, pero lo recuerdo con paz, porque ahí empezó algo nuevo.
El tema que nos ocupa está a caballo entre varias disciplinas: por un lado, la tan afamada inteligencia emocional, con todas sus derivaciones neurocientíficas; por otro, la teología de la misericordia; pero también la dinámica interpersonal y, cómo no, la política y sus conflictividades. El perdón es algo bastante recomendado entre psicólogos, agentes de pastoral e incluso entre políticos que tienen que salir adelante siempre haciendo alianzas.
Desde estas diversas áreas intentaremos abordar esta propuesta, que debe ser propuesta pastoral irrenunciable. Te cuento un poco lo que te vas a encontrar:
Con su reflexión La memoria del perdón, Dolores López Guzmán desmonta los bulos callejeros y construye estrategia de misericordia que consiste en recordar y nombrar, abrir un futuro nuevo, construir la paz con manos artesanas, y quizá pedirle a Dios la grandeza y valentía que él tiene con cada uno de nosotros para ensanchar su corazón y perdonarnos.
Margarita Saldaña nos acompaña también en este camino que no es ingenuo frente al daño perpetrado o sufrido, pero que es la única garantía del futuro de todos, en un viaje de ida y vuelta que comienza por el ser perdonado y se despliega en el perdón regalado. Se nos recomiendan para eso actitudes de corredor de fondo: conciencia del mal, valentía para reconocer el daño, resistencia para gestionar la culpa, humildad y paciencia para pedir perdón.
Xabi Askasibar nos remite al texto evangélico del hijo pródigo, lugar inevitable para internalizar este tema. Recordemos que la parábola surge en un contexto de conflicto entre Jesús y los fariseos, y entre los fariseos y los descartados de la sociedad y, según ellos, del favor de Dios.
Óscar Alonso nos acerca a la vertiente sacramental de este momentazo de sentirse perdonado y reconciliado con uno mismo, con los demás y con Dios, y nos propone incorporar a nuestra práctica pastoral este sacramento, diferenciado del acompañamiento espiritual y vehículo de sanación para tantos jóvenes necesitados de salud espiritual.
En este número os recomendaremos dos películas, las dos con fuerte componente social, pues el perdón no debe limitarse al ámbito de lo íntimo y relacional, sino que puede convertirse en propuesta de reconstrucción de la convivencia, posibilitando un futuro a aquellas situaciones que parecían enquistadas. Por eso, recordaremos a Maixabel, y sus entrevistas con el etarra que mató a su marido, y su posterior trayectoria en favor de la reconciliación en el País Vasco. La película fue ganadora de tres Goyas, pero el reconocimiento social a la verdadera Maixabel se extiende por toda nuestra geografía y más allá. Con ella hemos tenido la suerte de conversar para pedirle criterios, pautas, itinerarios para nuestros/as jóvenes.
La segunda película que comentaremos será la recién estrenada 1985 sobre el juicio civil que se hizo a los altos mandos del ejército y al propio Videla por los crímenes y desapariciones acaecidos durante su dictadura. Ricardo Darín borda un papel que hace honores a la figura del fiscal del estado Julio César Strassera. La reflexión nos la brinda Cristian Saint Germain desde la propia ciudad de Buenos Aires.
Y hay también propuesta artística y visual con Silvia Martínez Cano, convocando a los amigos y amigas a serlo más a través del perdón y música recomendada por David Santafé, como siempre.
También la oración se hace presente con reflexiones y propuestas de Fernando Donaire, de la Comunidad Monasterio de la Santísima Trinidad Suesa y de Fernando Arriero.
Y, como hemos dicho, el enfoque de la inteligencia emocional nos lo brindan desde Up to you con la colaboración de Pablo Romero.
Aunque hay muchas más cosas, destaco también la aportación del equipo Espera, descrito en un breve artículo por su promotor, el jesuita Manu Arrúe. Nos cuenta su trabajo con personas heridas, que necesitan una sanación desde dentro. Con herramientas muy humanas, pero inspiradas en Jesús, sin lugar a dudas, se acompañan procesos dolorosos en su proceso de restañar cicatrices. A él y a tantos artesanos del perdón y la paz, nuestro aplauso más sincero desde estas páginas.
Feliz perdón.
El tema que nos ocupa está a caballo entre varias disciplinas