Vivir… sonriendo o entristecido, erguido o cabizbajo, tranquilo o «a la que salta», en búsqueda o apoltronado… Muchos complementos para un mismo verbo: vivir. Esa es nuestra primera vocación, nuestra llamada más básica: ¡estamos llamados a la vida!
Desde la fe cristiana, esa llamada a la vida no es anónima ni casual. Tiene un principio en Alguien que nos ha pensado y nos ama desde nuestro mismo origen: Dios Padre. Y el que está en el inicio también estará en la meta, con un gran abrazo preparado. Es el Dios «amigo de la vida» (Sabiduría 11,26) que quiere acompañar nuestras rutas y llevarnos en brazos en los momentos difíciles. ¡Qué grande!
Las cosas verdaderamente importantes, ni se compran ni se venden. Podemos comprar regalos, pero no amigos. Podemos comprar medicinas, pero no la salud. La vida es una de esas cosas importantes que ni se compra ni se vende. Es regalo y tarea a la vez. Como los amigos, la familia, las propias capacidades, la fe… Así lo comprendió Abraham, el padre de los creyentes, cuando recibió la llamada de Dios: «El Señor dijo a Abraham: “Sal de tu tierra, y de tu patria, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré (…) Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te maldigan. Por ti se bendecirán todas las razas de la tierra”» (Génesis 12,1.3). Su vida, que había sido regalada, es ahora llamada a ponerse en camino, hacia una tierra nueva a la que Dios le quiere acompañar. Y todo ello con un objetivo: ser bendición para otros. ¿Qué mejor modo de triunfar en la vida?
Dios Padre nos ha dado el mayor regalo posible: una vida humana que se ensancha y se hace divina cuando vivimos desde Él, para los demás. Ese regalazo lo celebramos sacramentalmente en el Bautismo que, como todo sacramento, también es don y tarea: el Padre nos hace sus hijos, para que vivamos como hermanos. ¡Todo un plan!
#VocationChallenge: el reto de acoger la vida como un regalo, para regalarlo a los demás. Y en esta tarea, los agentes de pastoral tenemos mucho que ofrecer: lo que vivamos, eso transmitimos. La primera buena noticia que podemos ofrecer a los más jóvenes es la de vivir en gratuidad, poniendo música en nuestras circunstancias a este estribillo: la vida es el regalo para ser regalado.
#VocationChallenge: llamados a vivir. ¿Aceptas el reto?
- El #Tweet de Francisco: «Las palabras que Dios dirigió a Abraham (…) están dirigidas hoy también a ustedes: son las palabras de un Padre que los invita a “salir” para lanzarse hacia un futuro no conocido pero prometedor de seguras realizaciones, a cuyo encuentro Él mismo los acompaña» (Carta a los jóvenes, enero 2017).
Para preguntarME / Para preguntarNOS:
— «Lo que vivamos, eso transmitimos». Antes que nuestras palabras, está nuestra actitud ante la vida. Vivir sonriendo o entristecido, erguido o cabizbajo, tranquilo o «a la que salta», en búsqueda o apoltronado… El primer paso para avanzar es reconocer dónde estoy. ¿Cómo estás respondiendo, hoy, a la llamada a la vida?
— «La vida es el regalo para ser regalado». ¿Qué te sugiere esa frase? ¿Cómo podrías ser tú, regalo o bendición para los demás?
— «Sal de tu tierra… a la tierra que yo te mostraré». ¿Cómo resuenan en ti, hoy, estas palabras? ¿De dónde te invita Dios a salir? ¿Hacia dónde te puede encaminar?
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