El contexto venezolano se ha convertido en una tierra de misión, todos los que aquí trabajamos la pastoral y lo educativo tanto religiosos venezolanos, como extranjeros y laicos de todas las edades somos misioneros.
La situación precaria ha llevado a crear nuevas constantes en la labor evangelizadora y educativa: asistencia médica, atención alimentaria, empoderamiento de la mujer, nuevas formas de acceso a la educación en contextos golpeados por un sistema educativo quebrantado y una renovada creatividad para atender pastoralmente a niños y jóvenes.
Muchos sueñan con ir de misioneros al África, Asia y en un tercer lugar Latinoamérica, es más, algunas fundaciones dicen que ya Latinoamérica no es prioridad.
Es alarmante, porque Venezuela puede quedar desnuda sin la necesaria atención alimentaria para sus beneficiarios, voluntarios y colaboradores, una merma en la calidad educativa que ofrecen las Escuelas Pías en estas latitudes y una pastoral en riesgo con la migración constante.
Se puede acentuar la vulneración de derechos esenciales como el acceso a la educación de calidad, al agua, a la alimentación, a la sana recreación, al desarrollo integral de la persona y un mayor riesgo corren las niñas en ser vulneradas en estos derechos.
Cuando algunos quieren volver la mirada a otros horizontes, yo lanzo las siguientes preguntas: ¿Te atreverías a ir cómo misionero/a a Venezuela? ¿Qué tienes para aportar en la misión educativa o evangelizadora de la Escuela Pía Venezolana? ¿Cómo puedes colaborar desde dónde estás?
Venezuela es una nueva tierra de misión ¿Te atreves?
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Santi CasanovaSoy Santi. Encantado de que estés por aquí. Casado con Esther y padre de Álvaro, Inés y Juan. Vivo en Salamanca, aunque nací en A Coruña y viví en Madrid quince años preciosos. Esto de educar es una pasión. Mi vida se mueve en torno a ella. Por eso...