Una pastoral juvenil que acoja y acompañe la diversidad sexual. – Juan Carlos de la Riva

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Una pastoral juvenil que acoja y acompañe la diversidad sexual.

Juan Carlos de la Riva

rpjrevista@gmail.com

Este número de RPJ te llega con retraso respecto del calendario previsto (mediados de noviembre). Y acumula retraso porque le hemos dedicado más tiempo: tiempo de reflexión y de revisión, de escucha y diálogo, de consulta y de discernimiento.

Sabemos que tocamos un tema complejo, en el que a veces las posturas se enfrentan y polarizan. Sin embargo, sentimos desde los agentes de pastoral y desde los propios jóvenes un deseo de comenzar a hablar de este tema, de desentrañar qué supone acoger y acompañar pastoralmente a las personas con orientación homosexual u otras orientaciones diversas en su vivencia del género y la sexualidad.

El dato que el otro día nos expuso el sociólogo Juan Mari González Anleo en el curso de Animadores de Procesos de Pastoral con Jóvenes, está tomado de un estudio realizado a jóvenes en Estados Unidos sobre cómo ven a la Iglesia, y el resultado es contundente: la palabra más usada era homófoba; la segunda más usada era intolerante. Creo que si preguntásemos aquí, en nuestro contexto europeo, la respuesta no sería muy diferente.

De esta percepción juvenil acerca de la iglesia podemos extraer la necesidad de revisar y mejorar la actitud con la que la Iglesia acompaña a todas las personas, incluyendo el porcentaje importante de personas con orientación no heterosexual. Nuestro contexto cultural está viviendo una creciente sensibilización ante la demanda del colectivo LGTBI de ser aceptados y reconocidos en su diversidad. Dentro de este colectivo, son muchos los que se sienten cristianos y reivindican una mirada más benigna por parte de la Iglesia. 

RPJ quiere ser animación para el anuncio gozoso del Evangelio a todos los jóvenes, y no tanto una revista de teología dogmática o moral. Por eso, hemos pedido a los autores que se centren en la propuesta pastoral más que en el debate teológico o moral. Sin embargo, encontrarás en el artículo de Luis Manuel Suárez una exposición de lo que el magisterio de la iglesia ha ido diciendo en los últimos años, con el objeto de que sea conocida y entendida en su profundidad, sin lecturas parciales o manipuladas de la misma. Varios artículos más aplican y llevan a la práctica pastoral esta visión. En otros artículos podrás intuir posturas que invitan a revisar algunos planteamientos de esta.

En esta línea, podemos afirmar que la teología y el magisterio de la Iglesia necesitan de las ciencias de lo humano para un correcto discernimiento. Sin romper con una antropología teológica basada en la filiación divina del ser humano y de su vocación a la plenitud en el amor, que es la Buena Noticia que la fe revelada regala a la humanidad, entendemos que la comprensión de la orientación sexual y de la identidad de género recibe nueva luz desde diferentes disciplinas. Sostenemos que el tema está necesitado de un análisis profundo desde un enfoque interdisciplinar que sin duda aún está aún por hacer: hay un amplio debate en el ámbito de la teología moral, y hay poca incorporación de las aportaciones de otras disciplinas científicas a la reflexión y el magisterio de la Iglesia.

En el número 40 de la Evangelii Gaudium se invita a pensar que “en el seno de la Iglesia hay innumerables cuestiones acerca de las cuales se investiga y se reflexiona con amplia libertad. Las distintas líneas de pensamiento filosófico, teológico y pastoral, si se dejan armonizar por el Espíritu en el respeto y el amor, también pueden hacer crecer a la Iglesia, ya que ayudan a explicitar mejor el riquísimo tesoro de la Palabra. A quienes sueñan con una doctrina monolítica defendida por todos sin matices, esto puede parecerles una imperfecta dispersión. Pero la verdad es que esa variedad ayuda a que se manifiesten y desarrollen mejor los diversos aspectos de la inagotable riqueza del Evangelio.” Quizá por la vía del análisis y del discernimiento eclesial podamos ofrecer nuevos cauces de apoyo pastoral a este colectivo. Dejamos aquí abierta esta propuesta de tarea, sintiéndonos bastante limitados como equipo para hacer un aporte cualificado.

En este número encontrarás más acerca de la propuesta pastoral, otro tema quizá no suficientemente desarrollado por el magisterio de la iglesia: se habla de acogida, pero no se concreta esa acogida. Ese sí es nuestro campo. Y ahí sí buscaremos actitudes y propuestas que, imitando el modelo de Jesús pastor, hagan que la iglesia recorra un camino de encuentro, escucha, discernimiento. Habrá que comenzar por eliminar el tabú que aún este tema genera en nuestras comunidades, visibilizar a todas las personas en su diversidad, acogerlas y acompañarlas. No todas las propuestas son iguales y seguramente se hacen desde posturas de fondo diferentes ante la concepción de lo sexual. Queremos escuchar diferentes propuestas y discernir desde la praxis. En la Amoris Laetitia el magisterio de la Iglesia no cambia la postura de la Iglesia sobre la homosexualidad, pero muchos de los criterios expresados en la exhortación sobre acogida, discernimiento y toma de decisiones pueden y deben ser tenidos en cuenta para abordar el cuidado pastoral de las personas que nos ocupan.

Acompañar exige en este caso específico un mayor esfuerzo por reconocer y nombrar una realidad que existe y que a la que nuestro ministerio debe llegar. Muchos de ellos son bautizados y ejercen su seguimiento de Jesús con verdadera fuerza testimonial y ejemplaridad. Amoris laetitia sostiene que «toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su dignidad y acogida con respeto, procurando evitar «todo signo de discriminación injusta» y particularmente cualquier forma de agresión y violencia.»[1] La Iglesia llama, por tanto, a que la comunidad católica luche con claridad contra la homofobia. James Martín, jesuita, narra este testimonio: En una charla que di recientemente en una parroquia, el moderador pidió que los católicos LGTBI que se encontraban en la sala levantaran la mano. Un montón de manos se levantaron. Entonces les preguntó ¿Cuántos de ustedes se han sentido alguna vez excluidos en la Iglesia? Nadie bajó la mano que había alzado.”[2]

[1] AL 250

[2] Un puente entre la Iglesia católica y la comunidad LGTBI, James Martin Sj, en Pliego de Vida nueva 3.100

En este número de RPJ encontrarás criterios pastorales en la línea de una iglesia que abra nuevos espacios capaces de:

  • Acoger a todas las personas tal y como son, sin prejuicios, escuchándolas activamente.
  • Formar a toda la comunidad para la acogida y discernimiento.
  • Buscar activamente la participación en la comunidad eclesial de todos y todas, reconociendo el aporte específico de cada uno.
  • Acompañar a los jóvenes en su educación afectivo-sexual, ayudándoles a acoger su orientación y su identidad, y a conocer la propuesta de la iglesia en esta materia.
  • Rechazar cualquier actitud de desprecio o discriminación, o más aún de violencia y exclusión. Detectar en la iglesia estas actitudes.
  • Promover expresiones y gestos de la comunidad que demuestren la acogida fraterna de todos y todas.

Ojalá este número de RPJ contribuya a un diálogo fraterno en busca de una verdad que seguramente sólo conseguiremos escuchando juntos la voz del Espíritu, y no discutiendo ni encastillándonos en posturas enfrentadas. 

TEXTO DESTACADO

Buscaremos actitudes y propuestas quehagan que la Iglesia recorra un camino de encuentro, escucha, discernimiento

Quizá por la vía del análisis y del discernimiento eclesial podamos ofrecer nuevos cauces de apoyo pastoral a este colectivo

 

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