UNA OPORTUNIDAD!Descarga aquí el artículo en PDF
M.ª Ángeles López Romero
Querido ChatGPT: quiero que sepas que yo no te odio. Solo me provocas muchas suspicacias. Y te lo quiero contar antes de que te enteres por otros, que en la red de redes todo se sabe.
Resulta que yo soy periodista y escritora, y parece que andas con la idea de quitarnos el trabajo a base de copiar con alegría lo que mis colegas y yo llevamos años publicando.
Resulta además que tengo un hijo fotógrafo que quiere dedicarse a hacer cine. Y vas tú y sacas una versión mejorada de ti mismo que hace unos vídeos flipantes y se inventa fondos o completa imágenes en cuestión de segundos.
Encima no vienes solo, Chat (perdona si me tomo demasiadas confianzas). Que tu familia también se las trae. Hasta Photoshop anda ya quitándole trabajo a los editores de vídeo. Todas las grandes empresas tecnológicas se han lanzado a la carrera de la Inteligencia Artificial. Pero no sé si han aplicado un poquito de inteligencia emocional y social a las decisiones que están tomando, la verdad.
Comprenderás, pues, mis reticencias hacia ti… Pero ¿sabes que te digo? Que, aun así, no consigo odiarte. Porque, verás, yo siempre he creído que el ser humano es divino y, por tanto, más listo que tú. De hecho, ¡es quien te ha inventado, así que no te pongas chulo! Y digo yo que, como tu inventor, será capaz de ponerte límites, igual que debemos hacer los padres y madres con los hijos si queremos que nos salgan educados, trabajadores y buenas personas.
Suerte que vivimos en Europa y aquí nuestros gobernantes se están poniendo las pilas para que no te dé por hacer locuras, que eres muy joven aún y estás en edad de explorar y dejarte llevar por los impulsos. Y, aun así, la verdad es que no me fio.
Pero es que, Chat, yo tengo que confesarte además un secreto que explica que no te odie, como se podría esperar de alguien que se está jugando los cuartos contigo. Y es que conozco a gente que está usándote para hacer cosas muy muy buenas. Y lo mismo tú no te has dado ni cuenta, fíjate. No has visto aún, como le pasa a tantos jóvenes y no tan jóvenes, que pueden poner su talento al servicio del bien común, y especialmente de quienes más puedan necesitar nuestra ayuda y protección.
Me refiero, por ejemplo, a 4IU, el asistente virtual que ha creado Edelvives para los alumnos y alumnas que necesitan una ayudita para comprender los textos, o esos otros que no tienen bastante con lo que cuenta el libro y siempre quieren saber más. Y luego está el lector inmersivo que adapta los textos para que lectores disléxicos, daltónicos o con TDAH, puedan superar sus dificultades de aprendizaje a un golpe de clic. Eso mola muchísimo, Chat. Casi diría que me emociona pensar que, una vez más, los seres humanos somos capaces de poner los avances tecnológicos al servicio de la construcción de un mundo mejor: más humano, solidario, equitativo, justo.
Quería contarte esto por si te decides a ponerte del lado bueno de la historia, en lugar de andar creando fakenews y ensuciando la red con falsos Jesucristos hechos con zanahorias. Que tú aún no tienes intención y, por tanto, esta no puede ser mala ni buena. Pero resulta que ya tienes sesgos racistas y machistas, por poner solo dos ejemplos. Y eso, Chat, me da muy, pero que muy mala espina.
Ya sé, ya sé, que tú solo respondes a las peticiones del público. Que los humanos tenemos que hacérnoslo mirar. Ojalá tus inventores y los que controlan tu presente y tu futuro se hagan y te hagan las preguntas adecuadas para que de este avance que eres salgan cosas buenas para todos. Yo prometo darte una oportunidad. Y te lo quería contar.
Quería contarte esto por si te decides a ponerte del lado bueno de la historia.