Una juventud con voz y vez – Guilherme Oliveira

Compartiendo experiencias de un grupo escolapio de jóvenes de Brasil

Teniendo como fundamento la realidad pastoral que vivimos hoy en el mundo, junto a la necesidad de la Iglesia de presentar un mensaje del Evangelio que pueda responder a todas las dimensiones de la vida de los jóvenes, hace casi cuatro años iniciamos un camino de crecimiento y fuerte protagonismo con un grupo de jóvenes llamado Juventud Escolapia. Hoy ya cuenta con cerca de cuarenta participantes.

Insertos en un contexto parroquial, fuertemente marcados por la acción social y misionera, los jóvenes realizan la experiencia del Dios-Comunidad a través del diálogo, del compartir la vida, descubriendo la vocación a la que todos estamos llamados, haciendo del grupo un espacio para cultivar la amistad y celebrar la vida y la fe.

A lo largo de la caminata vemos la necesidad de suscitar y cultivar entre los jóvenes algunas dimensiones para fortalecer la identidad y seguimiento a Jesús a través del carisma cristiano y escolapio, todas trabajadas a lo largo de los encuentros y de las diversas acciones voluntarias y sociales en favor de los que necesitan, lugares donde los jóvenes pueden ejercer el protagonismo en todos los momentos, desde la preparación hasta la ejecución.

Además de esto, el grupo también realiza experiencias de campamentos, retiros, intercambios con otros grupos de jóvenes, así como la participación en encuentros y eventos de Juventud en las esferas parroquial, diocesana y nacional. Valoramos también un espacio de recreación que les lleve a tomar gusto por la vida en fraternidad, la alegría de vivir en grupo y la voluntad de poner en práctica el proyecto de vida de Jesús.

Como principal característica está la valoración de la voz y de la acción del propio joven, que sea y se sienta protagonista de la propia caminata de fe y de la comunidad, ofreciendo un horizonte pastoral coherente y fundamentado en la conciencia de que “JOVEN EVANGELIZA JOVEN”. Deseamos que todo este proceso pueda culminar en una inserción eclesial, promoviendo la creación de pequeñas comunidades de vida y de continuidad de la misión de la Iglesia.