UN CAMINO EN CONTRA DE LA SOLEDAD EN LA POLÍTICA – Isabel Pérez Alves

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UN CAMINO EN CONTRA DE LA SOLEDAD EN LA POLÍTICA

Isabel Pérez Alves

isabelp2005@gmail.com

Iniciativas las hay. Sí, hay iniciativas y sensibilidades que están aflorando desde abajo, desde los jóvenes, desde las mujeres. Hay otras maneras de hacer política, alternativas o no a las convencionales, que cuidan los procesos, que responden a otras miradas de la realidad, que no buscan hacerse la foto con el votante y que desde el rigor de la escucha a las personas y a sus necesidades, quiere contribuir a la construcción del bien público y común, desde una transformación de las estructuras burócratas y alejadas de la calle y de los y las vecinas.

Isabel Pérez, joven colombiana–brasileira, está lista y pertenece a esta formación política Estamos Listas, desde hace unos poquitos de años, pero como todas, irrumpe en el escenario social desde su compromiso político en un momento social mundial convulso para aportar frescura en su misión y visión del mundo que sueñan. Joven, mujer, pragmática y utópica, más que preparada, está lista para dar un sabor distinto a la acción política de base.

Parece que es un denominador común en Europa, Norteamérica, y Suramérica que en el siglo XXI la democracia, ese legado griego de tomar decisiones de forma posible entre «mayorías» de un determinado pueblo, y escapar de las tiranías buscando fórmulas de representación, se encuentra en crisis generalizada. Por algunos rincones dirán que es una crisis de representación, por otros que es una exacerbada polarización.

Lo cierto es que la crisis es real, y del ágora que pretendió ser, parece que la democracia se ha convertido en un ring de boxeo, donde poco importan las palabras, las intenciones, la verdad, lo que se pretende con el poder, sino únicamente ser más que el contrincante en likes de redes sociales que ojalá se traduzcan en votos en las urnas.

Por detrás de este panorama, lo que evidencia la política actual son unos personalismos exagerados, una lucha por la mediatización a costas del argumento, unos ganadores tiranos y unos perdedores absolutamente deshumanizados; en fin: una política de personas en absoluta soledad, rodeadas de aduladores e interesados.

La ciudad de Medellín, que es el segundo municipio colombiano en población, no huye a ese panorama. Y en el 2017 tras la desazón de un país que respondió NO a un plebiscito que preguntaba si se aprobaba un acuerdo para dar fin a una guerra de 50 años, un grupo de mujeres, inicialmente pequeño, empezó a pensar que había que inventar un camino que permitiera arrebatarle a esa política fea y de poco servicio a la mayoría de la gente en un país tremendamente desigual, un poco de su protagonismo. Pero la misma campaña del plebiscito había mostrado que eso no se hacía sin juicio y método.

Lo que sigue aquí, son pequeños momentos de la apertura de esos caminos, y por qué un movimiento político de mujeres ha estado luchando contra la soledad en la política, a la par que busca que los espacios de poder le sirvan a la gente que cada día se desencanta de una política que no mejora sus condiciones de vida.

Así es como a principios de 2019, año de elecciones locales: municipales y departamentales, Estamos Listas se lanza como un movimiento político público, de militantes exclusivamente mujeres, y presenta un modelo de crecimiento y militancia basado en círculos de confianza, es decir, hago política contigo porque te conozco, te quiero y confío en ti. Y así, aquel pequeño grupo de mujeres fue llamando a amigas y esas a sus amigas, hasta que fuimos más de mil. La invitación: presentar una lista de candidatas, que podían ser cualquiera de nosotras, al concejo de Medellín (instancia de control político del ayuntamiento, que aquí en Colombia se llama alcaldía).

Bueno, pequeña pausa para explicar por qué lo de solo mujeres: primero, porque esa estrategia de los círculos de confianza solo funcionaría desde, valga la redundancia, la confianza y una horizontalidad de participación, sobre todo en un primer momento. Los hombres interesados en política no estaban muy en esa tónica, ya nos lo mostraron la campaña del plebiscito y la campaña presidencial del 2018. Y la otra importante razón es que las mujeres han sino gran minoría en todas las instancias democráticas de Colombia, el concejo de Medellín en el periodo 2016–2020 tenía solo 4 concejalas de 21 en total, y ninguna de ellas se había hecho elegir para defender los derechos de las mujeres.

En ese primer momento nos aglutinamos alrededor de 7 ideas principales que queríamos defender en el concejo. Esa era nuestra brújula. Muchas no se habían interesado por política antes, otras sí eran muy cercanas, pero temían lo electoral. En todo caso fuimos descubriendo que «éramos muchas, hacíamos de todo y estábamos en todas partes». Y así conformamos un movimiento amplio, con jóvenes y maduras, con expertas y artesanas, pobres y ricas, madres y hermanas, y otro sinfín más de mundos diversos.

En esos mundos diversos también iban apareciendo las prioridades al llegar al poder: que las mujeres, que las niñas, que la educación, la cultura, la ecología, la etnodiversidad… Y como prometido, conformamos una lista donde las precandidatas pudieron ser cualesquiera, y las que quedaron fueron las más votadas al interior del movimiento en una elección con total igualdad de condiciones.

La letra menuda de la política tiene dos grandes monstruos: financiación y exposición mediática. En Estamos Listas, movimiento político de mujeres hicimos que esas tareas fueran menos asustadoras: la financiación la logramos de poquito en poquito y pensando una campaña muy austera pero muy metódica: aquí ganamos votos porque cada una de nosotras puede convencer a diez más. Y el segundo monstruo lo enfrentamos diluyendo la presión mediática entre 12 candidatas y otras 3 voceras, que no eran competencia entre sí, sino que todas buscábamos un mismo fin: ganar las elecciones y llevar nuestros 7 puntos al concejo, no importaba quién quedara y, además, la que quedara ya sería la que internamente en el movimiento estaba legitimada para hacerlo por haber sido la más votada.

 

Anécdotas de esa primera campaña, miles, pero el desenlace es que, siendo un movimiento nuevo, con una campaña austera, se logró un escaño en el concejo de Medellín, que ya lleva dos años de trabajo y otra cantidad de aprendizajes. El equipo del escaño continúa siendo netamente femenino, porque sabemos que somos capaces de hacerlo: somos buenas comunicadoras, buenas analistas políticas, buenas líderes comunitarias y nos complementamos.

De las asambleas anuales hemos sacada claridades de lo que queremos en el movimiento y hacia donde vamos: el horizonte del movimiento es la conformación un Estado feminista, que ponga la vida, el cuidado y las mayorías sociales que vienen siendo sistemáticamente excluidas al centro de la política y de las decisiones de todas las instancias. Y ahora, en el 2021/2022 soñamos con ampliar el movimiento a nivel nacional en las próximas presidenciales, presentando una lista al Senado de Colombia en el mismo molde de la lista al concejo, pero ahora con círculos de confianza por todo el país. Necesariamente se ha perdido un poco de la horizontalidad, pero trabajamos con una estructura dinámica al interior del movimiento que se va acomodando a cada etapa. Nuestra fuerza está puesta también en el trabajo voluntario, que medimos en horas de trabajo y contabilizamos como donaciones en especie.

Seguimos trazando el camino. Por ahora sabemos que el ejercicio de la política, en estos tiempos de competencia y desencanto, puede ser en sí mismo la lucha contra la soledad. Y luchando contra la soledad es como se encuentran metas comunes y realizaciones individuales y colectivas. Por eso, Estamos Listas ha sido un espacio de ánimo para la participación en política y cada uno de nuestros pequeños logros, celebrado; en conjunto la certeza de que la política y sus reglas están ahí para ser apropiadas, imaginadas y transformadas, y lo que necesitas para empezar a hacerlo es unas relaciones que se armen basadas en la confianza y unas ideas que den amplitud al proceso político y no lo encierren en sí mismo y alrededor de un solo personaje.

Después de contar esta historia los animo a que lo intenten. La política parece muy gris, pero seguramente lo es más sin tus ideas y sin tus manos, sigue siendo la herramienta que tenemos a la mano para cambiar la vida de mucha gente al mismo tiempo, ojalá para mejor, y cada vez más de nuestro planeta también. Y más que las tuyas solo/a, lo que puedes hacer en el encuentro con otras y otros. En Estamos Listas hemos descubierto eso entre mujeres, pero los intentos pueden ser de mil maneras, imagínenlo, dibújenlo, piénsenlo e inténtenlo.

 

Busca que los espacios de poder le sirvan a la gente que cada día se desencanta de una política que no mejora sus condiciones de vida

Luchando contra la soledad es como se encuentran metas comunes y realizaciones individuales y colectivas

 

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