UN ADVIENTO CON CORAZÓN DE CARNE RPJ 557 Descarga aquí el artículo en PDF
Fernando Arriero
Paso 0. Ambientación
En el espacio en el que vamos a orar situaremos una cartulina con la palabra metanoia sobre algunas camisetas de fútbol de algunas selecciones. Si es posible, sería también interesante poner un pesebre vacío, o una tela o paja acomodada como cuna.
Paso 1. Silencio
Hacemos silencio exterior y, sobre todo, interior durante unos segundos para que cada persona observe el símbolo que aparece en el centro.
Paso 2. Motivación inicial
En noviembre acontecerá un evento que será seguido por millones de personas de todos los países y de cualquier continente. Los ojos, oídos y corazones de cientos de millones de personas estarán orientados hacia Oriente Medio y no será precisamente Belén el destino de tantas emociones. El mundial de fútbol de Qatar marcará el cronograma de los informativos y la parrilla de cientos de canales televisivos. Muchos youtubers-comentaristas, influencers y gestores de redes sociales saben dónde han de apuntar en este Adviento futbolístico para ganar dinero y adquirir fama.
El rey del mundo no nacerá el 25 de diciembre en un pesebre de una pequeña aldea de Judea, sino que el 18 de diciembre a las 16 horas en el estadio de Lusail se proclamarán los nuevos reyes mundiales.
Realmente los cristianos tendremos complicado hacer entender al mundo que el 27 de noviembre comienza el Adviento, es decir, la preparación de la Navidad, ese gran acontecimiento que derrite nuestras resistencias y cadenas con la ternura de un Dios que quiere hacérsenos accesible hasta la locura de tomar nuestra misma condición humana.
En este Adviento el Espíritu tendrá que emplearse a fondo para que las comunidades cristianas comprendan que prepararse para la Navidad supondrá no solo un cambio superficial en la decoración, sino una invitación profunda a la metanoia. Con esta palabra griega, los evangelios nos instan a un verdadero cambio de «chip», a una transformación profunda, a una reprogramación del Espíritu para que nos emocionen mucho más las personas que se acercarán a los Bancos de Alimentos que los goles de cualquier selección.
Por eso, oremos para que el Espíritu que generó vida sobreabundante en las entrañas de María transforme nuestro corazón de piedra en un corazón de carne. De este modo, nuestra mirada se irá orientando hacia los pesebres mugrientos en los que sigue naciendo la Vida, pues muchas posadas no tendrán espacio para la acogida mientras gritan: ¡¡¡¡GOOOOOOOOOOOOOOOOL!!!!
Paso 2. Testimonio
Vamos hacia adentro. Escuchamos este testimonio de fe en un futbolista, Keylor Navas, un hombre de fe y honor: https://youtu.be/T7n53W8Ee9I
Paso 3. Monición a la lectura
El pueblo de Israel, como algunas veces hoy la sociedad, se percibe como «abandonada» de Dios. Catástrofes naturales, enfermedades, guerras, violencia, corrupción… Las personas creyentes alzamos en ocasiones la queja a Dios: «¿Acaso es que quieres acabar con nosotros?». Cuando el pueblo de Israel fue desterrado a Babilonia se preguntó esto mismo también. El profeta Ezequiel dio al pueblo la respuesta de parte de Dios: los hebreos volverán a ser un pueblo, pero esta vez deberían ser fieles a la ley de Dios, que no es sino ser congruentes con los sentimientos más nobles que habitan en lo profundo del corazón humano. Un corazón humano que queda restablecido, ablandado y sanado de tanta frialdad y dureza.
Paso 4. Proclamación
Se proclama la siguiente lectura del profeta Ezequiel (Ez 11, 13-20)
«Yo me postré rostro en tierra y grité con fuerte voz: “Ah Señor, Dios mío, ¿vas a exterminar al resto de Israel?”. Me fue dirigida esta palabra del Señor: “Hijo de hombre, esto es lo que dicen los habitantes de Jerusalén acerca de tus hermanos deportados y de toda la casa de Israel: ´Ellos se han alejado del Señor; a nosotros se nos ha dado la tierra en posesión´. Por eso, diles: ´Esto dice el Señor Dios: Es cierto, los llevé a naciones lejanas, los dispersé por tierras extrañas, pero yo mismo fui para ellos un santuario provisorio en los países adonde fueron´. Por eso, di: ´Esto dice el Señor: Os recogeré de entre los pueblos, os reuniré de los países en los que estáis dispersos, y os daré la tierra de Israel. Entrarán en ella y quitarán de ella todos sus ídolos y objetos detestables. Les daré otro corazón e infundiré en ellos un espíritu nuevo: les arrancaré el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, para que sigan mis preceptos y cumplan mis leyes y las pongan en práctica: ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios´”».
Paso 5. Tiempo de meditación
Tiempo de meditación a partir de estas cuestiones:
- Los jóvenes de tu ambiente, ¿qué sueñan?, ¿qué desean?, ¿qué buscan?
- Y, en tu caso, sinceramente, ¿hacia dónde miran tus ojos, tus oídos, tu corazón en estas últimas semanas?
- ¿Qué necesitarías para que tu corazón estuviera un poco más «blandito»? ¿Qué le ha llevado a endurecerse?
- ¿Confías en que la fuerza del Espíritu puede ayudarte a tu proceso de «metanoia»? ¿Le pides al Espíritu esa conversión?
Paso 6. Tiempo de compartir
Después de un tiempo de silencio, compartimos en voz alta algún aspecto de nuestra oración silenciosa.
Paso 7. Tiempo de escucha
Volvemos a escuchar las palabras del profeta Ezequiel.
Paso 8. Plegaria final
Buen Espíritu, que todo lo haces nuevo,
derrite con tu amor mis resistencias a dejarme querer.
Buen Espíritu, que todo lo haces nuevo,
cambia mi mentalidad para que entienda que la humanidad
está llamada a la fraternidad universal
y no a la competitividad agresiva para quedar unos encima de otros.
Buen Espíritu, que todo lo haces nuevo,
transforma mi corazón de piedra en hogar que acoge sin condiciones.
Buen Espíritu, que todo lo haces nuevo,
dame la valentía de secundar las insinuaciones que pones en mi interior
aunque esto suponga ir a contracorriente.
Buen Espíritu, que todo lo haces nuevo,
A ti pedimos: ¡metanoia!