SICKOFWAITING. TU CORAZÓN EN UN MAPA, JUNTO AL DE MUCHOS – Sonia Fernández Holguín

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Porque somos muchos los que al orar y entrar en ese lugar sagrado donde necesitamos descalzarnos, escuchamos, como Moisés, el grito de los que sufren. Aquel Dios de la zarza sabía de escuchas y de clamores y se revelaba a Moisés con un corazón solidario con el que sufre.

Por eso hoy nuestro rincón de espiritualidad quiere hablar de refugiados. No creemos en una espiritualidad desencarnada sino en la que entiende las cosas que le pasan a los seres humanos. No en vano en el corazón de Dios está Jesús, un hombre con los demás seres humanos.

Todos hemos oído la idea de q,ue para anunciar el Evangelio, tenemos que tener en una mano la Biblia, y en otra el periódico. Unos la atribuían a Dietrich Bonhoeffer y otros a Karl Barth. Es igual. El caso es que, parecía la mejor manera de insistir en que el cristiano, más en concreto, el sacerdote y el religioso o religiosa, tenía que estar «conectado» con el mundo, ser ávido buscador y conocedor de las noticias. Porque, si no, era imposible la evangelización y se caía inevitablemente en el «espiritualismo desencarnado».

Como consecuencia del conflicto en Siria, a partir del año 2014 comienza un fortísimo flujo migratorio de personas refugiadas hacia Europa, principalmente desde Turquía hacia las islas griegas, cruzando las costas de Italia desde Libia.

Así, aprovechando el libre movimiento de personas dentro del área Schengen, llegaron aproximadamente un millón de personas refugiadas a Alemania y a los países del norte de Europa. La mayor parte de estas personas están hoy consideradas como «inmigrantes ilegales» y esperan ser reconocidas como personas refugiadas.

En junio de 2015, con el objeto de intentar regularizar los flujos migratorios, los países europeos se comprometen a reubicar a 120.000 personas refugiadas que se encontraban en Grecia e Italia y 22.500 personas refugiadas más procedentes de países de fuera de la UE.

En marzo de 2016, con el objeto de cerrar definitivamente el flujo migratorio, Europa toma una serie de decisiones drásticas. Por un lado, los países al norte de Grecia cierran sus fronteras con Grecia y, por otro, Europa y Turquía firman un acuerdo por el cual Europa entrega a Turquía un total de 3.000 millones de euros para que Turquía controle las costas turcas cortando la salida de personas desde Turquía hacia Grecia. El flujo migratorio procedente de Turquía cae drásticamente de 885.386 en 2015 a 182.534 en 2016 y la población refugiada en Turquía comienza a aumentar drásticamente hasta superar los 3 millones de personas.

Como consecuencia del cierre de fronteras al norte de Grecia, desde marzo de 2016 las personas refugiadas alojadas en Grecia no tienen posibilidad de continuar su viaje y esperan a que los gobiernos europeos cumplan con sus compromisos de reubicación.

Según datos de UNICEF, hoy hay cerca de 75.000 personas atrapados en Grecia, Bulgaria, Hungría e Italia, de los que unos 24.600 son niños. Aún más dramática es la situación de las personas refugiadas que han quedado fuera de Europa: La Comisión Europea estima que hay más de 3 millones en Turquía, 800.000 en Jordania y casi 2 millones en el Líbano (un país de 4 millones de habitantes).

Frente a estas cifras, el último informe de la Comisión Europea, fechado a 12 de abril de 2017, señala que el número total de reubicaciones realizadas por los países europeos hasta el momento asciende actualmente a 16.340 y de reasentamiento a 15.492 personas e insta a los Estados miembros «a mostrar la voluntad política necesaria e intensificar y coordinar sus esfuerzos para cumplir con sus obligaciones».

Los compromisos asumidos por la Unión Europea para la llegada de personas refugiadas a nuestros países son diminutos en relación con nuestra capacidad de acogida y en relación con la dimensión de la crisis. Y, sin embargo, solo los hemos cumplido en un 16%.

Te proponemos orar por todo esto y hacer pública tu oración. Únete a la campaña #SickOfWaiting (Hartos/as de esperar). Este movimiento, que está ya presente en más de 80 países, une a las personas que están deseando solidarizarse ante esta injusticia, con las propias personas refugiadas que la sufren. Unas y otras expresan por qué están «hartas de esperar». Todas estas expresiones de solidaridad se llevarán al Parlamento Europeo el 28 de junio.

Pon tu corazón en el mapa de www.SickOfWaiting.org y expresa por qué estas harto/a de esperar y, sobre todo, explica a la gente lo que está pasando.

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