Fernando Negro
Te voy a contar otra lección sacada de la naturaleza.
La jirafa es la criatura más alto entre todos los animales. Cuando una jirafa bebé nace, cae des el vientre de su madre a unos 4 metros de altura desde el vientre de su madre; generalmente cae de espaldas. En unos pocos segundos se da la vuelta y pone sus patas encogidas por debajo de su propio cuerpo. Es así como es recibido a este mundo mientras trata de liberarse de los restos del fluido que le cobijaba en el vientre de su madre.
Ahora entra en acción su madre jirafa quien lo trata de manera aparentemente ruda y violenta: ella le golpea repetidamente en la cabeza para que se tambalee y caiga al suelo; lo hace repetidamente, hasta que la jirafa bebé aprende a levantarse y sostenerse sobre su cuatro patas guardando un equilibrio que le ayuda a aprender a caminar por sí solo. Así es como aprende a moverse con rapidez, huyendo de los animales predadores que habitan en la selva. Aprende a defenderse y a mantenerse a salvo.[1]
La felicidad es un arte que consiste en utilizar todo lo que sucede en nuestra vida en beneficio de la dirección profunda que está escrita dentro del corazón y que da sentido a todo lo que hacemos.
Quien no ha sufrido no ha gozado, pues la felicidad su nutre de experiencias dolorosas por medio de las cuales aprendemos a confiar que caminamos siempre hacia la luz y que, ase lo que pase, anclados como estamos en la esperanza, amanecerá la alegría para quien tiene un corazón sincero y recto.
Por eso te invito a que mires siempre tu vida con ojos abiertos a la invitación a ser cada día mejor persona, cada día más enamorado de la vida que brota dentro de ti y se expande en todo lo que eres y haces, haciendo partícipes del don que eres tú mismo a todos los que se rozan contigo en el camino de la vida. Hazte sordo a los gritos de quienes te condenan y quieren verte siempre anclado en el pasado. Tampoco escuches a quienes te limitan y quieren convencerte de que no hay nada que hacer.
Por el contrario levántate cada mañana con tu pensamiento puesto en la sola cosa por la que estás dispuesto a darlo todo, incluso al precio de estar dispuesto a morir por ella. En este rincón de tu corazón se encuentra la fórmula para la felicidad. Una vida feliz es aquella que se vive como una perfecta danza donde la mente, el corazón, y la voluntad se ponen de acuerdo para caminar en conjunto hacia el propósito para el que naciste.
[1] John Mason, “Be Yourself, Discover the Life You were Meant to Live”, Spire, 1993, Grand Rapids, p. 85