CAMINO A LA FELICIDAD
Para ser feliz hace falta que limpiemos el cristal con el que miramos la vida y a nosotros mismos. Si somos sinceros y valientes en reconocerlo, nos percataremos de que creemos que somos mucho menos y peores de lo que realmente somos y valemos. Es que se nos ha metido en el disco duro de la mente, de la memoria y de la voluntad que no podemos ni valemos.
En la mente llevamos mensajes pesimistas y negativos, aprendidos al ritmo de personas que desde la infancia nos hicieron creer que triunfar y ser excelentes está reservado a otros más sabios, más dotados e inteligentes. A fuerza de inyectar semejante creencia, nos hemos hecho enanos de la vida, que viven frustrados, sobre todo al comprobar con el paso del tiempo que eso no es verdad.
En la memoria se nos han metido experiencias negativas y hemos dejado fuera todo lo que sonaba a felicidad y plenitud. Tanto daño nos han hecho que, sólo con tener que recordar para sacar lo bueno, nos cuesta un universo. Nos duelen los recuerdos; por eso los reprimimos y, a fuerza de dejarlos aparcados, apenas recordamos algunos detalles de la gran aventura de la vida.
La voluntad se nos ha atrofiado, pues nos han enseñado, de manera más o menos intencional, que antes de luchar, debemos declararnos vencidos. Y así vamos por la vida con caras y actitudes derrotistas, victimizados por las situaciones pasadas, y derrotados ante las que están por llegar.
Pero no somos lo que otros nos han hecho creer; tampoco somos lo que negativamente nos empeñamos en creer acerca de nosotros mismos. En realidad somos una hermosa obra de arte, pero no lo sabemos, y por eso mismo no nos lo creemos.
Esta es la razón por la que vivimos sin ser felices. Vivimos desterrados de nuestro centro, somos exiliados dentro de nuestra propia tierra y nos dirigimos hacia ningún lugar, porque hemos perdido el sentido y la dirección, la razón última que nos dicta que realmente vale la pena seguir viviendo felices.
El fallecido Anthony de Mello, SJ (+1987), hace una bella síntesis de lo que venimos diciendo. Ted animo a que, tras leer este texto, examines tu vida y saques las conclusiones pertinentes para encaminarla de nuevo rumbo a la FELICIDAD:
“Sólo si amas, serás feliz.
Y sólo amarás, si eres feliz.
Amar es un estado
Que no elige a quién amar,
Sino que se ama
Porque es lo único que se puede hacer.
Oír un solo instrumento
En la sinfonía del amor
Es privarse de la armonía del concierto.
Amar es escuchar a todos.”
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