Fernando Negro
La felicidad te está esperando. La llevas dentro. Para darle la bienvenido de manera que se quede instalada en todo lo que eres y haces, te propongo el siguiente camino:
- Reconcíliate con tu pasado. Reconoce tus heridas, háblales desde la misericordia y el amor. Son tus heridas la mejor medicina para tu liberación.
- Vive este día como si fuera el último de tu existencia. Imagina que mañana podría no llegar. Vive cada momento con la pasión de quien sabe que tiene poco tiempo para llevar a cabo la misión para la que fue creado.
- Trata de ponerte en los zapatos de aquellos que te maltrataron o te quisieron mal. Seguramente no sabían lo que hacían. Puede que ellos nunca te pidan perdón, pero ti sí puedes perdonarles por la ignorancia en la que vivieron y quizás viven todavía.
- Disfruta de las cosas sencillas, disfruta de lo cotidiano, celebra cada victoria sobre ti misma. Recuerda que no te define la historia pasada, sino la que vas a construir con una nueva visión acerca de ti misma.
- No permitas que nadie se pasee por tu mente con las zapatillas sucias. Que nada no nadie te reprima ni te obligue a ser diferente de lo que tú realmente eres. Estás llamada a aportar a la humanidad el regalo de ti misma, algo que nadie puede hacer por ti.
- En medio de tus luchas, permanece consistente y determinada en tus convicciones profundas. Piensa en positivo, como lo hace la naturaleza, de la que aprendemos a estar en proceso permanente hacia la excelencia. Evita la mediocridad, que se instala como virus invisible en el disco duro de la mente, el corazón y la voluntad.
- Recibe la espontaneidad de tu ser real, acaricia la niña que llevas dentro y déjala en libertad. Celebra el nuevo nacimiento con destellos de sonrisas dibujadas en tus labios, esculpidas en tu corazón.
- Busca la verdad y construye sobre ella pensamientos libres y responsables. La verdad ensanchará tu capacidad de libertad para ponerla al servicio del amor. Cuando los destellos de verdad te reten a romper la oscuridad de tu ignorancia, no les temas: son tus amigos en el camino de la Felicidad.
- Empéñate en amar a las personas de manera concreta. Déjales saber que son buenos e importantes, que sientan que a través de tus actos Dios les revela que son amados incondicionalmente, no tanto por lo que hacen y tienen, sino por lo que son.
- Déjate amar por Dios. Recuerda que la medida de nuestro amor por Dios depende de cuán conscientes seamos de su amor por nosotros. Cuanto amados nos sintamos por Él, tanto más transformados seremos en Él, y tanto más amaremos y daremos nuestra vida por los demás.
Trata de vivir de acuerdo a esta guía de felicidad y te aseguro que la luz de la felicidad que viene de lo Alto amanecerá progresivamente dentro de tu corazón. Revisa de vez en cuando tu vida de acuerdo a estos puntos, y así encauzarás los pasos de tu existencia hacia la felicidad sin ocaso.
