Serie Camino a la Felicidad – Fernando Negro

Fernando Negro

 

Aprender el arte de dejarse amar y decidir amar en todo momento es el camino más seguro a la felicidad que todos llevamos dentro, de la identidad esencial que llevamos dentro como distintivo, pues tú y yo, lo repito una vez más, somos felicidad.

Serás feliz cuando aprendas a dejarte amar tal y como eres, cuando quites las máscaras de tu vida y dejes que tu ser real aparezca ante los demás sin máscaras ni aditamentos. Serás feliz cuando dejes el niño que llevas dentro salir a la luz del día y lo lleves a pasear por lugares intransitados de tu subconsciente.

El subconsciente es esa zona oscura que necesita ser iluminada por el toque del Espíritu de manera que quede liberado de miedos y ansiedades, de culpas malsanas y complejos que te oprimen y no te dejan ser libre. Solamente aprendiendo de las palabras del Maestro, Jesús de Nazaret, ¨si no cambias y te haces como un niño, no entrarás en el Reino de los Cielos¨,  podrás domesticar tu fiera salvaje y te darás cuenta de que tu oscuridad es una quimera.

Hay un texto bellísimo entresacado del Evangelio de Lucas, en el que el anciano Zacarías, padre de Juan el Bautista, se refiere a su hijo en términos de luz que rompe las tinieblas del miedo. Puedes apropiarte el texto, que dice así:

¨Para concedernos que, libres de temor,

arrancados de la mano de los enemigos,

le sirvamos con santidad y justicia,

en su presencia, todos nuestros días.¨[1]

Tenemos miedo a la libertad simplemente porque tenemos miedo al proceso de la vida que implica confrontar nuestras sombras para vencerlas por la fuerza de la luz de la verdad. Pero cuando nos atrevemos, logramos cotas inimaginables de libertad, sentimos que efectivamente habíamos estado como un arpa olvidada en el salón lúgubre y oscuro de nuestro aislamiento, cuando en realidad llevamos música dormida aún no interpretada.

Nos conformamos con los ruidos de nuestros miedos, cuando en verdad somos compositores de sonidos que, armonizados por la fuerza del amor, interpretan la armonía que se una a la gran sinfonía de toda la creación.

No tengas miedo y, sobre todo, no te tengas miedo. Muchas de tus inseguridades nacen de la fatiga ocasionada por tus obsesiones y adiciones de las que has de liberarte, dejando un espacio vacío dentro de tu ser real, para llenado de creatividad y libertad que nacen de vivir anclados en el presente. Atrévete a probarlo, y te aseguro en nombre del Dios de la Vida, que no te arrepentirás.

[1] Lucas 1, 74-75