Fernando Negro
Vamos a meternos hoy en un trabajo práctico que requerirá hacer un viaje hacia adentro para darle los buenos días a la felicidad que eres tú misma. Por eso el título del ejercicio es precisamente éste: Buenos dias, Felicidad.
Ser feliz… ¡Qué amplio y abstracto parece este término! La felicidad no se compra en el mercado, nadie puede venderla. La felicidad está dentro. Somos seres llamados a la felicidad, aunque nos encontramos con que ésta menos de lo que de verdad merecemos; parece ser siempre más pequeña de lo que soñamos. Feliz es la persona que se goza en lo que es y tiene, aquel que incluso en el dolor encuentra razones para la confianza, la bondad, la verdad ¡Sé feliz! Te animo a que respondas estas preguntas y, si fuera posible, a que escribas
- ¿Crees en la felicidad? ¿Qué clase de felicidad?
- ¿Cómo definirías esa felicidad a la que tú aspiras incesantemente?
- A la felicidad se llega en un vehículo llamado “valores”… Trata de identificar los tres valores fundamentales que están rigiendo tu vida en el actuar concreto… ¿Te llevan realmente a la felicidad?
- ¿Es comprensible para ti el que cada persona ya estamos predestinados para un final feliz o desgraciado de nuestra vida? A esto lo llamamos “fatalismo”. ¿En qué medida concreta tú te ves atado al fatalismo?
- Describe los rasgos que, según tu parecer, caracterizan a una persona feliz
- ¿Cuál es tu reacción y cómo te sientes ante la pregunta, aquí y ahora: “Eres feliz?
- Mira, de parte de Dios, aquí te presento una manera muy concreta de ser feliz a lo divino: Mt 5, 1-10. Las bienaventuranzas:
Cuando vio a las multitudes, Jesús subió a la ladera de una montaña y se sentó. Sus discípulos se le acercaron, 2 y tomando él la palabra, comenzó a enseñarles diciendo:
«Dichosos los pobres en espíritu,
porque el reino de los cielos les pertenece.
Dichosos los que lloran,
porque serán consolados.
Dichosos los humildes,
porque recibirán la tierra como herencia.
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia,
porque serán saciados.
Dichosos los compasivos,
porque serán tratados con compasión.
Dichosos los de corazón limpio,
porque ellos verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz,
porque serán llamados hijos de Dios.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque el reino de los cielos les pertenece.
8. Nuevamente hay una carta para ti, para que tú la escribas; se podría titular BIENVENIDA, FELICIDAD.
A propósito de escribir, te invito a que guardes memoria de tus caminar existencial por medio de un diario en el que puedas verte reflejada. Durante más de cuarenta años vengo usando este método que me ha ayudado enormemente. Hay muchas formas de hacer las entradas en el diario. Yo personalmente me dirijo siempre un Amigo que constantemente me acompaña: JESUS RESUCITADO. Cada entrada es una auténtica carta de amor en la que le cuente absolutamente todo lo que es parte de mi vida, sin censuras ni miedo a ser juzgado. Es ahí donde soy totalmente original y sincero, auténtico delante de mi Dios.