“Menudo mes, de celebración en celebración, de cena en cena… normal que esté agotado, he vivido tan intensamente las fiestas de navidad que ya ni me quedan energías. Menos mal que la navidad se ha acabado”.
Escuchar esto es algo que ya no nos sorprende, además, en parte hay algo de razón, vivimos muy intensamente las fiestas y siempre acabamos cansados. Pero hay una cosa en la que deberíamos estar en desacuerdo, la navidad no ha acabado. La navidad no acabó el 25 de diciembre, ni el 6 de enero, ni hoy 13 de enero, la navidad habrá acabado cuando se nos olvide en qué ha consistido: dar gracias, compartir, ser generosos, ser solidarios y tantas otras cosas. Ya nos lo dijeron en su momento, la Navidad es celebrar y recordar, celebrar que hace ya muchos años Dios se hizo ser humano y recordar que todas aquellas cosas que nos enseñó y que ponemos en especial empeño y práctica en Navidad son para todo el año. No hay motivos para dejar de dar gracias, de ser generosos, de ser solidarios… Celebrar y recordar… sigamos celebrando y sigamos recordando lo que en Navidad hemos celebrado y hemos recordado.
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