RE-CREAR LA CRUZ – Silvia Martínez Cano

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Piensa en la cruz. No siempre fue el símbolo de los cristianos. Tenemos que esperar hasta el siglo IV para que la cruz se convierta en el símbolo de los cristianos. Hasta entonces era una herramienta de tortura y castigo de los ejércitos romanos. Pero, con el tiempo, se convirtió en el símbolo más intenso para representar a Cristo y su misterio de salvación. Algunos vinculan este subrayado del signo de la cruz con la victoria del puente Milvio en el 312, y al descubrimiento de la verdadera cruz de Cristo, por parte de santa Elena, madre del emperador Constantino, en el 326.

Más allá de las leyendas cristianas, la cruz es el signo principal de los cristianos y cristianas hoy. Nos hace reflexionar sobre el misterio de la Encarnación de Dios y nos pone en la senda de Jesús. Sin embargo, en la actualidad, nos preguntamos si realmente el signo de la cruz llega a las nuevas generaciones con tanta fuerza como en momentos anteriores. ¿Cómo podemos actualizar con ideas e imágenes más actuales? Vamos a hacer este ejercicio con tres pasos, ayudados por tres imágenes.

Meditación: ayúdate de la imagen 1, Meditación desde la cruz.

Un madero vertical que apunta al cielo y otro horizontal que recorre la tierra. En la cruz se forma una intersección entre nuestro mundo material y un mundo transcendente que nos desborda y no podemos expresar con palabras. Es el espacio de Dios, desde donde nos arropa y nos ofrece su amor. En la cruz nos encontramos al ser humano buscando a Dios en los sufrimientos de la vida. Buscamos a Dios, pero también nos buscamos a nosotros, como queriendo comprender por qué nuestro mundo es tan completo, tan difícil, tan violento, tan imperfecto. Y ahí mismo encontramos a Jesucristo, respondiéndonos a nuestras preguntas. La cruz da sentido a la búsqueda. Él decide vivir de tal manera que le conduce inevitablemente a la intersección de la cruz. Muere, muere para resucitar, porque al morir posibilitamos que la vida imperfecta y, a veces, difícil de vivir, se reconcilie consigo misma y acepte el amor de Dios.

Identificación: ayúdate de la imagen 2, Yo puedo ser Jesús.

Entonces, la cruz, que es símbolo de tortura y muerte, de repente se convierte en un espejo, donde, al mirarnos en Jesús, nos vemos a nosotros mismos. Jesús no llega de repente a la cruz, el camino que le conduce a ella está lleva de signos de amor hacia los demás. Acogida a los que nadie mira, llamada a los que nadie atiende, escucha a los ignorados, abrazo a los que son rechazados, defensa del injustamente tratado. Estos signos le llevan a la cruz, pues no siempre el sistema social en el que vivimos acepta el amor de Dios.

La cruz supone ese camino, representa la entrega total, por ese camino llegamos al Padre. Es una entrega «gozosa» pero también costosa. Jesús nos dice «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí»” (Jn 14,6-7). Si aceptamos esta forma de existir en la tierra y seguimos este camino, estamos yendo hacia la cruz. Nos convertimos así en «otro Jesús», un cristiano que es capaz de dar sentido a la intersección entre los dos maderos de la cruz. En esa intersección nos vemos y nos reconocemos como seres humanos conectados a Dios a través de la práctica del amor.

Acción: ayúdate de la imagen 3, ¿Dan vida tus manos?

Hemos llegado a una contradicción. Aquello que fue creado para el sufrimiento, se convierte en lugar dador de vida. Con la cruz comienza la resurrección, la vida plena y total. Lo importante, lo realmente importante del símbolo de la cruz es que la cruz es, ahora, todo posibilidades de vencer al sufrimiento y la muerte de este mundo. El símbolo de la cruz deja de ser simplemente un símbolo para convertirse en acción, y acción de la buena. Con ella elegimos dónde queremos iluminar, dónde queremos transformar, dónde queremos actuar para que las personas o los acontecimientos cambien. La cruz es acción. ¿Dónde te sitúas tú? ¿Cómo es tu acción? ¿Dan vida tus manos?

La cruz es el símbolo radical, primordial para los cristianos, nos ata a Jesús, nos lleva a Dios, nos multiplica la vida que repara el mundo.

 

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