RANA PELEONA (UNA) – Joseph Perich

Joseph Perich

Un grupo de ranas iba atravesando un bosque y dos de ellas cayeron en un hoyo muy profundo. El resto de las ranas se reunieron alrededor del hoyo. Cuando vieron que este era muy profundo, les dijeron a las dos ranas que se dieran por muertas.

Las dos ranas ignoraron los comentarios y trataron de saltar con todas sus fuerzas para salir del hoyo. Las demás ranas siguieron diciéndoles que se detuvieran, que se dieran por muertas.

Finalmente, una de las ranas hizo caso a lo que las otras ranas estaban diciendo y se dio por vencida. Se dejó caer al fondo y murió. La otra rana continuó saltando tan fuerte como pudo.

Nuevamente el grupo de ranas le gritaron que ya no sufriera intentando salir y que mejor se dejara morir. La rana saltaba más y más fuerte. 

Finalmente logró salir.

Resulta que esta rana era sorda y no le era posible escuchar la súplica de las demás.

Ella pensó que sus compañeras estaban animándola todo el tiempo.

REFLEXIÓN:

Atravesando el bosque de nuestra vida es muy fácil poner ingenuamente el pie en falso y caerse en un hoyo-trampa. Una vez dentro, a veces no ves salida alguna, se te hace todo oscuro, no encuentras quien te eche una mano… Incluso los que pensabas tener más cercanos miran hacia otro lado, te culpabilizan… el desánimo cunde. ¿Vale la pena continuar luchando? ¿Vale la pena mantener la dignidad y la esperanza?

Muchas personas escuchan pero no oyen, otras miran pero no ven. Se aferran a su orgullo personal, a mantener las apariencias, a no bajar la guardia de la competitividad,…

A lo largo de las cuatro semanas del Adviento se nos invita a la escucha, pero desde nuestra precariedad, debilidad personal o colectiva. No olvidemos que los primeros en escuchar la Buena Noticia de la Navidad fueron unos indigentes pastores, unos magos que buscaban en la oscuridad y una familia emigrante.

ADVIENTO es…

  • Un tiempo para reconocer nuestro pozo-trampa y encender en él una lucecita de esperanza. Se trata de hacer las paces con alguien que lo espera, sacarnos aquella espina que desangra nuestra dignidad… dedicar unos minutos a una persona que precisa de alguien que le escuche, colaborar en una ONG, hacer una aportación a Càritas…
  • Un tiempo para olvidarse de la tele-basura, para poner freno a nuestro estrés… y abrir nuestra sensibilidad a la búsqueda en nuestro rico mundo interior. Dedicar diariamente un tiempo a la plegaria; concretamente saboreando el Padrenuestro, leyendo fragmentos del Evangelio o algún Salmo…
  • Un tiempo para sentirse más en comunidad: dedicar más tiempo a nuestra familia, participar en las conferencias de Adviento y en la Celebración Comunitaria del Perdón que ofrecen las parroquias de Blanes…

“Isabel, la que llamaban estéril, ya está de seis meses, porque para Dios no hay nada imposible” (Lc 1, 36-37)