¿QUIERO SER RESPONSABLE?
Eduardo Granados
e.granados@uptoyoueducacion.com
La Fundación UpToYou—presente en España, México, Brasil y Camerún—promueve la renovación de la educación partiendo de las emociones para el autoconocimiento y la mejora de las relaciones interpersonales. El punto de partida de esta renovación es el curso para educadores.
Imagínate una escena de familia. El hijo adolescente ha suspendido cuatro asignaturas y su padre se sienta con él a hablar. En un momento dado, viendo que el hijo ni siquiera le mira, el padre le dice: «Espabila, ya es hora de que seas responsable». A lo que el chico responde sin levantar la cabeza: «Deja de sermonearme. No quiero ser responsable, yo quiero ser libre». El padre se retira preocupado y el hijo aliviado cierra la puerta.
Puede que este joven esté diciendo abiertamente algo que muchos adultos piensan: «Ojalá pudiera ser libre de tantas responsabilidades. Ojalá me tocara la lotería». En el fondo, la responsabilidad aparece como una carga gris, mientras la libertad surge con un dorado encanto.
Y, sin embargo, tal como afirma José Víctor Orón, «en realidad la forma de entender la libertad y la forma de entender la responsabilidad se corresponden. Quien entiende que la libertad te libera de ciertas cargas, es propenso a entender la responsabilidad en términos legales. Y por otro lado quien entiende que la libertad le permite entregarse personalmente, es propenso a entender la responsabilidad en relación con la autoría personal. En este último caso, entender ser responsable como el desarrollo de mi propia autoría me abre la puerta para hacer real mi libertad y permite mi entrega personal» (cf. Conoce lo que sientes, p. 397).
Desde UpToYou queremos promover una responsabilidad centrada en la autoría personal. Esta «otra» responsabilidad se corresponde con una libertad que facilita la entrega personal. Pero, «para aceptar esta responsabilidad de autoría, la persona debe descubrir su interioridad» (cf. Conoce lo que sientes, p. 398).
Volviendo a la escena inicial, para que el joven pueda sentirse responsable y protagonista de sus propios actos, y decida creativamente generar novedad, debe antes entrar en sí mismo. En su interioridad puede descubrir rastros de bondad en el hecho de haber suspendido, abriéndose a su complejidad personal y, desde ahí, «usar» esos suspensos para crecer en responsabilidad.
Este vivir «usando» la realidad vivida y no «a pesar de» la realidad vivida, forma parte del ADN de UpToYou.
Tanto el padre como el hijo tienen por delante un camino en el que los suspensos pueden ser un trampolín de crecimiento «Todo comienza por la aceptación y acogida de la realidad vivida. Este proceso de aceptación requiere de mucha humildad. Requiere reconocer que nos hemos equivocado valorando a los demás. Se trata de bajar los escudos, quedarse indefenso. Porque la debilidad es lo que nos permite ser humanos. Y cualquier debilidad puede ser utilizada para crecer. En realidad, todo puede ser usado para crecer» (cf. Conoce lo que sientes, p. 31).
En UpToYou proponemos este clima de aceptación como paso previo para comenzar un acompañamiento.
Imaginemos que el padre ha hecho su camino personal y acoge la realidad del hijo y supongamos que el hijo acepta ser acogido en su debilidad; se inicia un diálogo.
A partir de aquí, UpToYou propone una pedagogía de dos pasos: interiorizar desde la realidad vivida para posteriormente tomar decisiones para la mejora de las relaciones interpersonales.
Por tanto, en un primer momento, comenzaríamos abriendo caminos para la interiorización desde la realidad vivida. En este coloquio el padre puede acompañar al hijo a entrar en sí mismo mediante preguntas: ¿Qué piensas de estos suspensos? ¿Qué sentimientos te surgen? ¿Qué puedes aprender del hecho de suspender? En este camino es importante no quitar hierro a la realidad con actitudes condescendientes. Cuatro suspensos son cuatro suspensos.
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La realidad puede resultar dolorosa, pero, por muy dura que sea, la persona puede acogerla responsablemente si comienza a descubrir en su interior elementos de bondad en lo vivido. Cuando a raíz de los suspensos, el hijo comience a ver su mundo interior tan rico y tan lleno de matices, ese complejo claroscuro de sí mismo, entonces se podrá abrirse a ser autor de su propia vida. Y de forma natural emergerá su deseo de respuesta, su responsabilidad.
Desde aquí, en un segundo paso, proponemos una toma de decisiones no centrándonos en la pregunta «¿Qué tengo que hacer?», sino en otra con una gran carga identitaria: «¿Quién quiero ser en relación con los demás?». Se pueden ir abriendo nuevas preguntas: ¿Cómo los suspensos me ayudan a acercarme a los demás? ¿Qué puedo hacer para «usar» los suspensos para crecer en el encuentro con el profesor, con mis padres, con mis compañeros? ¿Tal vez pueden los suspensos ayudarme a vivir más sensible al dolor ajeno?
El joven puede tomar muchas decisiones concretas. Podría pedir ayuda sincera al profesor. También a sus padres. Podría abrir otros aspectos de su vida a sus educadores, y hablar sobre sus prioridades en la vida, sobre la organización de su tiempo, sobre cómo cuidar el ambiente de estudio, etc. Podría incluso pedir ayuda a compañeros… ¡Creatividad al poder!
De esta forma, la toma de decisiones se convierte en la puesta en práctica de su propia autoría y el joven se puede ir convirtiendo en protagonista de su propia vida y crecer siendo naturalmente responsable.
Y puede que el joven vuelva a suspender incluso cinco en la próxima evaluación. En ese caso volveríamos a iniciar el proceso. Porque, aunque haga todo lo posible por aprobar, el centro no va a estar en aprobar o suspender, sino en aprender a usar de forma responsable todo lo vivido para crecer en relación con los demás.
¿Queremos educar en la responsabilidad? «La responsabilidad no se educa con sermones sino descubriendo la propia interioridad ya que de ella depende la conciencia de ser autor de las propias acciones» (cf. Conoce lo que sientes).
Una responsabilidad así la queremos todos. Es una responsabilidad que brilla, que se convierte en motor de nuestro crecimiento, trampolín de nuestra autoría y mejora de nuestras relaciones. Esa responsabilidad nos hace verdaderamente libres.
Queremos promover una responsabilidad centrada en la autoría persona
Este vivir «usando» la realidad vivida y no «a pesar de» la realidad vivida, forma parte del ADN de UpToYo
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