¿QUÉ SIGNIFICA SER CRISTIANO/A HOY?RPJ 556 Descarga aquí el artículo en PDF
Maria José Rosillo
La respuesta a esta pregunta es bien sencilla de responder. Basta con recordar, meditar y reflexionar sobre algunos de los pasajes evangélicos que posiblemente hayamos escuchado en multitud de ocasiones en retiros, catequesis o Eucaristías.
Para la reflexión
Te propongo la lectura orante de las siguientes citas:
- El buen samaritano (Lc 10,25-37).
- Mujer hemorroisa (Mc 5,21-43).
- Endemoniado gadareno (Mc 5,1-20).
- Ciego de nacimiento (Jn 9,1.6-9.13-17.34-38).
- Leproso (Mc 1,40-45).
- Sepulcros blanqueados (Mt 23,27-32).
- Mateo el recaudador (Mt 9,9-13).
¿A quién representa cada uno de estos personajes bíblicos? ¿quién es el buen samaritano, la mujer hemorroisa, el endemoniado…en mi sociedad hoy?
¿Qué me está diciendo Jesús en sus diálogos con ellos?
¿Qué valores cristianos se reflejan en estas citas?
Lo más complejo de este mensaje es ponerlo en práctica en nuestro día a día y vivir en coherencia con ellos. Jesús nos habla, como siempre, con ese lenguaje suyo, directo, sin tapujos, sin medias tintas, sin dobles interpretaciones. Así son quienes me siguen. Mis discípulos, mis seguidores, hombres y mujeres, mi Comunidad: son ni más ni menos que personas respetuosas con el diferente, con el extranjero, con quién piensa distinto a mí, con quien viene de otro país lejano al mío, con quien habla otra lengua, incluso con quien reza a otro «Dios».
La identidad cristiana hoy supone el compromiso por la justicia, por la solidaridad, por la escucha, por el bien común, por la honestidad, por la lealtad, por la coherencia de vida, por la integridad pública y privada, por la limpieza de corazón, por la ausencia de juicios de valor en nuestra percepciones y formas de expresarnos.
La fe cristiana se fundamenta en seguir la Palabra y el mensaje del Maestro. No hemos de atender a otros referentes. Este es el único. La misión de toda persona seguidora de Jesús se reduce a dos cosas. Él solo quiere que estemos con él, en su presencia y que demos a conocer su Palabra.
Lo más complicado en este modo de ser y estar en el mundo, desde la fe en Jesús, es la constancia. Experimentaremos a lo largo de toda nuestra vida bromas. algunas de ellas pesadas o molestas sobre nuestro «ser cristianos/as» como seres raros en peligro de extinción; recibiremos críticas no menos duras o dolorosas por la aparente impasibilidad de nuestra Iglesia ante realidades humanas sangrantes; quejas por comportamientos individuales, incluso escandalosos, de hermanos y hermanas nuestros que nada tienen que ver con el Evangelio y su modo de vivir en el mundo. Jamás nada de eso me hizo dudar del lugar exacto en el que yo deseaba seguir estando y que era dentro de mi Iglesia católica. «Yo no me iba a marchar de ella».
Ser cristiano/a también significa estar al tanto de lo que sucede dentro de nuestra comunidad eclesial, de cuáles son las palabras mensajes de nuestro pontífice que, sin dejar de ser humano y mortal, es nuestro máximo jefe espiritual. En algunos momentos me he podido sentir excluida o no querida por nuestros pontífices y pastores, o dolida en lo más profundo del alma por no entender la razón de por qué no me quieren dentro de la Iglesia a la que amo con todo mi corazón. Pero tampoco eso me ha hecho jamás pensar ni siquiera en salir de ella. Las cartas pastorales, encíclicas, contenidos del Catecismo, etc. que tratan sobre los problemas del mundo y el papel de la Iglesia en ellos, necesariamente deben ser conocidas por los cristianos. Todo este mensaje nos da señales de dónde estamos como cristianos y cristianas de este siglo, pero también hacia dónde nos movemos, cuáles son nuestros siguientes pasos, a quiénes estamos dejando atrás. Porque «formamos un único cuerpo en Cristo Jesús».
Ser cristiano/a es estar al tanto de los grandes acontecimientos que suceden en nuestra Iglesia como el próximo sínodo que se celebrará en Roma y para el que se han abierto puertas de participación y voz en las iglesias y comunidades de todo el mundo.
Os comparto el enlace de la web oficial: https://www.synod.va/es.html
Muy interesante de conocer es también el trabajo que las mujeres cristianas están aportando desde sus diferentes grupos y comunidades: https://www.catholicwomenscouncil.org/es/rome-2021/
Las mujeres de la iglesia tenemos todavía mucho que decir. Mucho que aportar. Mucho que enriquecer.
Es nuestra ocasión para dejarnos oír, para conocer otras realidades cristianas, para recordar que seguimos vivos y activos en nuestra misión transformadora del mundo, desde nuestro día a día.
Por tanto, cualquier mensaje que podamos escuchar, leer, sea del orden jerárquico que sea, desde nuestra Iglesia y que posea connotaciones xenófobas, machistas, homófobas, excluyentes, limitadoras del ser humano, de la libertad, negativistas de la violencia de cualquier tipo, justificadoras de cualquier tipo de opresión… no es cristiano.
Para finalizar este articulo y esta serie desearía compartiros el último enlace que, por ser el último, no dejará de ser controvertido y abierto al debate. ¿Cómo manejamos como cristianos esta realidad que aquí se cuenta? ¿Cómo le damos paso a los nuevos tiempos? ¿Cómo nos definimos? Sin duda dará que hablar.
Ha sido un enorme placer estar con todos y todas vosotros/as en este año y a través de esta publicación que me ha permitido expresarme desde el alma y desde la fe. Un sincero abrazo.