PUERTA DE LA CUEVA (LA) – Joseph Perich

Joseph Perich

Erase una vez una mujer viuda y pobre con un niño a cuestas. Un día pasó por delante de una cueva y sintió una misteriosa voz que desde dentro la llamaba:

-Entra y coge todo lo que tú puedas desear, pero no te olvides de lo principal. Acuérdate de una cosa: Después de que tú hayas salido de la cueva la puerta se va a cerrar para siempre”

La mujer entró y encontró muchas riquezas. Deslumbrada por el oro y las joyas, dejó a su niño en suelo y se puso a recoger todo lo que podía en su delantal. ¡Aseguraba el futuro de su hijo!

La voz misteriosa de nuevo le habla:

-“Tan solo te quedan ocho minutos”.

Pasados los ocho minutos la mujer, cargada de piedras preciosas, corrió hacia fuera de la cueva….y la puerta se cerró.

Fue entonces cuando se acordó de que su hijo había quedado dentro y la puerta se había cerrado para siempre.

REFLEXIÓN:

Estos días previos al comienzo del curso escolar las tiendas para niños han hecho caja, la compra de los libros hace tambalear la economía familiar, en la mochila del niño ya no cabe nada más. Podemos decir que hemos realizado lo que teníamos que hacer. Ahora los padres a trabajar y a hacer horas extras para pagar la hipoteca y mantener el nivel de vida. La escuela, las actividades extraescolares para cada día de la semana, y los abuelos que terminen de hacer el resto.

Nos duele, pero no nos sorprende, la poca asistencia de padres cuando los maestros los convocan; la dificultad para formar un AMPA; la cantidad de niños que a las diez de la noche corren por la calle o están encerrados solos en la habitación de cara al televisor…

Cuando hacemos la inscripción para la catequesis pedimos a todos los padres su colaboración: una conversación en casa con el niño, un encuentro al mes con los otros padres. Muchas madres o padres deben hacer auténticos malabarismos a fin de encontrar un día libre para la catequesis de su hijo y no digamos para encontrar una tarde o una noche para ellos que sea compatible con su trabajo.

La historieta de la madre que, queriendo conseguirlo todo, deja por tierra a su hijo indefenso; esta situación podría repetirse en muchas familias a lo largo de este curso. Pero afortunadamente una misteriosa voz nos dice al oído:

      – Tienes ocho segundos ¡Deja las muchas cosas que llevas entre manos y recoge de la tierra a tu hijo, escúchalo, hazle compañía, juega con él, habla con él… Es la inversión más rentable y menos costosa que puedes hacer por su futuro y también por el tuyo!

¡Buen curso escolar y catequético!