Psicodrama bíblico en el Monasterio de Suesa – Edgar Azpilikueta

Esta semana he tenido la suerte de participar en unos talleres de “psicodrama bíblico” que se organizaban en el monasterio de Suesa, Cantabria. Había oído hablar muy bien de ellas en varias ocasiones y estaba a la espera para poder apuntarme a alguno de los variados talleres y retiros que organizan. Y aunque no tenía ni idea de que era eso del psicodrama, necesitaba pararme para mirar mi vida y confrontarla con el que la alienta. Además me pareció que el comienzo del Adviento era un momento perfecto para un retiro monacal.

Lo primero que llama la atención es el ambiente que se crea desde el primer momento. Para quien no haya estado, Suesa es un sencillísimo monasterio de monjas de la orden Trinitaria. Lejos de lo que podríamos esperarnos, el monasterio femenino es un gran foco de movimiento, espiritualidad y cultura, que atrae a cientos de personas a lo largo de todo el año. Resulta muy interesante la visión de estas religiosas, que con su decidida iniciativa, son una fuente de vida, discernimiento y fe.

Inciso. No deja de ser sugerente el liderazgo que estas mujeres tienen en nuestra injustamente masculinizada Iglesia. Masculinizada en cuanto al mando y lo visible, pero no hay más que ver quien sostiene tantas parroquias y comunidades, quienes son las que en las familias se desvelan por llevar el regalo de la fe…: ellas. Como las primeras apóstolas. Como María de Magdala, apóstola de apóstoles. Muchos cristianos y cristianas estaremos esperando ese día en el que los genitales no sean quienes decidan la presencia y vocación de las personas dentro la Iglesia. Desde mi punto de vista, estas y otras religiosas y mujeres están perfectamente preparadas para alumbrar esa Iglesia sin límites impostados. Seguiremos mientras tanto luchando por que tantos absurdos no minen nuestra confianza en la Iglesia y no sean los que la erosionen. No estamos como para despreciar talentos.

Continúo. Toca hablar del psicodrama bíblico, que quizá os preguntaréis qué es. Yo, sinceramente, no sabía lo que era cuando me apunté. Solo quería participar de la espiritualidad de las hermanas. No soy ningún experto en psicoterapia, así que intentaré explicarlo lo más claro que pueda. El psicodrama es una terapia grupal que pone a la persona sobre un escenario para poder interpretar y explorar su mundo interior. Mediante la dramatización, se buscará buscará comprender mejor las propias emociones y abordar problemas, buscando dar una respuesta adaptativa a estos.

¿Y qué tiene que ver la Biblia con el psicodrama? Pues muchísimo. ¿No es la Biblia un conjunto de historias de creyentes o buscadores que se enfrentan a dificultades en el camino, que bien podría ser la historia de cualquiera de nosotras y nosotros? Pues eso. Mediante el psicodrama, se busca profundizar en relatos bíblicos conectándolos con la propia existencia. Con lo que vivimos. Y es que, por si no lo sabías, ¡La Biblia habla de nuestras vidas! Y a través de ella, se intenta dar luz a la propia existencia y recorrido para acercarse a los relatos. Esta técnica abarca todas las dimensiones de la persona: intelectual, afectiva, corporal, individual, social, espiritual y/o religiosa. Uno consigue así sentir más familiar la historia de Ruth, de Job, de Elías, Naaman, la mujer adúltera… Vincula así sus historias a la propia existencia.

Esto requiere de una persona que guíe la dramatización. Todo un arte. No es cualquier cosa y no todo el mundo puede guiar, ya que el mediante el psicodrama muchas veces afloran traumas y heridas profundas que en el día a día puedan influirnos. Afortunadamente, el taller fue dinamizado por Giuseppe Bertagna, jesuita psicoterapeuta y psicodramatista, que nos ayudó a descubrir tesoros en los pasajes que trabajamos. Gran profesional con un trabajo en Italia alucinante, que merecería otro artículo aparte.

Pues eso. Que este fin de semana ha sido profundamente rico y lleno de descubrimientos. Todavía estoy removido. Digiriendo la experiencia. Con frutos por descubrir. Ojalá os haya podido transmitir lo interesante que ha sido. Hasta la próxima.