Pedro Aguado nos comparte desde Roma

Etiquetas:

El Sínodo de los Jóvenes, la Fe y el Discernimiento Vocacional entra en su fase decisiva. Se termina el estudio del instrumentum laboris y comienza la redacción del documento definitivo y del Mensaje a los Jóvenes del mundo. Ya se han elegido las comisiones redactoras, y los sinodales estamos ya proponiendo las ideas y prioridades que consideramos esenciales y que no pueden faltar.

Emergen tres dinamismos con mucha fuerza:

  1. La conversión pastoral de la Iglesia, que nos permita poder dar respuestas nuevas a las diversas situaciones en las que viven los jóvenes.
  2. La construcción de una Iglesia sinodal, en la que todos quepamos y en la que todos seamos corresponsables.
  3. Una Iglesia misionera desde una comunión orgánica, para impulsar el anuncio del Evangelio y la construcción del Reino.

Conversión, sinodalidad y misión van configurando la mayor parte de las aportaciones de los participantes en el Sínodo.

Junto a estos ejes centrales, es claro que hay algunas otras palabras que son protagonistas: escucha, acompañamiento, discernimiento, vocación, respuesta a las situaciones de exclusión, comunidad, proceso, centralidad del Señor, pasar de “pastoral juvenil a pastoral con los jóvenes”, etc.

No es menor la importancia del clima juvenil que se ha creado en el Sínodo, la alegría y humor que reinan entre los participantes, la invitación insistente del Papa a hablar con claridad, y la formidable riqueza que aportan los más de cuarenta jóvenes de todo el mundo que participan en todas las sesiones de trabajo.

Seguimos en oración por los frutos de este Sínodo.

Pedro Aguado