PASTORAL EN CLAVE FEMENINA – Juan Fernando Arroyave

En torno a la celebración del día de la mujer se levantan de manera especial los debates sobre el feminismo y, en general, sobre la pertinencia y las maneras adecuadas de llevar a delante las luchas reivindicadoras de la mujer, de su valor y papel en la sociedad y en la Iglesia.

Acogiendo la invitación de RPJ, de retomar desde el sínodo una reflexión antropológica y teológica que nos ayude a vivir en clave cristiana una revaloración de lo femenino, aporto unas consideraciones para nuestra práctica pastoral entre niños, niñas y jóvenes:

  • sobre el objetivo de la pastoral: me refiero a la predilección de Jesús y de la Iglesia por acoger a quienes sufren el maltrato, la discriminación y la pobreza, que debe movernos a no minimizar ninguna situación de abuso, maltrato o menosprecio por la integridad de las niñas y las jóvenes, tan común y cotidiano en todas nuestras latitudes;
  • sobre los agentes de pastoral: a pesar de no contar con la posibilidad de vivir el ministerio ordenado, en muchos de los países que aún viven con fervor el cristianismo ha sido la labor ministerial de las mujeres la que ha sostenido la luz de la fe, de la esperanza y del testimonio de Cristo entre las comunidades; razón suficiente para valorar el servicio que han prestado y pueden seguir prestando en la labor pastoral de la Iglesia;
  • sobre el método pastoral: porque considero que no se trata solo de una actitud de cuidado ante la vulneración de los derechos y la integridad de las mujeres, sino de la urgencia de reconocer el valor y los valores que tienen, como un aporte a la manera en que han de redefinirse las relaciones en el mundo de hoy: ternura, cuidado de la vida, donación generosa de sí, contacto con la sensibilidad profunda… tantas realidades de las que todos, especialmente los varones podemos aprender para crecer.