PARA SER LIBRES NOS LIBERTÓ CRISTO (GAL 5,1) RPJ 562Descarga aquí el artículo en PDF
Juan Carlos de la Riva
No cabe duda de que el abuso sexual es una lacra que extirpar de nuestra sociedad y especialmente de aquellos entornos que deberían garantizar un crecimiento saludable y esperanzado de la persona, como son los procesos catequéticos y de pastoral juvenil. Cuando en estos entornos se producen conductas de abuso sexual por parte de los agentes de pastoral, aprovechándose estos de la confianza que su puesto les confiere, nos surge la pregunta de si estamos haciendo todo lo posible para que esto no se dé. Inmediatamente descubrimos muchos elementos que entran en juego y que habría que haber cuidado a tiempo: el equilibrio psicológico de las personas responsables, la formación crítica y capacidad de las víctimas para defenderse, las situaciones que había que haber evitado, la capacidad de los terceros para denunciar con libertad, etc. elementos que habrían evitado que nuestra estructura pastoral se convierta en cómplice de estas situaciones. También nos cuestiona sobre nuestra capacidad de atender, acompañar y sanar a las víctimas, en un ejercicio de caridad sin el cual el Evangelio deja de ser creíble. Afortunadamente ha crecido la sensibilidad acerca de este tema y se han habilitado protocolos de prevención en el seno de nuestras comunidades educativas y plataformas evangelizadoras.
Nos surge la pregunta de si estamos haciendo todo lo posible para que esto no se dé
Con la profundización en la prevención del abuso sexual y el estudio de sus mecanismos, se ha encendido también en el discurso crítico sobre las estructuras pastorales la posibilidad de otros tipos de abusos que, aprovechándose igualmente de los mecanismos de autoridad y situaciones de poder, someten a las personas en su dimensión intelectual y volitiva. Nuestra revista quiere hacerse eco de este fenómeno del abuso de conciencia, del uso de la autoridad pastoral para la manipulación ideológica, el proselitismo, el sectarismo y, en definitiva, la pérdida de capacidad personal para discernir. Los actuales tiempos de incertidumbre y de relativismo están siendo el caldo de cultivo propicio para el surgimiento de propuestas pastorales que, lejos de educar en libertad y capacidad de discernimiento, involucran a los y las jóvenes en asentimientos acríticos, pertenencias ciegas, sometimientos emocionales, etc. Son propuestas que ofrecen la falsa seguridad del líder que exige obediencia ciega o del grupo que genera dependencia emocional. Desde RPJ queremos colaborar a una pastoral que haga crecer a las personas no solo en ambientes seguros para su integridad física en el plano de lo afectivo-sexual, sino también en ambientes de libertad ideológica y de decisión, para que el sí al Evangelio se haga precisamente desde la entrega total de la máxima libertad personal.
Expertos en materia de abusos en la Iglesia, como son Juampa Dreidemie Mendoza en Argentina, Nurya Martínez Gayol y Antonio Carrón de la Torre analizan las claves de este fenómeno apuntando los elementos que lo posibilitan, al tiempo que nos iluminan sobre actitudes y estrategias para su prevención. Ellos nos darán definiciones que nos clarifiquen, factores de riesgo desde los que evaluar nuestra plataforma pastoral, y pistas para trabajar desde nuestros equipos, entre las cuales destacarán sin duda la atención a las víctimas, la formación de todos los agentes de pastoral y la articulación de mecanismos de denuncia.
También desde esta perspectiva enfocarán sus reflexiones nuestros colaboradores habituales: Enrique Fraga, María Ángeles López, Fernando Donaire, la comunidad de Suesa, Adrián Pisabarro, el equipo de Crishom…
Esperamos que puedas llevar este tema a tu equipo e invites a tus colaboradores/as a expender la sensibilidad ante este importante tema pastoral.
Queremos colaborar a una pastoral que haga crecer a las personas