Comunidad Monasterio de la Santísima…RPJ 556 Descarga aquí el artículo en PDF
Comunidad Monasterio de la Santísima Trinidad Suesa
Continuamos con nuestra pequeña escuela de oración. Comenzamos, hace unos meses, poniendo la atención en la motivación que nos lleva a la oración. No estamos hablando de conseguir algo, de llegar a una meta sino más bien de dar cabida a un deseo que nace de dentro, el deseo de Dios que llevamos los humanos dentro del corazón. Dios tiene sed de ti, te busca y te anhela, así que esto de la oración está motivado por un encuentro, una relación entre dos. La inercia de la sociedad en la que vivimos no nos lleva precisamente al encuentro con la profundidad, sino más bien en la otra dirección. Nos invaden demasiados estímulos acústicos, visuales, sensoriales, que nos despistan por caminos sin salida, nos llenan de miedo, de prisa, de angustia, pero como es una inercia, no es tan fácil salir de ello, así que hemos de tener claro que necesitamos una dosis de compromiso, de esfuerzo. Por eso hablamos del tiempo y del espacio que hemos de cuidar si queremos favorecer una relación real con Dios.
Sumergirnos en el silencio nos ayuda a serenar ruidos, dispersiones, a encontrarnos con lo verdadero, lo auténtico. ¿Cómo podemos afianzar un camino de oración sin autoengaños? La propuesta de este mes va por ahí, la búsqueda del diálogo con Dios sin manipulaciones. La herramienta que tenemos a mano es la Biblia, porque con ella nos acercamos al sentir de Dios. Ella contiene la Palabra de Dios igual que un cuadro contiene la mirada del artista. Las palabras que emiten nuestros labios tienen un poder inmenso, pueden crear o destruir, permitir nacer o matar. Nuestros antepasados de la Biblia lo tenían claro, reconocen en las palabras la fuerza del espíritu de quien las dice. No son meros vocablos emitidos por la garganta, sino que la palabra nombra la realidad, por eso es tan importante que te bendigan (bien-digan) o que te maldigan. La palabra es viva y es eficaz, actúa. Desde esta perspectiva seguramente cambia tu manera de escuchar la Biblia, porque es la palabra que contiene el sentir de Dios. Orar con la Biblia te acerca al corazón de Dios.
Para personas cristianas la Palabra de Dios no es la Biblia en sí misma, sino Jesús, la persona de Jesús. Si realmente quieres conocerle, sumérgete en su vida. Te va a encantar y vas a ir creciendo más más comprendiendo con hondura quién es y quién eres tú.
Nos da cierta pereza leer la Biblia porque no entendemos los textos y, sin embargo, queremos seguir a Jesús. Vivimos cierta contradicción. ¿Imaginas unos hinchas de un equipo de fútbol que no conocen el color de la camiseta, quién es el entrenador, qué jugadores son delanteros, defensas, quién es el portero… y ven un partido cada cierto tiempo? Con la Biblia pasa algo muy parecido. Nos decimos seguidoras de Jesús de Nazaret, nos atrae su manera de hablar, de actuar, pero apenas nos sumergimos en su vida. Cuando leemos un texto pasamos por alto la mayoría de los detalles y acabamos por no entender nada. No es lo mismo hablar en la plaza de tu pueblo que en la iglesia de tu barrio, que en tu casa o en el Vaticano. Tampoco es lo mismo hablar para tus amigos, que para gente extraña o para gente que está todo el rato poniéndote en entredicho. Todos estos detalles nos los cuentan los textos del Evangelio y es lo que van poniendo el marco a lo que Jesús quiere expresar. Te resultará mucho más rico, irás sumergiéndote en una relación autentica. Lee y ora con la Palabra y aprenderás a conocer el corazón de Dios.
Cualquier celebración a la que vayas está impregnada de las palabras que habitan en la Biblia. Es un tesoro en el que merece la pena zambullirse. Jesús conocía el Antiguo Testamento, discutía con otros judíos sobre el significado de los textos. Hay textos para todos los gustos, una gran diversidad, relatos, cuentos, sueños, poesías. Te encontrarás con el corazón orante de la humanidad, en su angustia, alegría, asombro, miedo, admiración…
Desde siempre ha habido en la Iglesia mujeres y hombres que han leído, memorizado y orado con la Palabra, la Biblia. Para que te hagas una idea, durante muchos siglos fue el libro de texto de las escuelas para aprender a leer y escribir o para aprender a pensar y a hacerse persona adulta.
Nuestro consejo es que te pongas manos a la obra. Ora con la Palabra entre las manos. ¿Por dónde empezar? Por el principio, que, para nosotras, las cristianas, no es el primer libro de la Biblia sino el Evangelio, la enseñanza de Jesús. Hay varios caminos que puedes tomar, esto es algo así como «elegir tu propia aventura». Después de crear un clima agradable de serenidad, de habitar el espacio que has preparado para la oración, invocar al Espíritu te ayudará a centrarte, entonces toma la Biblia y comienza a leer.
- Si estás apenas empezando en esto de la oración puedes seguir algunos recursos preparados para orar el Evangelio del día, el texto que se escucha en las eucaristías que se celebren ese día. Esto, aunque tal vez no lo valores, hace cuerpo en sí mismo. Orar con este texto concreto te une, te pone en comunión con miles de personas que también están orando con él. Te une a una corriente de personas con la misma sed que tú.
- Calculamos que, seguramente, no habrás leído un evangelio seguido nunca, que a lo más te sonarán algunas escenas que has oído en alguna celebración de refilón. Pues vale, otra opción que te proponemos es orar con la Palabra empezando por uno de los evangelios, una lectura continuada, por ejemplo, a Marcos (¡es corto y claro!). No todo de golpe, sino en párrafos amplios que te permitan una visión de conjunto. Lee con atención, sin los titulitos en negrita de tu Biblia. Los evangelios son textos que están escritos para ser leídos en voz alta, para otras personas, la división en capítulos y los títulos vino más tarde. Por eso es una buena opción leer el texto en voz alta, aunque solo estés tú. Te ayudará escuchar tu propia voz, ponerle sonido, el tuyo, a la Palabra de Dios. Recuerda: en el mundo de la Biblia se considera que la palabra emitida tiene consistencia por sí misma, es duradera, actúa, es como una criatura que has activado.
Aquí tienes algunos recursos que te vendrán de perlas.
- Para orar con el evangelio del día: rezandovoy.com
- Puntos para la oración cada jueves: https://www.ivoox.com/podcast-puntos-para-oracion-junkal-guevara_sq_f168348_1.html
Seguramente te surgirán preguntas acerca de lo que has leído, de lo que quiere decir (¡son textos escritos hace mucho tiempo!), por eso te recomendamos que eches un ojo a este canal de Youtube: Proyecto Biblia: https://www.youtube.com/c/BibleProjectEspa%C3%B1ol
Orar con la Biblia te acerca al corazón de Dios
Lee y ora con la Palabra y aprenderás a conocer el corazón de Dios