ORANDO CON CHARLES DE FOUCAULD ABANDONADOS EN LAS MANOS DE DIOS – Fernando Arriero

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Fernando Arriero

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Paso 0. Ambientación

La ambientación de hoy será muy sencilla. Nos podemos reunir en torno a nada, es decir, que en el centro de la sala no haya ningún motivo o, quizás, sí una vela o una imagen de Charles de Foucauld o algún objeto/imagen/escultura que evoque el abandono.

Paso 1. Hacemos silencio exterior y, sobre todo, interior durante unos segundos para tomar conciencia del encuentro orante que se va a vivir.

La persona que guía la oración puede decir:

«Nos disponemos interiormente a dejarnos tocar y transformar por una de las oraciones más rezadas en la tradición cristiana en este último siglo. El hermano Charles de Foucauld, militar, explorador, geógrafo y monje, nos dejó en 1896 una meditación que dio lugar a la que hoy se conoce como la “oración de abandono”. Esto es lo que vamos a hacer en este rato: disponernos para abandonar nuestro corazón, nuestro ser en las manos de Dios».

Paso 2. Oración meditativa

La persona que guía la oración explica la dinámica y deja un tiempo de silencio considerable. Se trataría de ir leyendo a nivel personal (o quien guía la oración) verso a verso la oración del abandono de Charles de Foucauld. Entre verso y verso dejamos el tiempo que se estime (personal o comunitariamente) para saborear y meditar el verso leído o escuchado.

De fondo no es necesario poner música para crear un clima más «arduo», aunque también podría ponerse alguna música instrumental con sonido de viento en el desierto como, por ejemplo: https://www.youtube.com/watch?v=gZzYTHovFt8

  • Padre mío, me abandono a Ti. Haz de mí lo que quieras.
  • Lo que hagas de mí te lo agradezco. Estoy dispuesto a todo.
  • Lo acepto todo con tal que Tu voluntad se haga en mí y en todas tus criaturas.
  • No deseo nada más, Dios mío. Pongo mi vida en Tus manos.
  • Te doy mi vida, Dios mío, con todo el amor de mi corazón, porque te amo.
  • Para mí amarte es darme, entregarme en Tus manos sin medida, con infinita confianza.
  • Tú eres mi Padre.

Paso 4. Tiempo de compartir

Se da opción de hacer eco de la frase que más me ha iluminado o con la que Dios nos ha sorprendido. O una idea o un sentimiento. Se invita que sea algo breve para que vaya en consonancia con la actitud de abandono que se ha deseado favorecer.

Paso 5. Salida en misión

Escuchamos una canción basada en la oración de abandono de Charles de Foucauld: https://youtu.be/K4mycwyflRs?si=KD81OMUbzsgYqpQO

Y, para terminar, leemos el siguiente texto de su diario (1909) que nos impulsa a la misión en nuestra cotidianidad:

«Mi apostolado ha de ser el apostolado de la bondad. Al verme ha de decirse: “puesto que este hombre es bueno, su religión ha de ser buena”. Si se pregunta por qué soy dulce y bueno, tengo que responder que porque soy servidor de uno mucho más bueno que yo. ¡Si supierais lo bueno que es mi maestro Jesús!».