Nuevas vocaciones: Ministerio Laico de Pastoral Escolapio

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Regina López

RPJ-HazmePensar-NuevasVocaciones-DestacadaEstamos en un momento precioso para la Iglesia en el que se respira un aire nuevo que invita a entrar, a participar, a sentirnos parte de nuestra Iglesia. Se abren nuevos caminos, nuevas formas de participación, por ello también es momento de nuevas vocaciones.

Las Escuelas Pías de Emaús, hace ya más de 10 años que tuvieron la gran intuición, como san José de Calasanz en su momento, de dar respuesta a distintas vocaciones que estaban surgiendo en la familia escolapia. Teniendo presente el trabajo pastoral en los colegios y en las obras de las Escuelas Pías, la opción por el camino conjunto entre religiosos y laicos, así como el deseo de impulsar todas las formas de participación en el carisma escolapio, exigen un esfuerzo creciente en lo relativo a los recursos humanos y agentes de pastoral, el ministerio laico de pastoral surge como una manera de responder a las necesidades evangelizadoras actuales.

Gracias a la dimensión sacerdotal de la Orden y su ministerio ordenado escolapio, los ministros laicos de pastoral continuamos la labor propia que Jesús encomendó a su Iglesia a través de los pastores. Es la participación en esta labor la que confiere identidad pastoral al ministerio.

Yo soy antigua alumna de los Escolapios en Sevilla (Calasancio Hispalense) y he formado parte desde pequeña del Movimiento Calasanz, en este proceso opté por vivir mi fe en comunidad dentro de la Fraternidad Escolapia y llegó un momento en el que un escolapio que me conoce muy bien me propuso comenzar este proceso de discernimiento y preparación para el ministerio, más adelante nuestro provincial de entonces, ahora Padre General, Pedro Aguado, me especificó que me lo ofrecían como mujer, esposa y madre valorando lo que ello aporta y supone en la encomienda, lo cual me tranquilizó y agradecí enormemente en ese momento. Desde el momento inicial lo he vivido como una bendición por poder servir de esta forma en la Escuela Pía y a la Iglesia trabajando juntamente con religiosos y otros laicos en la pastoral juvenil; con alegría por vivir esta renovación de la Iglesia en la que la mujer se hace cada vez más presente y de manera natural participa de la misma manera del ministerio y sintiendo que aporta crecimiento en lo personal, en mi familia y en mi fe.