No sé qué te pasa, pero has venido con una tristeza oscura en los ojos. Te quedas a un lado, seria. Tienes la mirada adulta, como de quien ha vivido muchas tragedias. No quiero ni imaginarlas, me duelen tanto…
Las niñas juegan, ¿sabes? Y ríen, y corren, y tienen en los ojos pájaros y flores y sueños. Las niñas no se quedan a un lado mirando al infinito.
Y yo con toda mi ternura y mis juegos escarbando tu dureza, arañando tu coraza para que seas de nuevo la niña, y te arranques los ojos de tragedias, y te pongas los de pájaros y flores.
No sé qué te pasa, pero quiero abrazarte, niña. Y me acerco. Y se ilumina tu rostro con una sonrisa tímida, y levantas tus brazos hacia mi cuello. Y te beso, te beso fuerte, para que sepas, niña, que te quiero. Que te quiero niña.