MÚSICA: GENTE PEQUEÑA Gente pequeña

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Gente pequeña es un grupo musical de Jerez de la Frontera, nacido desde la Pastoral de La Salle en Andalucía. Tras muchos años cantando por separado en las actividades pastorales de distintos colegios, con la excusa de conseguir dinero para proyectos de desarrollo de la ONGD lasaliana, PROYDE, se unieron como grupo cantando en ceremonias de bodas. Con el tiempo, y después de varios años de bodas, se plantearon hacer también un trabajo pastoral más explícito, dinamizando oraciones y, siempre que sea posible, con una finalidad solidaria. De esta manera intentan llevar a cabo su compromiso cristiano haciendo lo que decía hace poco el papa en una homilía en Santa Marta: «dedicar tiempo a estar ante el Señor en contemplación y hacer todo lo posible para el Señor al servicio de los demás».

¿De dónde viene el nombre del grupo?

Nosotros formamos el grupo inicialmente para conseguir dinero para la ONGD de La Salle, PROYDE, con la que todos colaborábamos de una u otra manera, y con la que, además, algunos nos fuimos de proyecto misionero algún verano a Perú, Etiopía o Benín. Estuvimos varios años sin nombre hasta que un día grabamos un par de canciones de versiones y vimos la necesidad de buscar ya un nombre, para poder promocionarlas y darnos a conocer. Empezamos a buscar palabras en lenguas africanas que tuvieran significados relativos a la solidaridad, el amor, la amistad. Con la ayuda de Agustín Ranchal, un hermano de La Salle que está en Kenia, hicimos un listado de palabras en suajili. Tras votaciones entre nosotros, salió Huduma, que significa «servicio». Pero no nos reconocíamos en ese nombre y decidimos darle una vuelta. Había un as en la manga relacionado con nuestra ONGD, y es que PROYDE utiliza mucho como lema ese texto de Galeano que dice «Mucha gente pequeña, en muchos lugares pequeños, haciendo muchas cosas pequeñas, puede cambiar el mundo». Gente pequeña lo utilizamos mucho en PROYDE y La Salle para hablar de voluntariado y de quienes quieren cambiar el mundo. Nosotros, cantando en bodas para PROYDE, nos sentíamos «gente pequeña». Además de esa dimensión solidaria, «gente pequeña» es humildad, sencillez y el hacerse pequeño es un concepto muy repetido por Jesús en el Evangelio. Así que habíamos estado dando mil vueltas buscando, cuando el nombre lo teníamos a nuestro alrededor desde siempre.

¿Cómo os conocisteis y cuánto tiempo lleváis como grupo?

Todo viene de la pastoral de La Salle, desde hace unos dieciséis años, cuando teníamos encuentros entre los grupos de Salle Joven de dos de los coles en Jerez, Mundo Nuevo y Buen Pastor, y nos gustaba cómo sonaba cuando nos juntábamos. Empezamos a bromear con hacer un coro y la broma se prolongó muchos años, en los que cada uno seguía cantando en su cole, e íbamos sumando gente que pasaba por los grupos y les gustaba cantar o tenía formación musical. En el año 2011, Maribel, de las comunidades cristianas de Buen Pastor, nos plantea si estábamos dispuestos a cantar en la boda de su sobrina y que nos darían un donativo. Llegamos a un acuerdo y eso fue el empujón definitivo para conformarnos como grupo, con gente de los dos coles y con una chica de Sevilla, entonces novia y ahora mujer, de otro catequista y profe de Jerez. Desde entonces, ha entrado gente, ha salido otra, ha habido quien ha vuelto…

Actualmente somos diez: Mariu, Eva, Javi, May, María Luisa, María, Silvia, Claudia, Pilar y Pablo. El grupo está vivo y vamos asumiendo nuevos retos, por el camino donde Dios nos va llevando, sin darnos nosotros cuenta. No es fácil, porque en Gente pequeña hay casados, solteros, trabajadores, estudiantes, profes de La Salle, una profe de otro cole, profesionales externos a la enseñanza, tenemos cuatro peques, gente que también es catequista o voluntaria, gente con responsabilidades en la pastoral de La Salle Andalucía, gente fuera de Jerez… A veces hay que hacer encaje de bolillos para ensayar o para poder estar la mayoría cuando nos toca cantar en algún sitio, pero nos lo pasamos bien y creemos que lo que hacemos gusta y sirve, tanto para sacar recursos para el Sur como para ayudar en la oración a otras personas, especialmente a los jóvenes. Así que, nos dejamos llevar, y que Dios nos siga conduciendo hacia donde Él quiera…

¿Qué música hacéis? ¿Cuáles son vuestras influencias musicales? ¿Y las influencias humanas?

Podemos hablar de dos dimensiones diferentes: la de los eventos y la de oración y pastoral. En las celebraciones de bodas, bodas de oro o bautizos, intentamos combinar canciones cristianas con música de autores no cristianos, desde Il Divo a Juanes, pasando por Alejandro Sanz, Maná, Gloria Estefan o Alba Molina, con temas que hablen del amor, el compromiso, la fidelidad o la infancia, siempre dándoles su sentido para cada momento de la liturgia. También cantamos en otros eventos, música más actual, con canciones en torno a la solidaridad, la amistad, la paz. Nos gustan mucho los cantautores, o la música pop o pop-rock, pero cualquier canción cuyo mensaje nos guste, nos planteamos trabajarla y hacerla nuestra. A nivel de canción cristiana, hemos crecido escuchando a Brotes o, sin saberlo, a Alberto y Emilia, cuyas canciones estaban en los cancioneros sin autor, y supimos de ellos más tarde. También influyó en algunos de nosotros el hermano Emilio Salado, músico y profesor de música de Buen Pastor, que llevaba en su momento el coro del cole y que nos animó a cantar o a tocar. Y después hemos madurado con Ixcís, Nico, Luis Guitarra, Migueli, Hermana Glenda… La verdad es que se está haciendo música cristiana muy buena, hay muchos autores trabajando estupendamente, y hay mucha gente, a veces desconocidos como nosotros, creando cosas muy chulas.

Fuera de lo musical, hemos crecido dentro de la familia lasaliana, con su espiritualidad y su vocación por los más olvidados, especialmente la juventud y la infancia. Muchos hermanos y seglares nos han ido y nos siguen acompañando y marcando. Y, fuera de La Salle, el papa Francisco es un regalo de Dios para toda la Iglesia, que está intentando abrir las puertas y ventanas para que entre el Espíritu. Sus textos, con ese lenguaje tan sencillo y esa «santidad de la puerta de al lado» nos están inspirando mucho para componer nuestras canciones.

¿Qué os ha supuesto participar en la Escuela de Pastoral con Jóvenes de este año?  

Lo de la EPJ2018 ha sido un impulso muy importante para nosotros, interno y externo. Externo porque nos ha dado a conocer entre mucha gente de Iglesia, con otras congregaciones, y además parece que gustó y sirvió nuestra contribución al encuentro. No se nos olvidará cómo todo el mundo acabó cantando la canción que hicimos sobre el lema, «Elige lo +», pero tampoco el ambiente tan especial que se vivió en las oraciones y la Eucaristía, con todos los participantes cantando junto a nosotros, como una sola voz. Esa vivencia nos ha servido para confirmar que tenemos que profundizar en la labor pastoral desde la música. Hace un par de años tuvimos la oportunidad de participar en una oración por Haití aquí en Jerez, con Ixcís, Nico y Unai Quirós, y nos encantó la experiencia, porque realmente, como hemos dicho antes, nosotros venimos de la pastoral juvenil y hablamos ese lenguaje. Tras esa vivencia, justo hace ahora un año, en un rato de convivencia entre nosotros, acordamos seguir con las bodas, que es lo que nos llevó a unirnos como grupo y que es una mayor fuente de donativos para los proyectos de desarrollo, pero trabajar también la pastoral, a través de celebraciones o conciertos oración.

¿Qué perspectivas tenéis a partir de ahora, y qué tipo de actuaciones ofrecéis?

Vamos un poco a lo que nos va saliendo con el boca a boca, aunque ahora estamos poniendo un poco de más empeño en promocionarnos a través de las redes. Nosotros ofrecemos un formato de oración-concierto para animar la vida pastoral en parroquias, comunidades o colegios. O bien preparamos y dinamizamos todo nosotros, con el tema o momento litúrgico que se nos pida, y un repertorio de canciones, nuestras y de otros autores en torno a eso, o nos adaptamos a celebraciones ya hechas, poniendo nosotros la música. De las primeras cosas que hicimos fue invertir en nuestro propio equipo de sonido, para no depender de las infraestructuras de cada sitio y poder llevar un producto de mayor calidad, con lo que también aportamos eso. A cambio lo que pedimos es algún tipo de aportación solidaria, fundamentalmente para los proyectos de PROYDE, pero también estamos abiertos a colaborar con otras causas. En las oraciones-concierto nos sentimos muy a gusto, porque se puede conectar más con las personas asistentes y es más espontáneo y natural. Las bodas, que es lo que más habíamos hecho hasta ahora, son un momento muy bonito, de celebración del Amor, pero es una responsabilidad muy grande, porque es «el día más especial» para los novios, que preparamos con mucho cariño personalizando el repertorio a su gusto, y no puede fallar nada. Somos parte de la banda sonora de ese día, y tiene que quedarles un gran recuerdo y ayudarles a vivir la ceremonia con intensidad. En el fondo, no deja de ser pastoral, y es un día en el que van a la Eucaristía personas que no la viven habitualmente. Nosotros podemos contribuir a que les queden ganas de más… Y hemos visto, a personas alejadas de la Iglesia, emocionarse con el «Aleluya de la Tierra» o con el «Si conocieras como te amo» («Si conocieras el don de Dios») de la Hermana Glenda. La música acerca los corazones y acerca a Dios… Y como sueño, a medio plazo, nos gustaría grabar nuestro primer disco con nuestras composiciones. Pero no hay prisa, queremos que sigan surgiendo nuevas canciones, confrontarlas con el público y saber si gustan y mueven corazones, y cuando el proyecto esté maduro, ya se verá…

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