Morir rico es morir en desgracia – Josep Perich

El multimillonario Charles Feeney, cofundador de Duty Fee  regala toda su fortuna en vida para apoyar causas justas: 7.000 millones de euros.

Este empresario norteamericano, a sus 89 años, ha conseguido su objetivo: quedarse sin dinero en vida, donando todo lo que tenía para actos benéficos. Lo ha conseguido gracias a tener una vida austera y sin lujos. Ahora Freeney vive con su mujer, en un piso pequeño de dos habitaciones, en San Francisco. No tiene coche propio y es famoso por tener un reloj que compró por 10 euros.

Consiguió su fortuna en el 1960, cuando decidió que sus tiendas para vender productos a los militares norteamericanos que viajaban a Europa se convirtieran en tiendas  libres de impuestos, las conocidas Duty Free Shoppers (DFS). Con su socio Robert Miller, dan trabajo a más de 9.000 empleados en todo el mundo.

Lo que a Charles Feeney de verdad le interesaba de forma secreta y desinteresada era ayudar a los demás.

La vida de Feeney cambió después de leer “Riqueza” de Andrew Carnegie, que también es conocida como “El evangelio de la riqueza”. Algunas de sus frases como: “morir rico es morir en desgracia” cambiaron la vida de Charles Feeney.

Él siempre ha dicho que no necesita tener nada más, porque es feliz así.

(Cataluña-Radio: 29/09/2020.Resumen)

COMENTARIO:

Hablando con un joven abogado, que ilusionadísimo estaba preparando su boda, me comenta: “estoy comprobando que desde el inicio de la pandemia se están rompiendo, más de lo habitual, muchos matrimonios”. Nos preguntábamos el por qué. Podría ser, entre otras causas, que las personas hayamos o hayan reducido su movilidad y el estrés …

Entonces la alternativa es tener mayor vida familiar o relacion más cercana, más de tú a tú;  poder dialogar más sobre las adversidades que a todos nos afectan, reflexionar, tomar decisiones, ser más austeros … Pero si no tenemos el  hábito de disfrutar lo que poseemos y a demás envidiamos lo que quisiéramos tener, facilmente  apareceran las rupturas en las relaciones humanas, el miedo, la angustia y la depresión.

Afortunadamente “cuando todo está  muy oscuro es cuando mejor se ven las estrellas”. La valoración de la dignidad del otro y la relación interna de corazón a corazón entre personas o colectivos, abren horizontes luminosos. “Cuando uno sueña, solo es un sueño, una fantasía. Cuando muchos soñamos juntos, el sueño se convierte en realidad” (Helder Cámara).

 La felicidad que experimenta a sus 89 años Charles Feeney con su esposa, parece un milagro. Y es que habían descubierto que “morir rico es morir en desgracia”. Aprendieron, no sé si lo sabían o no, que “hace más feliz dar que recibir”. (San Pablo citando a Jesús Ac 20,35).

No esperemos  vivir felices en una hipotética vejez. No es cuestión de tener dinero o más tiempo para ser feliz. Es cuestión de la forma de relacionarnos con gratuidad. No perdamos el presente. ¿A qué esperamos?

 

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