Fernando Meirelles, reputado director brasileño que cuenta en su filmografía con obras tan notables como Ciudad de Dios (2002) o El jardinero fiel (2005), nos regala una película a la que se le puede aplicar el popular aserto italiano se non è vero, è ben trovato. Como digo, lo primero que hay que destacar es que estamos ante una obra de ficción, inspirada en algún acontecimiento real y con palabras dichas por sus protagonistas reales, pero con tantas licencias que el guionista Anthony McCarten crea un trabajo original alejado del rigor histórico.
Lo importante es que, al margen de si es cierto que Benedicto XVI tiene pasión por la Fanta, Los dos papas es una película sincera, honesta, que nos cuenta una realidad inventada, pero muy posible, creíble y atractiva al espectador. Hay verdad y fe en esa Iglesia diversa pero en escucha que evidencian Benedicto y Francisco. Y esa la verdad que nos interesa.
Meirelles y Mccarten nos cuentan los imaginados encuentros del cardenal Bergoglio, que viaja al Vaticano para presentar su renuncia, con un papa, Benedicto XVI, cansado, enfermo y sin fuerzas para asumir los retos de una Iglesia en transformación y salpicada por numerosos escándalos. Dos personalidades distintas, con experiencias vitales casi antagónicas (el intelectual y el hombre de a pie), y con miradas hacia el futuro divergentes. Pese a todo, y gracias a largas conversaciones por Castel Gandolfo, por los palacios vaticanos de Rafael o la Capilla Sixtina, compartiendo una pizza frente al televisor o un intento de bailar el tango, se despierta entre ambos una empatía que les descubre que es más lo que les une que lo que les distancia, y que comparten una fe y un amor a la Iglesia que les redime y aúna.
Y a través de estos dos personajes vemos una Iglesia imperfecta, pecadora, que duda, que no encuentra el camino, egoísta y autista. Pero también encontramos esa Iglesia poderosamente humana, en diálogo, capaz de sobreponerse gracias a la fe, a la escucha, a la acogida, a la transformación, al discernimiento común y a la práctica de los valores evangélicos. La conclusión es evidente, en este mundo de ruido y furia el debate sincero, el razonamiento y la comprensión son el camino futuro de la fe y de la convivencia.
En la película todo es tan humanamente creíble en sus diálogos y convivencias, como esa improbable conversación de los dos papas en una solitaria Capilla Sixtina, de la que finalmente son expulsados por los turistas. ¡No me digan que no puede ser cierta esa paradoja! Y así vamos descubriendo a dos religiosos enternecidos por el reconocimiento mutuo que van experimentando a lo largo de sus discusiones, y de compartir esos momentos tan poco teologales como el fútbol, el tango o los Beatles.
Al atractivo e inteligente guion se suman dos interpretaciones mayúsculas. Anthony Hopkins, como Ratzinger, está soberbio, su mejor actuación en décadas, y le da réplica un excelente Jonathan Pryce, dando voz cuerpo y gesto a Bergoglio. Ambos mimetizan a la perfección a sus personajes, con sutileza, matices y contención.
Algunas pistas de trabajo
- ¿Te ha gustado o no la película? ¿Ha conseguido emocionarte y hacerte reflexionar? ¿Qué te ha gustado e impresionado más y por qué?
- ¿Qué crees que es lo más interesante y el mensaje o mensajes principales de la película?
- Los dos papas muestran una clara voluntad de diálogo, de escucha, de entendimiento y de discernimiento en común, desde posiciones vitales y de pensamiento diferentes. Revisa los diálogos entre Francisco y Benedicto y encuentra esa voluntad de escucha y discernimiento en común.
- ¿En qué se parecen y qué tienen en común los dos papas?
- ¿Qué verdad superior buscan ambos a pesar de sus diferencias?
- Reflexiona sobre la reconciliación y el perdón que buscan y necesitan ambos.
- ¿Cómo interpretas la confesión que cada uno hace al otro?
- Los dos papas deben afrontar decisiones que no quieren y no les gusta tomar. ¿Qué puede más en las decisiones que finalmente toman? ¿Qué les guía?
- ¿Interpretas la película como metáfora o un mensaje para la propia Iglesia? ¿Y para ti como católico?
- ¿Qué valores y mensajes evangélicos encuentras en la película? Destácalos.
FICHA TÉCNICA
Título original: The two popes
Año: 2019
País: Reino Unido
Duración: 126 minutos
Director: Fernando Meirelles
Guión: Anthony McCarten
Música: Bryce Dessner
Fotografía: César Charlone
Montaje: Fernando Stutz
Producción: Dan Lin; Jonathan Eirich; Tracey Seaward
Reparto: Anthony Hopkins (papa Benedicto); Jonathan Pryce (papa Francisco); Juan Minujin (Bergoglio joven); Luis Gnecco (cardenal Hummes); Cristina Banegas (Lisabetta); Renato Scarpa (Camarlengo).
Vamos descubriendo a dos religiosos enternecidos por el reconocimiento mutuo que van experimentando
En este mundo de ruido y furia el debate sincero, el razonamiento y la comprensión son el camino futuro de la fe y de la convivencia
José M.ª González Ochoa chemagochoa@gmail.com
OTRAS RECOMENDACIONES
- El joven papa (2018) y su continuación El nuevo papa (2019), del director italiano Paolo Sorrrentino, es una serie de HBO que no deja indiferente a nadie –creyente o no– por algunos de sus controvertidos planteamientos estéticos y temáticos, pero que puede ayudarnos a reflexionar sobre la Iglesia que queremos y del futuro. También puede resultar interesante compararla con la película Los dos papas y extraer alguna conclusión por contraste.
- El cardenal (Otto Preminger, 1963). Una película que puede haber envejecido en algunos aspectos, pero que tiene interés. A través de la vida del sacerdote Stephen Fermoyle, quien llega a ser cardenal en la curia vaticana, aparecen temas que hoy siguen preocupando al catolicismo: el aborto, la sexualidad, la guerra, la homosexualidad, los derechos civiles…
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