La pasión no es redentora por el sufrimiento ni por el hecho de ser vivida por Jesús, verdadero hombre y verdadero Dios. La pasión es redentora porque en ella se vive, hasta las últimas consecuencias, el compromiso de hacer la voluntad del Padre, cumpliendo la promesa de Dios: dar vida -en abundancia- a todo ser humano.
Pero la pasión también deja claro que vivir según la voluntad del Padre incomoda a los poderosos y trae persecuciones -auténtica cruz-, incluso la muerte/asesinato de inocentes -con esperanza de resurrección-
Vivir según la voluntad del Padre trae redención a quien la vive y al mundo entero. Así pues, la salvación no es individual ni intimista sino universal y comunitaria, con compromiso íntegro: social, político, comunitario, personal, espiritual, mental, sentimental, ecológico, etc.
Llegado el momento de tu “Getsemaní” tendrás que tomar una decisión valiente, confio en ti y mantengo la esperanza de que tu decisión será pro-existente.
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