Liderar en la incertidumbre – Miguel Jaimes

Estamos acostumbrados a ejercer nuestro liderazgo en situaciones personales o laborales que son estables y tenemos bajo control; pero ¿qué pasa cuando surgen circunstancias inesperadas que no podemos controlar?

No tenemos el poder de elegir la crisis, ella simplemente llega y hay que estar listos. No sabemos lo que nos viene caminando a oscuras y desorientados pero el liderazgo en la incertidumbre puede marcar la diferencia. En tiempos inciertos, la energía se dispersa porque comenzamos a mirar en diferentes direcciones. Hay que fortalecer nuestro espíritu emprendedor identificando y nutriéndose de fuentes de energía cuidando la alimentación, el sueño, la oración y relaciones humanas sanas.

La reconversión del liderazgo en medio de la incertidumbre implica liderar con humanidad y con inteligencia. La capacidad de mantener la calma y fijar un rumbo en medio de la penumbra, buscando definir o replantear una visión de futuro que sirva de brújula para enfocarse e ir construyendo caminos de esperanza con otros.

Es necesario, desarrollar la capacidad de buscar soluciones y ponerlas en marcha. Pensar en forma genuina en las personas que están a nuestro alrededor y trabajan con nosotros para potenciar sus talentos individuales y crear cohesión basada en una cultura del cuidado mutuo y una visión compartida.

El líder en la incertidumbre, crea un futuro e invita a los demás a tomarlo, apropiárselo y actuar en consecuencia. Nuestro desarrollo como humanidad no es un proceso lineal sino un proceso incierto. Necesitamos líderes que emprendan y que no tengan miedo de imaginar un nuevo futuro, lleno de nuevas oportunidades.

Todos tenemos un gran potencial con estos elementos esenciales:

1) Desarrollar el control y la calma: Manejar con habilidades espirituales y psicológicas el miedo y el temor impactando de forma positiva y esperanzadora en las emociones de los demás.

2) La capacidad de crear una visión: Buscar la esencia y volver al origen, a las raíces para crear y proyectar nuestra visión de futuro de una sociedad donde estén asegurados derechos fundamentales como una salud digna y una educación de calidad.

3) Pasar a la acción: Requiere de audacia, coraje y dar el primer paso. Controlar lo que se puede, primero a nosotros mismos. No sabemos cuál va a ser el efecto pero en las crisis se tienen que emprender pequeñas o grandes acciones creativas para no estancarse en la parálisis estéril.

Estos elementos se van trabajando simultáneamente porque la acción va descubriendo la visión y mantener la calma ayuda a la toma de decisiones acertadas.

Nos apoyamos en Jesús, el Maestro que no tenía donde reclinar la cabeza y no ofrece las certezas de la ley y el templo. Seguirlo implica ponerse en movimiento constante compartiendo su proyecto y su visión de justicia y amor misericordioso. Él era un líder en medio de la incertidumbre.

SER COMO UN FARO

«Un faro no va por ahí, corriendo por toda la isla, buscando un barco al cual salvar. Un buen faro, se asegura de siempre estar brillando y con su luz ayuda a otros a encontrar su camino»

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