POR LOS DERECHOS HUMANOS, SIN EXCEPCIÓN – Itaka-Escolapios Emaús

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Itaka-Escolapios Emaús

https://www.itakaescolapios.org

  1. Presentación

El sábado 24 de febrero de 2024, bajo el lema Por los derechos humanos, sin excepción, se celebró en Zaragoza el VI Encuentro para la Transformación Social de Itaka-Escolapios Emaús.

  • En el 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
  • A los 9 años de la propuesta de los Objetivos de desarrollo sostenible (ODS).
  • A los 5 años de la llamada del papa Francisco a conformar un Pacto global entre diferentes por una educación transformadora.
  • A 1 año de la aprobación de nuestro proyecto provincial de Presencia en el que nos comprometemos a dar respuesta a los retos que tiene la Humanidad.
  • Recién definido nuestro plan estratégico

¿Por qué este lema en este momento?

  • Porque así enriquecemos nuestra identidad narrativa, al contarnos como una organización que además de «resolver problemas que sufre la gente», defendemos juntas los derechos humanos de todas las personas y exigimos su cumplimiento.
  • Porque esta forma de contarnos fortalece nuestra propuesta de vinculación con todas las personas que participan en Itaka-Escolapios y enriquece nuestro mensaje más profético y transformador.
  • Porque esto nos conecta con los mejores esfuerzos de la humanidad por avanzar hacia un mundo más justo.
  • Porque nos alinea con los objetivos que se proponen las instituciones que deben ser garantes de estos derechos y dedicar recursos para ello.

¿Qué hicimos para preparar el encuentro?

  • Formarnos y reflexionar juntas sobre la potencialidad de este enfoque.
  • Analizar los proyectos de nuestras sedes desde el enfoque basado en derechos, los ODS y el Pacto educativo global.
  • Proponer vías de avance para cada proyecto.
  • Empezar a elaborar un mapa de proyectos en Emaús.
  • Consolidar los datos provinciales y sacar algunas conclusiones preliminares.

¿Cómo fue el encuentro?

Unas 200 personas que participamos en Itaka-Escolapios en nuestra provincia y algunas de la provincia de Betania, reflexionamos sobre nuestros proyectos desde el enfoque de los derechos humanos que defendemos, los ODS que impulsamos y el Pacto educativo global en el que estamos comprometidas.

El encuentro comenzó con una oración interreligiosa animada por la Comunidad de Santa Teresa, que nos recordó que es deseo del único Dios que los seres humanos vivamos con la dignidad con la que Él nos creó.

Desde el grupo de personas que este año desarrollan la propuesta de formación permanente y el área de apoyo a proyectos nos presentaron las conclusiones del trabajo realizado en cada sede de revisión de nuestros proyectos desde el enfoque de derechos.

Las personas jóvenes que participan en Itaka-Escolapios, animadas por el grupo Teranga de nuestra sede de Pamplona-Iruña, nos contaron sus experiencias de derechos conculcados y sus sueños de una vida mejor en la que sus derechos sean garantizados.

El trabajo posterior por pequeños grupos nos permitió compartir más nuestras experiencias y aportar ideas al borrador de manifiesto que trabajamos.

Después de una comida en fraternidad nos trasladamos a conocer los proyectos de la sede de Zaragoza. En un amplio recorrido por grupos pudimos comprobar la vitalidad de los proyectos de Itaka-Escolapios en esta sede: Movimiento Calasanz, Hogar Lar de acogida de jóvenes, la empresa de inserción y economía circular Le Damos La Vuelta, el proyecto de acogida de personas refugiadas Oikos, así como los proyectos Acompaña y Juntas, donde mujeres de diversos orígenes crecen y se apoyan mutuamente.

El encuentro concluyó con la celebración de la Eucaristía donde terminábamos como empezamos, dando gracias al único Dios y comprometiéndonos ante Él y la comunidad en la transformación de la realidad con la lectura del manifiesto final del encuentro.

Como cada vez que lo hacemos, este VI Encuentro, preparado con tanto cariño por el equipo de Zaragoza, fue otra oportunidad para recordar que es posible que personas de diferentes orígenes, diferentes religiones y diferentes formas de pensar nos unamos para defender juntas el sueño de Dios, un mundo justo y en paz donde los derechos humanos de todas las personas sean respetados, sin excepción.

Que esta publicación nos sirva para recordar lo vivido, retomar la reflexión y renovar nuestro compromiso.

  1. Testimonios de las personas jóvenes

Un momento muy especial del encuentro consistió en los testimonios de algunas personas jóvenes que nos contaron en primera persona su propia experiencia de vulneración de sus derechos.

Soy Asma de Marruecos, tengo dos hijas, la primera está en Marruecos y la pequeña está aquí conmigo.

Conocí Ikaskide hace tiempo a través de la trabajadora social, en un momento muy complejo de mi vida. Desde ese tiempo me han echado una mano tanto Marga, María y Roberto. Realmente estoy muy agradecida, ¡Gracias!

Pero viendo las diferentes realidades en otros sitios, veo que hay cosas que faltan en Ikaskide de Pamplona, por ejemplo, los pisos donde trabajar por el derecho a la vivienda, derecho a la educación en todos los niveles, cursos formaciones que requieren en laboral, muchas cosas que considero que son muy importantes para trabajar por los derechos humanos y que podrían realizarse aquí en Pamplona.

¡Gracias Ikaskide!

Asma E.

Cuando pienso en la vulneración de los derechos humanos, me vienen a la mente vulneraciones que se cometen lejos, en otros países. No suelo recordar que dormir en la calle, vivir con toda la familia en una misma habitación o tener que trabajar sin contrato también lo son. Que estas situaciones y otras muchas que se dan a mi alrededor, poniendo en riesgo la seguridad, la salud, la educación… de las personas, son también vulneraciones de los derechos humanos. Que estos derechos se vulneran cerca, a veces incluso en personas que conozco.

Por eso mismo, me doy cuenta de que desde donde estoy puedo trabajar por los derechos humanos. De que, de hecho, muchas personas a mi alrededor lo hacen cuando participan en proyectos sociales, ofrecen su tiempo para educar o se manifiestan por la paz y la justicia. De que, de alguna forma, todas las personas lo hacemos cuando trabajamos por construir un mundo en el que nos queramos tanto como nos quiere Dios.

Maddalen O.

La guerra me ha robado mis derechos, me ha robado casi todos, uno de mis derechos es derecho de educación lo que me imaginaba y que iba a tenerlo en cualquier lugar en este mundo, pero cuando llegaba a España no me imaginaba que iba a tener problemas para ir a cole como en el Líbano.

En el Líbano no me permitían ir al cole por la mañana, solo por la tarde, el turno de la mañana era oficial y su nivel de los estudios era alto mientras el turno de la tarde no era tanto, era oficial pero no vale nada. Durante este tiempo mis padres estaban buscando un colegio para mí con turno por la mañana pero era muy difícil, hasta que llegamos a una directora de una colegio y que ella sabe lo que yo estaba buscando es mi derecho, me dejaba entrar a su colegio.

Entré con muchas ganas, aunque todo fue difícil por el inglés, porque todo era en inglés y por estar mucho tiempo sin estudiar, pero me esforcé y lo aprobé. Estaba muy contenta, hasta que llegamos a un punto nuevo, en este punto yo tengo que dejar todo (mi cole, mi casa, mis amigos etc.) y viajar a España. La cosa no era poque no me gusta España sino era por dejar todo, dejar cosas que lo he tenido hace poco, pero había que viajar, por muchos motivos… Llegué a España con muchas ganas y muy segura que aquí voy a tener todos mis derechos, sin que tener que hacer mucha fuerza porque al final y al cabo mis derechos, hasta que llegaba el momento que yo tenía que ir a buscar un colegio para mí sin ningún tipo de ayuda, porque la organización ha dicho que no es su trabajo. Yo no sabía ni como se dice en español hola, y volvemos al punto de empezar, todos dijeron: no quedan plazas, pero sí que había poque el momento de llamar por móvil dijeron que sí, pero a la cara decían que no hay, hasta me dijeron que primero fuera a aprender español y después volviera. Buscar y buscar, y todo eso me recordaba a mis momentos en el Líbano, así 4 meses buscando un colegio para mí, hasta que mis padres fueron a la trabajadora social del barrio para que me ayudara. Esta sí me ayudó para encontrar una plaza en un instituto para mí.

Ya en el cole todo era difícil, yo no sabía hablar español mi nivel era cero y no había clases de apoyo para el español, tampoco podía comunicarme con mis compañeros. Terminó el año y me echaron del cole, me dijeron que ya tenía 18 años. La suerte que tuve, que había un colegio para mayores de 18 años donde se puede sacar la ESO/Bachillerato.

Yo llegué a Ikaskide mientras estaba en cole porque quería buscar un lugar donde me ayudaran con mis estudios y encontré Ikaskide, que además de con las clases, también me ayudaban con el castellano. Después tuve la oportunidad de ser voluntaria, fui monitora con los niños y niñas de la primaria, este punto me ha hecho feliz, y me dejaba sentir que tengo mucha suerte.

MI historia, la historia de Raghad, acaba casi con un final feliz, pero hay muchos jóvenes que han tenido el mismo problema, y la vida de muchos de ellos no acaba con un final feliz o porque la guerra u otras situaciones han matado a sus sueños (como muchos países Siria, Palestina, Sudán y Ucrania).

Raghad M.

Soy una chica de 27 años de nacionalidad peruana. Llegué en diciembre del 2019 cuando tenía 22 años.

Llegué a Pamplona con mucho miedo, la adaptación ya era complicada porque todo era diferente: el cambio de horario, las personas, la comida, el clima, todo era nuevo. Poco después empezó la pandemia, yo me sentí muy pequeña de mente, a mí alrededor sentía que la gente era muy preparada y sabía muchas cosas, empecé a desesperarme porque me sentía perdida.

Las personas que encontraba en los diferentes recursos eran amables, pero sentía que al final todo el mundo me cerraba las puertas. Se me hizo muy difícil aprender cómo funcionan las cosas aquí, el significado de empadronamiento y la accesibilidad al centro de salud, los estudios, etc. Otra cosa que se me hacía complicado era el idioma, aunque es verdad que vengo de un país que se habla el castellano, las palabras y la forma de expresarse aquí es distinto, recuerdo cuando empecé a estudiar después de 2 años y medio de haber llegado, me pasó que di un examen y me pusieron cero porque la profesora no entendía como explicaba la respuesta del examen.

En el único espacio donde encontré un poco de respiro, y me sentí querida y acogida, fue en Teranga, donde me junté con otros jóvenes en situaciones diferentes a la mía, pero que por circunstancias habíamos vivido cosas similares. Para mí fue muy importante, no solo por tener un espacio donde poder estar tranquila, sino también para poder tejer relaciones de amistad y no sentirme sola.

A día de hoy sigo en el grupo, y sigo preparándome para aprender mucho e intentar ser feliz.

Cuando hablamos de vulneración de derechos, me vienen a la cabeza muchos ejemplos, y algunos relacionados con el racismo. Un día cuando iba en la Villavesa (autobús) a estudiar, pasó algo de lo que nunca me voy a olvidar.

Una señora de raza negra con su bebé recién nacido quería subirse para ir a recoger a su hijo del colegio, pero el conductor no le dejaba porque «la Villavesa estaba llena» y aunque la gente gritaba al conductor que la parte de atrás estaba vacía, él hizo caso omiso hasta que se levantó una mujer y le dijo que la dejara pasar y eso hizo él.

Aunque parecía que todo se había arreglado dentro de la Villavesa había personas gritándole a la señora que debería irse a su país y que no tenía ningún derecho de estar en España, mientras otras personas la defendían diciendo que tiene todo el derecho y ella tampoco se quedó callada pues mencionó que por gente ignorante es que las personas no pueden vivir libremente.

Al final, algunas personas pusieron una reclamación al conductor y ella pudo ir a recoger a su hijo.

Esta en nuestra mano que estas situaciones no se repitan, y si se dan podamos intervenir defendiendo a las personas más débiles.

Genesis Z.

Testimonios sobre vulneración del derecho al trabajo:

https://youtu.be/7vAtueqWQ3Q

Testimonios sobre vulneración del derecho a una vivienda digna:

https://youtu.be/WUOEo258oTg

  1. Manifiesto final

POR LOS DERECHOS HUMANOS, SIN EXCEPCIÓN

Zaragoza, 24 de febrero de 2024

Nos hemos encontrado en Zaragoza más de 200 personas que participamos en Itaka-Escolapios para concienciarnos y reflexionar juntas sobre la importancia de defender todos los Derechos Humanos de todas las personas.

Hace 75 años se promulgó en París la Carta Universal de los Derechos Humanos que afirma que todas las personas, sin distinción, somos titulares de los mismos derechos y que los Estados y sus instituciones tienen la obligación de respetarlos y hacerlos cumplir.

Hoy en día, sin embargo, muchos de nuestros derechos y de otras muchas personas a nuestro alrededor, no son respetados, lo que impide desarrollar plenamente nuestras vidas. El derecho a migrar en libertad, a una vivienda digna, a una educación de calidad, a un trabajo digno y tantos otros, son limitados por fronteras infranqueables, por legislaciones restrictivas, por procedimientos interminables o por un sistema neoliberal que descarta a quien no le sirve y mercadea con los derechos fundamentales de las personas.

Es nuestro deber denunciar el incumplimiento de estos derechos y exigir a las instituciones que respeten y promuevan el cumplimiento de todos de los Derechos Humanos como garantía de una vida digna para todas las personas.

En 2015 las Naciones Unidas definieron 17 objetivos y 169 metas para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que para el 2030 todas las personas disfruten de paz y prosperidad. Son los Objetivos de Desarrollo Sostenible o la Agenda 2030.

Cuando apenas quedan seis años para llegar al horizonte marcado, son muchos los objetivos que están lejos de cumplirse, pero siguen marcando la dirección a seguir para transformar la realidad en términos de justicia y paz. A través de los proyectos de Itaka-Escolapios procuramos poner nuestro grano de arena en la consecución de estos objetivos y nos comprometemos a redoblar nuestros esfuerzos para que llegue un día en que podamos compartir la alegría de haber pertenecido a una organización que luchó por hacerlos realidad.

Más recientemente, en 2019, el Papa Francisco, pocos meses después de firmar con el Gran Imán de Al-Azhar en Abu Dhabi el documento Sobre la Fraternidad Humana, por la Paz Mundial y la convivencia común, hizo un llamamiento universal a toda la Iglesia y a todas las personas de buena voluntad, para conformar un gran Pacto Educativo Global con 7 compromisos para construir una alianza por una Educación Transformadora que dé lugar a un mundo de justicia, paz y fraternidad.

Itaka-Escolapios se adhirió desde el primer momento a este Pacto y seguimos empeñadas en profundizar en los 7 compromisos que ponen a las personas en el centro y rechazan la cultura del descarte.

Por todo ello, después de una intensa jornada de encuentro, diálogo y reflexión, queremos denunciar todas las violaciones de los Derechos Humanos y hacer público nuestro compromiso en favor de su respeto para todas las personas, así como la exigencia a todas las instituciones para que no olviden su obligación de garantizar, defender y promover su cumplimiento.

¡POR LOS DERECHOS HUMANOS, SIN EXCEPCIÓN!