¿Se sienten los jóvenes acogidos y reconfortados por la Iglesia? Lo que percibo en mi entorno es que muchos jóvenes no relacionan su fe y seguimiento de Jesús con el concepto social y generalizado de Iglesia, ya que su visión de la misma está profundamente distorsionada y la ven anticultural y estancada. Creo que el problema no es exactamente de la Iglesia, sino de cómo percibimos la Iglesia. La concepción de una Iglesia que nos es externa, de la que no somos parte nos aleja de la corresponsabilidad que deberíamos tener en su progreso.
Fomentar el sentimiento de pertenencia eclesial de los jóvenes permitirá que desde esa inclusión hagan suya la batalla por su actualización, fidelidad al mensaje e incluso mejora de la percepción que la sociedad tiene de ella. Si nuestra participación se limita al pequeño grupo cristiano y de fe en el que compartimos – los que lo tenemos – nos perdemos la universalidad del mensaje de Jesús, nos atrofiamos y perdemos la esencia. Estamos en una época de pluralidad, dejemos que la Iglesia sea reflejo de ello, ¿a qué tenemos miedo? Demos ese hueco a los jóvenes: “Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo que, si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.” Dejémosles ver que ellos son parte importante de la Iglesia, que su opinión y su vivir también cuenta, que la Iglesia es abierta y acogedora, es decir, que es dinamizadora del Reino.
Enrique Fraga