LA CONCIENCIA, SAGRARIO DE LA PERSONA RPJ 562Descarga aquí el artículo en PDF
Fernando Arriero
Paso 0. Ambientación
En el lugar en el que vamos a realizar la oración situaremos un cofre o una caja fuerte o una caja con un candado. En su interior pondremos unos papelitos (tantos como personas van a orar) con el siguiente texto:
«En lo más profundo de su conciencia descubre el hombre la existencia de una ley que él no se dicta a sí mismo, pero a la cual debe obedecer, y cuya voz resuena, cuando es necesario, en los oídos de su corazón, advirtiéndole que debe amar y practicar el bien y que debe evitar el mal: haz esto, evita aquello. Porque el hombre tiene una ley escrita por Dios en su corazón, en cuya obediencia consiste la dignidad humana y por la cual será juzgado personalmente. La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que este se siente a solas con Dios, cuya voz resuena en el recinto más íntimo de aquella. Es la conciencia la que de modo admirable da a conocer esa ley cuyo cumplimiento consiste en el amor de Dios y del prójimo» (Gaudium et Spes 16).
En torno al cofre ponemos algunas imágenes de diferentes tipos de abusos: laborales, económicos, físicos, sexuales, poder…
Paso 1. Hacemos silencio exterior y, sobre todo, interior durante unos segundos para tomar conciencia del encuentro orante que se va a vivir
La persona que guía la oración puede decir:
«Hay muchos tipos de abusos que se están dando en nuestros entornos. A veces, mucho más cerca de lo que nosotros pensamos. Abusos o acosos entre estudiantes, abusos o acosos cibernéticos, laborales, físicos, económicos, sexuales… Todos ellos han sido fuertemente criticados por el papa. Sin embargo, hay un abuso que se da y se ha dado a lo largo de la historia de la Iglesia de una manera descarada, aunque a veces ha contado con la justificación de las propias víctimas.
Nos referimos al abuso de poder –especialmente de los clérigos y religiosos– que ha derivado en un abuso de conciencia. Es decir, como los fieles laicos consideraban que el sacerdote o los religiosos estaban más cerca de Dios, se dejaban guiar y dirigir en sus decisiones sin ningún tipo de filtro. Vamos, que la obediencia ciega era el fundamento de esas relaciones. O incluso peor, personas supuestamente espirituales presionaban a sus “discípulos” en la línea de los propios intereses (o parecer) del guía.
Así lo explica el papa Francisco: “En este tiempo tenemos una gran tentación en la Iglesia, que es el ´acoso´ espiritual: manipular las conciencias; un lavado de cerebro teologal, que al final te lleva a un encuentro con Cristo puramente nominal, no con la Persona de Cristo Vivo. En el encuentro de una persona con Cristo, entran Cristo y la persona. No lo que quiere el ingeniero espiritual que busca manipular”.
Oremos hoy para que consideremos con mayor seriedad el inmenso milagro que se da en el encuentro con Dios en lo más profundo del corazón. Allí sucede lo más sagrado y nadie tiene el derecho de inmiscuirse en ese dialogo con Dios sin permiso nuestro.
Paso 2. Entramos al interior.
Escuchamos esta breve canción La libertad del Espíritu nace de la caridad de Kairoi y a medida que vayamos sintiéndolo nos unimos al canto: https://youtu.be/ktrjqaiexpu
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Paso 3. Se proclama la siguiente lectura del evangelio de Mateo (Mt 23,1-13):
«Entonces Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: “En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen. Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame rabbí.
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar rabbí, porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el reino de los cielos! Ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que quieren”».
Palabra del Señor
IMAGEN ISTOCK Post it con forma de corazón ISTOCK 1127997657
Paso 4. Tiempo de reflexión y compartir
«Se reparte un post-it a cada uno (si es posible en forma de corazón) y un bolígrafo. El que guía la oración (animador) puede explicar la dinámica de esta manera:
«Pocas palabras explicativas se pueden decir después de haber escuchado este texto tan directo de Jesús. Cualquier explicación casi que lo edulcoraría. Básicamente estos versículos nos recuerdan que hay una cosa peor que vivir de fachada hacia afuera intentando simular algo que no somos: que esa realidad supuesta perfecta la empleemos para que otros no puedan crecer o se sientan indignos o, peor aún, que les machaquemos con ella.
Eso mismo es lo que critica Jesús de los fariseos (que significa “separados”, por ser considerados socialmente como una élite espiritual/moral), a quienes denomina “hipócritas”, es decir, teatreros.
Desgraciadamente hoy también dentro de nuestra Iglesia —pero también fuera de ella— hay personas que tienen cierta tendencia a autoproclamarse como “referentes éticos o de santidad” y desde ese pedestal interfieren en la gestación de proyectos y decisiones sin permitir al propio interesado discernir con libertad en lo más profundo de su corazón.
Por eso, la oración de hoy será muy sencilla y muy libre. Cada uno toma conciencia de qué asuntos se están rumiando en estos últimos días o semanas en lo más profundo del espíritu, del alma, del corazón, de la conciencia. Y ahí permanece en diálogo con Dios.
En el momento que consideremos —y si lo deseamos— podemos escribir en el post-it algo de lo que ha surgido en el tiempo de silencio en nuestro diálogo con Dios: el tema de conversación, una palabra inspiradora, una frase, una imagen… A continuación, si se desea, se comparte en voz alta algo de lo escrito o una reflexión en torno a lo escrito.
Tras compartir en voz alta, levántate y toma un papel del cofre. Se trata de un texto de la Constitución Pastoral Gaudium et Spes sobre la Iglesia en el mundo actual firmada en el Concilio Vaticano II el 7 de diciembre de 1965.
Leemos con detenimiento en espíritu de oración ese texto y permanecemos rumiándolo y considerando lo que Dios quiere decirme por medio de él».
Paso 5. Peticiones de perdón y cierre del momento orante
Animador: Te pido perdón, Señor, cuando me he valido de mi formación religiosa para influir, presionar o manipular a otras personas que pretendían seguirte más y mejor. Señor, ten piedad.
Todos: Señor, ten piedad.
Animador: Cristo Jesús, perdona por las veces que me he dirigido a personas más jóvenes o con menos formación que yo sin humildad suficiente y hablando ex cathedra de manera dogmática, impidiendo que quienes me escuchaban acogieran con libertad su obligación de ofrecer su propia palabra o decisión. Cristo, ten piedad.
Todos: Cristo, ten piedad.
Animador: Señor Jesús, perdona mi manera sinuosa y mi doblez a la hora de buscar salirme con la mía, sin respetar la libertad interior de los demás y su conciencia. Señor, ten piedad.
Todos: Señor, ten piedad.
Animador: Oremos ahora, para terminar, todos juntos.
Todos:
Espíritu de la verdad y de la libertad,
No permitas que empleemos nuestras habilidades, destrezas, conocimientos, cualidades y dones para manipular a los demás y, muchísimo menos, para debilitar la relación que tienen contigo.
Que todo lo que nos has dado a cada uno de nosotros y a todos como grupo lo empleemos para ayudar a nuestros hermanos a desplegarse en libertad y responsabilidad en todos los frentes de la vida, por supuesto, también en el ámbito de la fe y la ética. Amén.