LA AMISTAD, UNA EXPERIENCIA DE SANTIDAD – Angela Adriana Nova García

Descarga este artículo en PDF aquí: La amistad, una experiencia de santidad

¿Qué tengo yo que mi amistad procuras? ¿Qué interés se te sigue, Jesús mío, que a mi puerta, cubierto de rocío, pasas las noches de invierno oscuras?

Lope de Vega

 

Porque ardo en sed de ti y en hambre de tu trigo,

Ven, siéntate a mi mesa, dígnate a ser mi amigo. ¡Qué prisa cae la tarde! ¡Quédate conmigo!

Himno Vísperas Jueves IV Semana

 

Los temores detenían mi canción

Un refugio no siempre salva la vida

Hoy no tengo miedo al caminar

Pues tú eres mi camino y compañía

Tu amistad hace libre al corazón

Juventud y amor son la verdad

Que iluminan mi sonrisa

Líderes voluntarios

Visita apostólica papa Francisco

 

Escribo este artículo como una oportunidad para extender mi voz desde la experiencia y aprendizaje en el caminar de la fe, el acompañamiento y formación, dentro de las dinámicas propias de la pastoral con jóvenes. Narro desde la gratitud e integridad que moviliza estar en constante búsqueda personal y comunitaria, afianzar e hilar lazos de amistad con sabores de santidad.

En ocasiones, minuciosamente me sorprende lo esencial del encuentro en las formas que la amistad florece. La amistad se pasea dentro y fuera de los escenarios estructurados que permean las relaciones sociales. Pero, sobre todo, ronronea de una manera más auténtica en el apostolado que emerge en las diversas acciones pastorales de líderes jóvenes, que reman mar adentro por dejar un mundo mejor.

En la multiplicidad de acciones pastorales con y para jóvenes, he profundizado en acompañar, diseñar, ejecutar procesos que favorezcan al desarrollo humano en la constante construcción de la integridad, con metodologías que busquen consolidar liderazgos basados en el servicio, afianzar valores en torno al porvenir, acoger y celebrar los sinsabores y sabores de la vida con espíritu pascual, fortalecer la toma decisiones a partir de convicciones que aporten al uso de la libertad responsable. En medio de esas apuestas personales y colectivas acontecen encuentros de amistad.

La experiencia del liderazgo basado en el servicio genera dos momentos:

  • El primer momento: jóvenes que voluntariamente emprenden búsquedas de espacios y lugares donde disponen de creatividad, iniciativa, esfuerzo, alegría y dedicación en torno al servicio; el servicio los llena de ideales más dicientes que los propios. Esa ruta de servicio exige progresivamente salir de la zona de confort impulsado a romper el egoísmo, la desconfianza, afianzando el sentido de justicia y solidaridad en búsqueda de un bien común. Evidentemente es un proceso de interioridad del joven, capaz de entregar las manos vacías para ser llenadas por un Dios que lo espera en los rostros e historias de otros. Los jóvenes abrazan con autenticidad todo lo que les permita ser.
  • Un segundo momento: la comunidad que acoge convirtiéndose en casa común. Acompaña e impulsa, no reprende o excluye, aconseja y orienta, el error como oportunidad para crecer en caridad, motiva, convoca, brinda espacios y experiencias de formación, designa responsabilidades, genera desafíos para asumir y resolver juntos. En comunidad se celebran los acontecimientos junto a la mesa; permite desarrollar la laboriosidad en cohesión con ese otro que igualmente ha sido llamado a la comunión. En comunidad nos dejamos vencer por Dios mismo. El servicio provoca encuentro para ser pan en aquellos que desean compartir las fragilidades humanas a la luz de la fe. De la calidez del encuentro brota la amistad, la amistad supera tiempo y distancia, es un continuo descalzarse para descansar.

La amistad es esencial en la experiencia de fe, Jesús ofrece una vivencia de amistad antes que una misión. Jesús respeta el ritmo de comprensión y asimilación de cada discípulo en torno al amor del Padre, generando un itinerario personal y transformador. La cotidianidad en Jesús es la oportunidad para hacer camino, escuchar, contemplar las desmotivaciones, incapacidades y temores. Esa convicción de sentirse amando y querer amar por el encuentro de amistad le permite al amigo ser discípulo dispuesto a dar la vida a causa del Reino.

La amistad con Jesús es trascendencia, es comunión dinámica que favorece a la maduración afectiva y espiritual, es una sucesión de encuentros y desencuentros que nos entrena en la templanza de actuar con serenidad y equilibrio en la tarea interminable de humanizarnos.

 

EMPAPADOS DE ALEGRÍA

En la mañana del 7 de septiembre del 2017 en Bogotá, su santidad el papa Francisco, desde el balcón del palacio cardenalicio, se daba cita en la plaza de Bolívar, lugar que en repetidas ocasiones convoca al pueblo colombiano por diferentes eventos o protestas propias de las dinámicas sociales. Sin embargo, en ese instante asistían miles de jóvenes de diferentes rincones de Colombia, con un corazón alerta y deseoso de escuchar al vicario de Cristo. Francisco nos contagió con una ternura narrativa y fuerza admirable para transmitir situaciones vitales e impregnar respuestas a la luz del Evangelio.

El mensaje del papa Francisco en la plaza de Bolívar trazaba coordenadas dicientes para ahondar y comprender la dinámica de encuentro entre aquellos que abrazan la fe:

  • El Señor no es selectivo, no excluye a nadie.
  • La alegría es signo del corazón que ha encontrado a Jesús.
  • La valentía de reconocer y acoger el sufrimiento y vulnerabilidad del otro.
  • El encuentro no es rutina ni indiferencia.

El papa presenta la cultura del encuentro como un espacio de proximidad, desde tomar un café hasta sentirse parte de algo grande que une y trasciende. Es decir, que integra las creencias, valores, costumbres, comportamientos y formas de relacionarse, comprendiendo la unidad como algo concreto, vivencial, denunciando los ambientes de incredulidad que impiden avanzar en las relaciones sociales y culturales. La cultura del encuentro adquiere precisión en clave de amistad.

Me permito enriquecer la reflexión de la amistad con Jesús como experiencia fundamental del ser. Desde la belleza de los documentos del magisterio e intervenciones del papa, a propósito de la JMJ Panamá 2019 y la exhortación Chistus Vivit.

  1. Concilio Vaticano II. Mensaje del Concilio Vaticano II a los jóvenes.

«La Iglesia os mira con confianza y amor… Miradla y veréis en ella el rostro de Cristo, el héroe verdadero, humilde y sabio, el Profeta de la verdad y el amor, el compañero y amigo de los jóvenes».

  1. Documento de Aparecida.

«El adolescente busca una experiencia de amistad con Jesús» (DAp 442).

«Los jóvenes son sensibles a descubrir su vocación a ser amigos y discípulos de Cristo. Están llamados a ser “centinelas del mañana”» (DAp 443).

EMPAPADOS DE ALEGRÍA

En la mañana del 7 de septiembre del 2017 en Bogotá, su santidad el papa Francisco, desde el balcón del palacio cardenalicio, se daba cita en la plaza de Bolívar, lugar que en repetidas ocasiones convoca al pueblo colombiano por diferentes eventos o protestas propias de las dinámicas sociales. Sin embargo, en ese instante asistían miles de jóvenes de diferentes rincones de Colombia, con un corazón alerta y deseoso de escuchar al vicario de Cristo. Francisco nos contagió con una ternura narrativa y fuerza admirable para transmitir situaciones vitales e impregnar respuestas a la luz del Evangelio.

El mensaje del papa Francisco en la plaza de Bolívar trazaba coordenadas dicientes para ahondar y comprender la dinámica de encuentro entre aquellos que abrazan la fe:

  • El Señor no es selectivo, no excluye a nadie.
  • La alegría es signo del corazón que ha encontrado a Jesús.
  • La valentía de reconocer y acoger el sufrimiento y vulnerabilidad del otro.
  • El encuentro no es rutina ni indiferencia.

El papa presenta la cultura del encuentro como un espacio de proximidad, desde tomar un café hasta sentirse parte de algo grande que une y trasciende. Es decir, que integra las creencias, valores, costumbres, comportamientos y formas de relacionarse, comprendiendo la unidad como algo concreto, vivencial, denunciando los ambientes de incredulidad que impiden avanzar en las relaciones sociales y culturales. La cultura del encuentro adquiere precisión en clave de amistad.

Me permito enriquecer la reflexión de la amistad con Jesús como experiencia fundamental del ser. Desde la belleza de los documentos del magisterio e intervenciones del papa, a propósito de la JMJ Panamá 2019 y la exhortación Chistus Vivit.

  1. Concilio Vaticano II. Mensaje del Concilio Vaticano II a los jóvenes.

«La Iglesia os mira con confianza y amor… Miradla y veréis en ella el rostro de Cristo, el héroe verdadero, humilde y sabio, el Profeta de la verdad y el amor, el compañero y amigo de los jóvenes».

  1. Documento de Aparecida.

«El adolescente busca una experiencia de amistad con Jesús» (DAp 442).

«Los jóvenes son sensibles a descubrir su vocación a ser amigos y discípulos de Cristo. Están llamados a ser “centinelas del mañana”» (DAp 443).

«La amistad con Jesús es inquebrantable. Él nunca se va, aunque a veces parece que hace silencio. Cuando lo necesitamos se deja encontrar por nosotros (cf. Jr 29,14) y está a nuestro lado por donde vayamos (cf. Jos 1,9). Porque Él jamás rompe una alianza» (154).

«Propongo a los jóvenes ir más allá de los grupos de amigos y construir la amistad social, buscar el bien común. La enemistad social destruye. Y una familia se destruye por la enemistad. Un país se destruye por la enemistad. El mundo se destruye por la enemistad. Y la enemistad más grande es la guerra» (169).

«La amistad y las relaciones, a menudo también en grupos más o menos estructurados, ofrecen la oportunidad de reforzar competencias sociales y relacionales en un contexto en el que no se evalúa ni se juzga a la persona. La experiencia de grupo constituye a su vez un recurso para compartir la fe y para ayudarse mutuamente en el testimonio. Los jóvenes son capaces de guiar a otros jóvenes y de vivir un verdadero apostolado entre sus amigos» (219).

«Es verdad que la palabra “vocación” puede entenderse en un sentido amplio, como llamado de Dios. Incluye el llamado a la vida, el llamado a la amistad con Él, el llamado a la santidad» (248).

El llamado del amigo

«La potencia de la vida y la fuerza de la propia personalidad se alimentan mutuamente en el interior de cada joven y lo impulsan a ir más allá de todo límite. La inexperiencia permite que esto fluya, aunque bien pronto se transforma en experiencia, muchas veces dolorosa. Es importante poner en contacto este deseo de “lo infinito del comienzo todavía no puesto a prueba” [160] con la amistad incondicional que nos ofrece Jesús. Antes de toda ley y de todo deber, lo que Jesús nos propone para elegir es un seguimiento como el de los amigos que se siguen y se buscan y se encuentran por pura amistad. Todo lo demás viene después, y hasta los fracasos de la vida podrán ser una inestimable experiencia de esa amistad que nunca se rompe» (290).

Exhortación apostólica Christus vivit.

La juventud de la Iglesia

«Jesús tenía una confianza incondicional en el Padre, cuidó la amistad con sus discípulos, e incluso en los momentos críticos permaneció fiel a ellos» (31).

«Jesús se hace presente en esas cruces de los jóvenes, para ofrecerles su amistad, su alivio, su compañía sanadora» (83).

«Si alcanzas a valorar con el corazón la belleza de este anuncio y te dejas encontrar por el Señor; si te dejas amar y salvar por Él; si entras en amistad con Él y empiezas a conversar con Cristo vivo sobre las cosas concretas de tu vida, esa será la gran experiencia, esa será la experiencia fundamental que sostendrá tu vida cristiana» (129).

En amistad con Cristo

«Por más que vivas y experimentes no llegarás al fondo de la juventud, no conocerás la verdadera plenitud de ser joven, si no encuentras cada día al gran amigo, si no vives en amistad con Jesús» (150).

«La amistad no es una relación fugaz o pasajera, sino estable, firme, fiel, que madura con el paso del tiempo. Aunque los amigos pueden ser muy diferentes entre sí, siempre hay algunas cosas en común que los llevan a sentirse cercanos, y hay una intimidad que se comparte con sinceridad y confianza» (152).

«Los discípulos escucharon el llamado de Jesús a la amistad con Él. Fue una invitación que no los forzó, sino que se propuso delicadamente a su libertad: “Vengan y vean” les dijo, y “ellos fueron, vieron donde vivía y se quedaron con Él aquel día” (Jn 1,39). Después de ese encuentro, íntimo e inesperado, dejaron todo y se fueron con Él» (153).

Jornada Mundial de la Juventud Panamá 2019

En la XXXIV JMJ Panamá 2019, con cercanía, jovialidad e integridad del pastor que vive y celebra una amistad profunda con Jesús y un amor entrañable por la Iglesia, el papa Francisco con profunda sencillez, ilustraba lo esencial del encuentro en la vida de la sociedad.

Discurso de acogida y apertura JMJ Panamá 2019

«Ustedes, queridos amigos, han hecho muchos sacrificios para poder encontrarse y así se transforman en verdaderos maestros y artesanos de la cultura del encuentro. Ustedes en esto se transforman en maestros y artesanos de la cultura del encuentro que no es “hola qué tal, chau”; sino que nos hace caminar juntos. Con sus gestos y actitudes, con sus miradas, sus deseos y especialmente con su sensibilidad desmienten y desautorizan todos esos discursos que se concentran y se empeñan en sembrar división, en excluir o expulsar a los que “no son como nosotros”».

Vigilia con los jóvenes

«Así lo vivió Nirmeen en la Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia. Se encontró con una comunidad viva y alegre, que le salió a su encuentro, le dio pertenencia, por lo tanto, identidad, y le permitió vivir la alegría que significa ser encontrada por Jesús».

Encuentro con las autoridades, el cuerpo diplomático y representantes de la sociedad civil

«Panamá, punto de encuentro donde jóvenes provenientes de los cinco continentes, cargados de sueños y esperanzas, celebrarán, se encontrarán, rezarán y reavivarán el deseo y su compromiso por crear un mundo más humano».

Encuentro con los voluntarios

«Ustedes han querido dedicar su tiempo, su energía, recursos, a soñar y armar este encuentro. Podrían perfectamente haber optado por otras cosas, ustedes quisieron comprometerse. Esa palabra que la quieren borrar “compromiso”. Eso los hace crecer, eso los agiganta».

Cuánta vigorosidad y verdad nos matiza el magisterio, la tarea que enmarca la vida de los jóvenes en la Iglesia. Nos indica seriedad y decisión al salir al encuentro de tantas situaciones de jóvenes atrapados en la soledad, sumergidos en el sinsentido, atemorizados por un futuro incierto, fragmentados en las dificultades propias de la cultura del descarte, vencidos por un sistema económico que busca la individualización antes que el desarrollo humano. La fuerza del pecado legitimado en las estructuras sociales y políticas bajo la sombra de la corrupción, la delincuencia, el abuso de poder, la pobreza, la infinidad de rostros de violencia que representan lógicas mediáticas del mundo globalizado. Esas realidades que conforman la construcción de lo real hacen que la persona humana, se ausente, ocultando la mirada y el interés de lo esencial de la experiencia cristiana, la acción salvífica de Dios en medio de la historia personal. De ahí la urgencia y pertinencia de promover cultura del encuentro, donde su fin último sea la dignidad de la persona.

Necesitamos una Iglesia descaradamente fraterna, deseosa de acoger las veces que sean necesarias, para llenar de momentos, de historias, de encuentros la vida de Evangelio. Para celebrar en la mesa, ser amigos de Jesús.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  • Celam, Documento de Aparecida, Aparecida, 2007.
  • Fierro Valbuena, A., Ética y juventud, Bogotá 2018.
  • Francisco, Exhortación Apostólica Postsinodal Christus Vivit, Roma, 2019.
  • López Baeza, A., Imágenes y profecías de la amistad, Santander, 1993.
  • Olivera B., Amistades trasfiguradas, amigos y amigas por el reino, Madrid, 2000.
  • Pardos M. J., Otero H., Claves, mensajes y propuestas del Papa Fracisco a los jóvenes del mundo, Madrid, 2018.
  • Tolentino Mendoza, J. Ningún camino será largo, para una teología de la amistad, Madrid, 2013.

OTRAS REFERENCIAS