Jesús y sus seguidoras – Miguel Jaimes

Hoy, es muy común que las figuras públicas como políticos, cantantes, actores y deportistas tengan miles y millones de seguidores en las redes sociales como Instagram o twitter. El primer lugar lo ocupa Barack Obama expresidente de USA tiene más de 109 millones y lo siguen las artistas Katy Perry y Rihanna con 108 y 93,6 millones respectivamente. El Papa Francisco tiene más de 17 millones en twitter y   6,5 millones de personas que visitan sus publicaciones diarias en Instagram. 

Todas estas personalidades tienen un poder de influencia muy alto en la opinión y el pensamiento de la gente especialmente de los jóvenes.

La pastoral juvenil esta llamada a formar discípulos misioneros que construyan la civilización del amor haciendo una opción vital por el seguimiento de una persona: Jesús de Nazaret y su estilo de vida. Este seguimiento tiene unas semejanzas y unas diferencias con respecto a lo que sucede con las redes sociales en el siglo XXI.

¿Que implica el discipulado?

En el griego profano, mathetés es la persona que se vincula a otra para apropiarse de sus conocimientos y experiencias: un aprendiz, un estudiante. En tiempos de Jesús, los discípulos buscaban al Maestro de la ley que los orientara y los instruyera es su camino de fe hasta convertirse en Maestros. Era un seguimiento temporal que le daba entrada al discípulo a la clase dirigente religiosa desde el momento que dominara los ritos, lenguajes, normas y leyes que fundamentaban el comportamiento de los judíos.

Además, era una alternativa exclusiva de los hombres porque las mujeres no tenían acceso a esa posibilidad dentro de una estructura patriarcal y machista. Llama la atención que en las estadísticas de las redes sociales actuales son mujeres del espectaculo, las que convocan a un mayor número de personas en el mundo.

Jesús, un maestro contracorriente

Jesús de Nazaret se distancia de los Maestros de la ley en ese contexto sociocultural. El Señor no niega las leyes religiosas y culturales pero llama la atención sobre la dignidad de la persona. El seguimiento del Maestro Jesús tiene características propias como las siguientes:

La llamada: La expresión «ven y sígueme» es propia del Señor, como en el caso de Pedro y de Andrés (Mt 4,19) o en el de la llamada de Leví (Mc 2,14). Estos pasajes están marcados por la iniciativa de Jesús.  Por tanto, los discípulos siempre se unen a Jesús por iniciativa de él, lo que los diferencia de los discípulos de los filósofos o del talmid rabínico.

La entrega: El seguimiento supone una entrega sin reservas de toda la existencia (Mt 10,34-39), para toda la vida. La relación entre Jesús y sus discípulos constituye una situación permanente: los discípulos están ligados a la persona de Jesús por la fe y la obediencia.

La igualdad: El acaba con las separaciones existentes entre puros e impuros, pecadores y cumplidores de la ley. Llama, para que lo sigan, a hombres y mujeres que no podrían satisfacer las condiciones de la comunión con un Maestro de la ley. Jesús tenía amistad cercana con varias mujeres y les enseñaba como a Martha y Maria. 

El servicio: Jesús hace un llamado a sus seguidores como a los pescadores al servicio del Reino demostrando su «encarnación» y su sensibilidad utilizando imágenes de la realidad. Invitaba a sus discípulas y discípulos a anunciar el Evangelio y actuar en nombre suyo para sanar y liberar al pueblo oprimido.

Una iglesia con la participación activa de las mujeres

El pueblo seguía a Jesús. La buena noticia estaba destinada a todos los que quisieran acogerla y escucharla. “El que tenga oídos que oiga”. El Maestro Jesús sin tener cuenta en twitter o Instagram o otras redes sociales, lo seguían cientos de personas. Y le interesaba que su mensaje de vida llegara a todos y todas.

Las mujeres seguían a Jesús, desde Galilea a Jerusalén, le servían, escuchaban y veían lo que él decía y hacía. No huyeron cuando lo detuvieron, permaneciendo fieles y arriesgando sus propias vidas: fueron al sepulcro, lo encontraron vacío y, porque creían y permanecían siendo fieles, se convirtieron en las primeras testigos de la Resurrección. Seguidoras de principio hasta el fin.

En la iglesia y en la pastoral juvenil, se necesita avanzar en una mayor participación de las jóvenes mujeres en los espacios de decisión. He conocido en mi proceso de crecimiento en la fe, compañeras que se destacan por su liderazgo, sabiduría, sensibilidad y compromiso dando testimonio de su seguimiento fiel a Jesús.

El Señor Jesús, sigue llamando a hombres y mujeres. De ellas, he aprendido con palabras y hechos acerca de la gratitud, la gratuidad, el cuidado de la creación, nuevas concepciones de Dios y la lucha por la igualdad de sus derechos. No la han tenido fácil en un contexto social que sigue excluyéndolas e incluso violentándolas pero continúan con valentía abriendo nuevos caminos en la iglesia y la sociedad para alcanzar el sueño de Jesús: Un mundo igualitario, justo y solidario.

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA: Las discipulas de Jesus. Ana María Tepedino