JAMES HERRERA, EL RECOMENDADO – José M.ª Martínez Manero

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José M.ª Martínez Manero

mtzmanero@hotmail.com

Hace bien poco, era entrevistado en estas páginas el joven músico católico Pablo Sanz. Al finalizar la entrevista se le pedía el nombre de algún artista católico que quisiera recomendar: «Os voy a recomendar a James Herrera, hace música con sonidos muy modernos y con temáticas muy variadas. Tanto explícitamente católicas como otras de amor o de otras temáticas humanas. Creo que les puede gustar mucho a los jóvenes» (RPJ, n.º 564, página 36).

Pablo Sanz, para no dejar por mentiroso al Génesis, ha descubierto el poder recibido de nombrar las cosas. Y que al hacerlo con música su experiencia de relación con el Creador fragua con fuerza inusitada; Dios, con su palabra, es armonía en el caos. Para él, la memoria de lo que Dios va haciendo con su barro es «mi tesoro». Pero, a diferencia de Gollum, necesita contar y cantar «lo que Dios hace en mí». Y la música le facilita, además, llegar a mucha gente.

Pablo tendrá futuro. Se parece a ese cristiano «místico» del que hablaba Rahner. Sabe que hay que ir a la «fonte que mana y corre», y que ella es el tema social por excelencia. Todo lo demás, añadidura. El ser se dice de muchas formas, dice la filosofía. Y si del Ser se trata, ni te cuento. Por eso, amor al prójimo, lucha por la justicia social, oposiciones… para Pablo son otras tantas posibilidades de cantar al Dios encarnado en salida misionera.

Los educadores tenemos mucha responsabilidad, dice. No podemos echar mano de cualquier música para salir del paso. Ni andar pendientes de la lista de moda, como ya avisa Timoteo, «por el prurito de oír novedades porque no se soporta la doctrina sana» (cf. 2Tim 4,3).

Pues edifica en la Roca, Pablo Sanz quiere una casa comunión entre músicos que, en camino sinodal, acompañen y empujen los primeros pasos de tanto talento a nuestro alrededor. Siempre sobre la base del respeto a la música genuina, sin muletas, la que por sí sola mueve y hace vibrar el corazón. Nos recomienda a James Herrera.

James Herrera se presenta

Ahí se le puede ver (jamesherrera.net) a este joven madrileño que va con el siglo, en amplia foto, en medio de un campo de espigas verdes y apretadas, que anuncian generosa cosecha, como una espiga más, mirando al alto azul que da cobertura y marca contraste para formar un todo. Y en esta imagen de presentación, su nombre bien visible y subrayado en medio de la foto, como recordándonos aquel «hagamos al hombre a nuestra imagen» para que cuide del jardín, casa común.

A pie de foto, la leyenda DEJA QUE LA MÚSICA HABLE, en mayúsculas. Como corresponde al pueblo de la oración Shemá (Escucha). La Palabra nos precede siempre. Dios es música «acordada», así que la armonía nos precede también siempre.

Se presenta él mismo como cantante, productor musical y compositor. Ya en la infancia le va cogiendo el gusto en los karaokes de reuniones familiares, cantando a Mecano y otros ídolos de los 90. Los grandes maestros de la música española se convertirán en su fuente de inspiración. Ya adolescente, compone para su pareja «expresando todo lo que llevaba». Y es esa pasión la que le conduce a componer para sí mismo y para otros.

Colabora actualmente con grandes profesionales de la industria que «me ayudan a potenciar al máximo mis ideas». Un equipo creativo que busca inspiración en lo más genuino para que cada sonido, preñado de sentido, ofrezca “«una experiencia musical ÚNICA».

Nos narra sus hazañas… hasta ahora: cantar en Telecinco (Sálvame Deluxe), actuar en el musical Skate Hero, en la sala Galileo Galilei varias veces, y, recientemente, en el evento Narnia de Aranjuez ante 5.000 jóvenes.

El miedo me come

También cuenta entre sus hazañas las 120.000 vistas en YouTube de esta canción. En este canal definen a James como «un cantante madrileño con música en el corazón. Las letras y la voz con sentimiento hacen ver que su música sale de adentro».

En la canción nos cuenta y canta, entre el susurro y el grito agudo con sordina, que ya no tiene fuerzas «pa´ na´». El miedo a fallar, «sacar una mirada de buena vibra hacia los demás», supone mucho peso a soportar. El hambre de más le paraliza. «Siempre como más de lo que puedo masticar»; mastica ahora el miedo que le come. «Y así no puedo tenerme». Pero ya en el tercer verso adelantaba: «Y aunque no tenga (fuerzas) no voy a parar». Eleva los ojos y pide al cielo remontar vuelo por encima del mar, «que me ayude a hablar de lo más hondo de mí… y que lo escuche la gente». No puede quitarse del corazón esta «mala ilusión». Perdida la razón, ya no la encuentra por ningún lado, pero el miedo no le va a comer las ganas de vivir. «No quiero perderlo todo en nada. No me van a parar».

Ecos en la red: «¡Qué bonita canción y cuánto transmite!». «Temazo, hermano, dale duro que llegarás lejos». «Sigue adelante… tú eres un guerrero, llegarás muy lejos». «Tienes madera, impresionante». «Esta canción es la única que me hace olvidar mis problemas».

Vaho

Mezclando vibras de rock con elementos modernos, Vaho apremia a despegar, aunque las condiciones de visibilidad sean igual a cero. Pues, «aunque no pueda ver, puedo ver el norte y allí voy a volver. No quiero esperar a que todo esté acabao. Voy a despegar con las ventanas de vaho». Lanzarte a la aventura de buscar ser tú puede ser aterrador, pero solo así saldrás del angosto mundo de sombras de la caverna y elevarte hacia la luz.

El videoclip oficial de Vaho se mueve con nerviosismo, apremiante también, entre la habitación claustrofóbica, con ventana espejo, donde gesticula el cantante con gafas de ciego, abrazado a un palo de escoba por guitarra, y el inmenso espacio abierto del aeropuerto de Madrid en el que un avión sobrevuela al artista que canta, esta vez sí, acompañándose de su guitarra eléctrica.

Puedes encontrar todas sus canciones en la Playlist Esto es James Herrera’.«