Una alegría que no depende de las circunstancias, ni de las personas. Una alegría profunda que brota de una fuente inagotable. Una alegría que es don. Una alegría que es regalo y fruto de la presencia del Espíritu en nosotros.
No es un falso optimismo. No es una actitud ingenua e inconsciente. No parte de una mirada irreal del mundo y las personas. Más bien al contrario. ES un optimismo que se sustenta en la Resurrección. Es una actitud que brota de la entrega. Es una mirada desde el amor de Cristo.
No busquemos tanto el placer, el éxito, la felicidad mundana. Abramos nuestro corazón al Espíritu y estemos alegres, verdaderamente alegres.
Un abrazo fraterno – @scasanovam
La entrada La alegría que viene de dentro (Jn 16,20-23a) se publicó primero en Santi Casanova.