En medio de tanta desolación, de tanta pobreza, de tanta soledad, de tanta enfermedad, de tanto cansancio… sólo me brota levantar a ti las manos, Señor. Porque sé que nuestro dolor es el tuyo. Sé que tú velas por tus hijos y que te desvelas pensando en nuestro sufrimiento.
Y te pido que prepares mi corazón para devolver a manos llenas tanto bien como he recibido. Ojalá sepa estar a la altura.
Un abrazo fraterno – @scasanovam
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