Son días de dolor global, de dificultades mundiales, de conciencia de humanidad, aunque sea a base de golpes, camillas, virus, UCIs y confinamientos.
Un mundo que se había olvidado de su «ser criatura» y que había dado la espalda, en buena medida, a su Creador; mira ahora hacia el cielo buscando respuestas. Alguno las encuentra. Otros sólo encuentran silencio y sinrazón.
Ojalá todas las naciones, todos los pueblos, todos los hombres y mujeres, tomen conciencia de su finitud, de su pequeñez, y, a la vez, de la grandeza maravillosa de ser obras del Dios Amor.
Ser criaturas de Dios no nos hace inferiores. En nuestra finitud y en nuestra limitación, Dios nos ha dado categoría y nos ha hecho a su imagen. Alabemos a Dios. Demos gracias. Postrémonos a sus pies.
Un abrazo fraterno – @scasanovam
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