Felices los que os acompañamos – Fran Beunza

Lo que oímos y vimos después de pasar un fin de semana con chavales de bachiller:

Quitarse la coraza, caminar sin la armadura. Vulnerable, con posibilidad de ser herida pero más ligera, ágil, ingrávida… Exponerse para sobreponerse.

Pedir perdón, generar un cambio personal poco a poco decisión, a decisión, sentir la dependencia pero también la necesaria independencia de ser auténtico.

Reconocerse salvada por el amor de las amigas. Un amor firme, incondicional, inquebrantable pase lo que pase.

Sentirse agradecido, llamado a ser como personas admirables a las que se ha conocido ayudando a los demás.

Sentir la desproporción entre lo que das y lo que recibes, el infinito espacio que a veces nos separa y tener la sensación de que nunca podrás recorrerlo porque se te ha dado tanto.

Dejarse decir, escuchar, también esa fe que muchas veces no entendemos, ese misterio que se hace presente en una confidencia, en una sonrisa, en una palabra, en una foto, en un recuerdo, en un momento…

Contar anécdotas, reírse de uno mismo-a, repasar troleos varios y compartir tanta alegría que brota de la naturalidad de la vida

Confiar los unos en otros, decir si cuando lo fácil es decir no, visitar a quien ha perdido a alguien todas las semanas por pura generosidad.

Sostener el amor en una amistad cuando no se está recibiendo nada  a cambio o incluso se está recibiendo negatividad, estar ahí porque esa persona se merece ese amor aunque ella no lo sepa…

Aprender de una enfermedad, de una mala relación, aprender a ser uno mismo en medio de los demás, caerse y levantarse de verdad, una y otra vez…

Reconectar, recargar el espíritu, descubrir que hemos construido la casa sobre Roca  y también sobre arena. Que podemos seguir cimiento a cimiento, palabra a palabra construyendo otro mundo mejor a cada rato, que en grupo se vive mejor

Emocionarse repasando la propia historia, sentir las alegrías y las tristezas de la propia. Sentir como la tristeza se hace pequeña cuando se comparte, provocar que laalegría se multiplique cuando se saca a relucir…

Llevan el tesoro de la fe en vasijas de Barro. Acaban el campamento con ganas de fiesta, deseando una alegría mayor como signo de que muchas cosas buenas han pasado. Y acompañar todo esto, propiciarlo un poco aunque sea…¡¡Felices los que os acompañamos!!

Jesús respondió: —Id a informar a Juan de lo que oís y veis: [5] los  ciegos recobran la vista, los cojos caminan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y los pobres reciben la Buena Noticia del reino de Dios (Mateo 11, 4-6)

 

Han experimentado este trocito del evangelio y no lo intuyen, pero algún día…¡¡lo sabrán del todo!!