¡Qué propuesta tan interesante! ¡No me digáis que no suena bien! ¡Tiene su punto chic, top, fashion, interesante, glamuroso… misterioso…! Examinar espíritus…
El caso es que, durante el día, y más allá de las 24 horas que dura una jornada, es verdad que siento que me mueven muchas cosas. ¿Nunca habéis tenido intuiciones que os llevan a tomar determinadas decisiones? ¿Nunca habéis sentido la necesidad de decir o hacer algo? ¿Nunca os ha pasado que habéis necesitado esconderos, guardar velas, como empujados por un terrible miedo a padecer? ¿Nunca se os han pasado cosas por la cabeza ilusionantes… o, a veces también, tristes y faltas de esperanza? ¿Nunca habéis tenido ganas de tirar la toalla? ¿O de jugaros la vida por algo? Pues eso… espíritus varios que, cual vientos, llegan a nuestra vida y nos zarandean para aquí y para allá. Vientos que nos sugieren caminos que parecen correctos… o no.
Examinar es sinónimo de discernir. Quiero que sea mi palabra de 2019: DISCERNIMIENTO. Porque uno no puede dejarse llevar sin más. Porque la vida acabaría en la cuneta. Hay que oponer fuerzas a algunos vientos y ponerse a favor de otros. La cuestión es: ¿cómo acertar? No hay fórmulas mágicas. Podemos equivocarnos, claro que sí. Pero cuanto más cerca de Jesús estemos a la hora de discernir y cuanto más cerca de Jesús nos lleve el viento… más posibilidades de acertar. Oración, silencio, buenas compañías, comunidad, sacramentos, descanso, trabajo ofrecido, repaso del día en la noche… y adelante.
Examinemos espíritus. No vaya a ser que nos posean aquellos que nos llevan a la perdición.
Un abrazo fraterno – @scasanovam