¿ESTRENAS?Descarga aquí el artículo en PDF
M.ª Ángeles López Romero
Hola, ¿estrenas año? ¡No hace falta que lo jures! Se ve nuevecito y te sienta fenomenal. Ah, ¿que te aprieta un poco en la cintura? Normal: si es que todos nos pasamos con los dulces en Navidad… Pero ya verás cómo, con un poco de disciplina, se adaptará a ti como un guante.
Los años nuevos son magníficos para batir las propias marcas personales y explorar nuevos caminos, físicos y mentales. De esos que te llevan a lugares donde aún no habías estado y te descubren objetivos vitales que, de repente, lo dotan todo de sentido. Porque, no, no me refiero a apuntarte otra vez al gimnasio o hacer promesas que sabes que no cumplirás. Me refiero a viajar al lugar más exótico que se puede encontrar: tu interior. Y a hacerte allí un auténtico explorador, espíritu crítico en mano.
Sí, ya sé que ha habido veces que te han decepcionado, y te han entrado ganas de devolverlos. Pero con los años no pasa como con las compras en Amazon o El Corte Inglés: no se admiten devoluciones. Por eso es importante pensar bien qué hacer con su materia prima, el tiempo, y darle un buen uso. Nada de desperdiciar los días viendo una serie de Netflix detrás de otra y vagueando en el sofá; ni de correr tanto que se nos pasen volando, siempre con la lengua fuera, sin posibilidad de reflexionar y recapacitar si es necesario. Que cuando uno se da la oportunidad, en esta vida, incluso, fíjate lo que te digo, se puede rectificar.
¡Con la de cosas que se pueden hacer con un año nuevo! Que no se trata de salir de fiesta el primer día y andar el resto del año recuperándonos de la resaca, no. Hay que vivir cada estación con ojos tan nuevos como el propio año, para que te maravillen las flores que nacen en primavera como si surgieran por primera vez de la tierra; que el calor del verano y el frío del invierno no te irriten, porque es lo que toca. Y los colores anaranjados y amarillentos del otoño te descubran que el atardecer de la vida puede ser tan rico en matices y aprendizajes como la juventud. Porque sí, el año nuevo, siento decírtelo, también a ti, por joven que seas, te hace más viejo.
Únicamente tienen un defecto los años nuevos: que, en cuestión de doce meses, se te quedan completamente obsoletos y debes relegarlos, nunca mejor dicho, al baúl de los recuerdos.
Ojalá sepamos hacer de estos 365 días un álbum de experiencias enriquecedoras. Ojalá lo sean no solo para nosotros, sino que contribuyan de algún modo, aunque sea mínimamente, a mejorar la vida de otras personas. Ojalá ese álbum reúna caras nuevas, que nos aporten diversidad y riqueza cultural, que nos ayuden a pensar en colectivo y nos enseñen a escuchar. Ojalá dejemos de mirar un rato a las pantallas y contemplemos la belleza divina del mundo, que se renueva para nosotros y pone el contador a cero una vez más y ojalá que muchas más, cada mes de enero.
Y tú, ¿vas a estrenar el año como Dios manda o te dejarás llevar por la monotonía y la desesperanza?
Feliz 2025.