ESPANTAPÁJAROS- Joseph Perich

Joseph Perich

Erase una vez un espantapájaros en un campo de trigo. Su tarea era espantar los pájaros que quisieran comerse los granos de trigo antes de la cosecha. El payés lo había vestido con ropa vieja y fea.

Se le acerca un gorrión para decirle:

-Déjame coger trigo para mis hijos, que están pasando hambre.

El espantapájaros le responde:

Puedes arrancar mis dientes que son granitos de trigo. Antes de irse, el gorrión le da un beso en su frente de calabaza.

Se le acerca un conejo: Tengo hambre!–le dice. Esta vez le ofrece su nariz de zanahoria. Cuando se fue el conejo el espantapájaros quería cantar de alegría pero no tenia boca, ni nariz para oler el perfume de las flores. Pero estaba contento.

Poco a poco, va dando todo lo que tenía. A un gallo, le da sus ojos, que eran granitos de maíz; a un pobre, su ropa…

Por último, llega un pobre niño que buscaba comida para su madre, le dijo el espantapájaros:

 –Te doy mi cabeza, que es una sabrosa calabaza.

El espantapájaros se quedó tan sólo con los dos palos en forma de cruz que había atado el agricultor. Lo había dado todo.

Reflexión:

¿Alguien se atreve a decir que la corta vida del espantapájaros fue un fracaso?

¿Alguien se atreve a decir que el espantapájaros ha dejado de existir?

¿Este espantapájaros te recuerda a alguien?… Es más, posiblemente te sientas protagonista de esta historieta. Más de una vez en tu entorno habrás sentido lo que sintió el gorrión, el conejo, el gallo,… o incluso habrás interpretado la donación del espantapájaros. ¡Enhorabuena! Estás en condiciones de vivir una Cuaresma que culmine en Pascua de Resurrección.

En un cartel de la pared de la Casa Infantil (Shishu Bhavan) de Calcuta se puede leer:

*Si haces el bien, te acusaran de poseer oscuros motivos egoístas. Aunque sea así, tú haz el bien.

*La sinceridad y la franqueza te hacen vulnerable. Aunque sea así, tú sé sincero y franco.

*Aquello que has construido en muchos años puede ser destruido en una sola noche. Aunque sea así, tú construye.

 *Da al mundo lo mejor que tengas y si a pesar de todo te golpearan. Aunque sea así, da al mundo lo mejor que tengas.

Solamente llegan a ser plenamente nuestras aquellas cosas que hemos dado gratuitamente.

 Que en esta Cuaresma podamos comunicar a nuestro entorno el mensaje que recientemente nos daba el reconocido periodista Agustí de Semir:

¡Tan solo soy un aprendiz de Jesús de Nazaret!