ESCUCHAR EL CORAZÓN, PARA PONERLO A FUNCIONAR – Juan Carlos de la Riva

Etiquetas:

ESCUCHAR EL CORAZÓN, PARA PONERLO A FUNCIONARDescarga aquí el artículo en PDF

Juan Carlos de la Riva

juancarlosdelariva@escolapiosemaus.org

En el momento de sentarme al teclado tengo reciente la publicación de la encíclica Dilexit nos, del papa Francisco, dedicada al amor humano y divino del corazón de Jesucristo. Nuevamente me siento agradecido de recibir estas reflexiones de parte de un corazón sin duda muy cercano al de Cristo, como es el de Francisco. 

Y me parece especialmente significativo para el tema que nos ocupa, del acompañamiento, todo el primer capítulo dedicado a definir qué es el corazón. Lejos de ser un mero capítulo introductorio, encontramos aquí un profundo planteamiento de antropología cristiana, en diálogo con otras antropologías, y apoyado en la Escritura. Y creo que un buen acompañante debe manejar este concepto de corazón que aquí se desarrolla. 

Efectivamente, el/la acompañante será tanto mejor en su oficio cuanto más ayude a la persona a contactar con su corazón, con su centro. La mayor parte de las dificultades en la vida vienen de esa falta de contacto con lo profundo de nosotros mismos. Ese centro es protagonista en todo acompañamiento, y la entrevista será el camino para llegar a él. «Pareciera que lo más íntimo es también lo más lejano a nuestro conocimiento» dice Francisco en el punto 10, reflejando así esta dificultad para vivir desde el corazón. Y cita en el punto 9 a san Juan Pablo II: «En la sociedad actual el ser humano “corre el riesgo de perder su centro, el centro de sí mismo”. El hombre contemporáneo se encuentra a menudo trastornado, dividido, casi privado de un principio interior que genere unidad y armonía en su ser y en su obrar».

Este número de RPJ quiere ofrecer esta herramienta precisamente indicada para esto, escuchar el corazón para ponerlo a funcionar. Y el funcionar del corazón no es otro que el amar. 

Más adelante desarrollará Francisco, a partir del punto 18, la estrecha relación entre vivir desde ese centro y la capacidad de amar del ser humano. «Vemos así cómo se produce en el corazón de cada uno esta paradójica conexión entre la valoración del propio ser y la apertura a los otros, entre el encuentro tan personal consigo mismo y la donación de sí a los demás. Solo se llega a ser uno mismo cuando se adquiere la capacidad de reconocer al otro, y se encuentra con el otro quien puede reconocer y aceptar la propia identidad».

Te invitamos, por tanto, a disfrutar de este número que quiere ser un pequeño manual de cómo hacer de la entrevista de acompañamiento ese espacio sagrado, ese entrar descalzo en el santuario profundo de la persona, ese ayudar a que la propia persona entre también. Desde ahí, la persona acompañada será capaz de «unificar y armonizar tu historia personal, que parece fragmentada en mil pedazos, pero donde todo puede tener un sentido» (DN10). Y descubriremos juntos que nuestra profunda identidad es ser en salida hacia los otros: «Solo se llega a ser uno mismo cuando se adquiere la capacidad de reconocer al otro, y se encuentra con el otro quien puede reconocer y aceptar la propia identidad» (DN18).

Y llegar al corazón será también llegar al lugar de aceptación de la amistad con Dios en Jesús, que me ama con un amor infinito: «solo el Señor nos ofrece tratarnos como un tú siempre y para siempre. Aceptar su amistad es cuestión de corazón y eso nos constituye como personas en el sentido pleno de la palabra» (DN25). Esto es lo que convertirá un acompañamiento humano, que ya de por sí es muy valioso, en acompañamiento «espiritual».

Con humildad ofrezco en uno de los artículos centrales (Del «¿Quedamos?» al «Te acompaño») un mínimo resumen de todo lo aprendido en el seminario de acompañamiento vivido de la mano de Lola Arrieta, carmelita Vedruna, de quien son deudoras todas mis reflexiones sobre la entrevista. Ojalá sea un aperitivo para que busques formación en sus propuestas del equipo Ruaj, que descubrirás en la sección Inspírate. También de su mano disfrutaremos de la reflexión de Gemma, integrante de dicho equipo, en su artículo Cuando el acompañamiento se hace proyecto. Una mediación en la escuela.

Oscar Alonso, buen conocedor de la experiencia de acompañar, nos ayuda con su reflexión en Acompañantes, expertos escuchantes. Os recomiendo también las reflexiones sobre la escucha que nos regalan Marita Osés (Te escucho para que te veas), Miriam Subirana (Habilidades que favorecen acompañar desde una presencia transformadora), Almudena Colorado (Encantada de conocerme) e Inma Luque (Dejar que el otro sea). 

Y, por último, agradecer la colaboración de Jesús Sastre, quien ha formado a tantas personas en el arte de acompañar. Nos ilumina en este ministerio en especial con las personas LGTBI+. 

¡Que disfrutes de este número, y que sigas acompañando y siendo acompañado!