Agradecemos de corazón el habernos invitado a participar de esta edición con esta entrevista. Mi nombre es Silvana Ramos Franco, llevo diez años de matrimonio y soy mamá de tres hijos. Me encargo de dirigir, coordinar y asignar los contenidos para la página del proyecto desde hace aproximadamente siete años.
¿Cómo nace la propuesta de Catholic Link?
Yo entiendo a Catholic Link desde una llamada particular, el hacer apostolado. Pero un apostolado que no solo comunica la buena nueva, sino que te dice que todas estas enseñanzas se pueden vivir en tu día a día.
El proyecto nació hace diez años aproximadamente. En el 2009, Mauricio Artieda, director y fundador del proyecto era profesor de religión. En cada clase se preguntaba cómo poder unir estos temas tan elevados de la fe, con lo que sus jóvenes alumnos vivían en su día a día. Poco a poco fue descubriendo en material audiovisual principalmente (comerciales, películas, caricaturas, etc.), temas que podían servir como punto de partida para abrir un diálogo catequético interesante. Diálogos que tenían que ver con todo lo que les pasaba a esa edad (la adolescencia, la juventud).
Un amigo sacerdote le recomendó que fuera almacenando todo este material en un blog. A través de comerciales, fotografías, caricaturas, Catholic Link fue pasando de ser un blog repositorio de estos recursos a, primero, una página donde los agrupábamos por temas y además ofrecíamos un artículo o un comentario a modo de ayuda para poder utilizar estos recursos en catequesis, clases de religión, conversaciones, etc. Hoy en día Catholic Link ha crecido de una manera hermosa, tenemos una página con una infinidad de recursos audiovisuales, incluso de producción propia para ser utilizados como recursos apostólicos; tenemos una presencia en redes sociales muy grande y además una academia, Catholic Link Academy, donde tenemos muchísimos cursos para la formación en la fe siempre con esa mirada de unir la fe con la vida.
¿Qué claves les han llevado a la visibilidad que tienen en la actualidad?
Me atrevería a decir, que no solo yo sino todos los miembros de equipo vemos esto como un llamado. Todos los miembros del equipo estamos comprometidos con la evangelización digital y para esto hemos querido profesionalizarnos lo más que podemos.
La formación en la fe y la formación profesional en lo que hacemos (marketing de contenidos, administración, creación de contenidos, ilustración, diagramación, edición, etc.) creo que nos han conducido hasta aquí. Mauricio Artieda es una persona muy creativa, muy organizada y ejerce un liderazgo muy positivo en todos los miembros del equipo. El formarnos continuamente y estrechar nuestra relación con Dios es un compromiso que como equipo tenemos. Es algo que se ha dado naturalmente.
Somos de distintas espiritualidades de Iglesia, y esto lo consideramos un gran valor ya que, siendo parte del mismo cuerpo, podemos ofrecer distintas perspectivas y acentos en lo que hacemos. Y si bien Mauricio es el director del proyecto, todos consideramos que nuestro gran jefe es Dios, trabajamos para Él.
¿Qué nuevos retos se plantean de cara a un futuro?
Además de estar siempre pendientes de las nuevas tendencias y los sucesos actuales, el proyecto va orientándose hacia la formación en la fe con una mirada existencial. Lo que queremos ofrecer son cursos que conecten con tu vida cotidiana, que puedas ser capaz de vivir las enseñanzas de Iglesia, las enseñanzas de Cristo en el día a día y además puedas comunicárselo a los demás. Somos de alguna manera apóstoles formando apóstoles. Un apostolado en donde nos reconocemos frágiles, vulnerables y con una gran necesidad de los demás.
¿Alguna experiencia especialmente significativa que les anime a seguir comprometidos en este ámbito?
Trabajar en Catholic Link es una alegría. El día a día está lleno de bromas, de buen humor. Nos conocemos muy bien y somos amigos en Cristo, nos queremos mucho.
Me atrevo a hacerles una confesión. En este camino que llevamos ya diez años muchos de nosotros (sino todos) hemos sufrido crisis a nivel personal, incluso crisis de fe. Te imaginarás lo difícil, pero a la vez lo real, que es estar en un proyecto de evangelización digital y ¡tener crisis de fe! Creo, sin duda alguna, que estas crisis, este habernos sentido tan frágiles y a la vez sostenidos por la gracia y misericordia de Dios, ha hecho que nos comprometamos con este proyecto a un nivel muy personal. Comprendiendo incluso de una manera más cercana el sufrimiento de los demás.
Catholic Link, es nuestro trabajo y también nuestro llamado. Y estaremos aquí mientras Dios lo permita.
¿Cómo valoran la presencia de la Iglesia católica en el mundo digital? ¿Estamos suficientemente presentes?
Creo que la presencia de la Iglesia es cada vez mayor. Y esto es muy bueno y hermoso. Hay muchísimos proyectos de evangelización digital, pero también muchos de estos proyectos no prosperan o rápidamente son abandonados. En este sentido un buen discernimiento es necesario antes de lanzarse a abrir una red social o un proyecto que luego se queda a medio camino.
El mundo digital es efectivamente ese «nuevo espacio», ese «nuevo continente», pero hay que entender a través de un discernimiento personal si estamos llamados o no a desplegar el apostolado en este lugar. En realidad, creo que todo cristiano debe ser signo en el lugar que esté. Pero hablando de proyectos formales de evangelización digital, creo que es algo que no debería ser tomado a la ligera. Sino ser pensado, discernido, rezado y preparado lo más comprometidamente posible.
La posibilidad de impacto es muy grande. Aprender a comunicar en este espacio es todo un arte, sobre todo aprender a comunicar el amor. Cuántas veces vemos tanto enfrentamiento incluso dentro de los mismos miembros de la Iglesia. No es algo sencillo. Aún queda camino por recorrer, necesitamos una evangelización digital comprometida y para distintos intereses personales: creyentes, no creyentes, personas que rechazan a la Iglesia… Creo que el discernimiento de un proyecto de evangelización digital necesariamente tiene que preguntarse para quién estará dirigido y prepararse para hablar a ese público y también escucharlo.
Descarga aquí el artículo en PDF RPJ 545 – Noviembre 2020 – Catholic Link – Adrián Pisabarro
¿Creen que el Evangelio está llegando a los jóvenes por este medio? ¿Qué experiencias destacan en evangelización digital en relación con el público más juvenil?
Alguna vez escuché que a internet y a las redes no se les puede pedir más de lo que ellas pueden dar. Este es un medio, un lugar importante a través del cual nos llega muchísima información y de todo tipo. Es un lugar de búsqueda (y encuentro también).
Muchos jóvenes buscan, y encuentran, respuestas sobre sus preguntas de fe. En este sentido es importante preocuparse como proyecto digital de estar bien posicionado en los motores de búsqueda para que lo primero que encuentre alguien que no sabe mucho de la fe, sea algo positivo, fundamentado y no algo erróneo o que confunda. El tomarse en serio todo lo que implica un proyecto de evangelización digital, incluye esto. Puede ser que a través de tu proyecto muchos se encuentren por primera vez con la Palabra de Dios.
La juventud es digital, son nativos digitales. Es aquí donde van a hacer sus primeras investigaciones sobre ¡cualquier tema! Desde relaciones afectivas, cuestiones de trabajo, problemas sociales, intereses personales… La evangelización digital tiene un rol importantísimo que cumplir con los jóvenes en este espacio.
Nos pasa que lo que escribimos, o los recursos audiovisuales que utilizamos son muchísimas veces recursos «del mundo» (canciones, comerciales, noticias, eventos de personajes de la farándula, etc.) con los que los jóvenes conviven. De pronto les presentamos algo que impacta, proponemos preguntas que de pronto no se habían hecho al respecto, y esto creo que invita al joven a que empiece a pensar por sí mismo, a reflexionar cosas, lo impulsa a que busque un poco más allá de lo que tiene. Pero es solo un primer paso.
¿Cómo implicar más a los jóvenes católicos a hacer presente el Evangelio en las redes?
Como te decía. Los más jóvenes naturalmente están en este espacio. Han nacido con esta tecnología. Creo que mientras la vida de fe de un joven católico hable con su vida cotidiana, mientras encuentre que sus aspiraciones e intereses no están divorciados de ninguna manera de la Palabra, sino que esta más bien los ilumina y los eleva, es muy probable que muchos (como ya lo están haciendo), empiecen a lanzarse a hablar del Evangelio a través de los medios digitales: blogs, podcast, contenidos en redes sociales, Yotube, etc. Es muy hermoso ver cómo cada vez van saliendo proyectos tan innovadores, tan conectados con lo que viven los jóvenes y que abren puertas para encontrarse con la Palabra de Dios en distintos ámbitos.
Internet y el mundo digital son un gran lugar para comunicar la Palabra de Dios, pero nunca olvidemos que la conversión al final no depende de nosotros, apenas somos unos pequeños mensajeros, que además de transmitir el mensaje necesitamos vivirlo cada vez más comprometidamente. La conversión de quienes nos leen, nos ven o nos escuchan depende de Dios y de esa respuesta en libertad que cada uno dé.
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