» Mi vida, mi experiencia, mi camino y mi fe no sería lo mismo sin la música…»
Hola soy Luis Guitarra. Llevo bastantes años tocando la guitarra y yendo a muchos sitios a compartir lo que vivo y lo que siento, cantando canciones. Y por supuesto que mi vida, mi experiencia, mi camino y mi fe no sería lo mismo sin la música. Desde los seis años llevo cantando y desde los catorce tocando la guitarra. Mi primera canción la escribí a los quince y eso me ha hecho ir yendo por unos caminos y teniendo unas experiencias muy determinantes y muy fundantes. Yo pertenencia a una parroquia, primero estuve en el coro de los niños y luego de los jóvenes, luego me encargué del coro de los niños y luego del de los jóvenes dirigiéndolo. Y paralelamente a ese proceso de vida y de crecimiento interior pues iba haciendo mis primeras canciones, e indudablemente la música ha estado siempre ahí modelándome por dentro y haciéndome que sacara de la forma artística las cosas que veía y las cosas que creía que eran importantes para mí.
Una de esas canciones importantes para mí es Desaprender la guerra. La empecé a escribir justo en febrero de 2003, cuando empezaba la guerra de Irak. Es una canción que canté mucho en ese momento, es una canción de la que se hizo un video muy difundido, unos materiales para trabajar en los colegios para la educación para la paz y la sensibilización. Y luego estuvo durante años sin cantarla. Por eso ha sido muy triste y muy penoso tener que recuperarla por esa guerra que ha estallado casi 19 años después de que yo escribiera la canción. Ojalá que ahora que la tengo que volver a cantar, ojalá nos sirva para darnos cuenta de que tenemos que desaprender todo aquello que nos separa, todo aquello que nos produce y nos provoca el conflicto y todo aquello que nos empobrece como humanidad.
Todas las causas sociales necesitan de música, necesitan de la reflexión, del arte, que haga ver las dificultades que tenemos muchas veces para ser capaces de abordarlas. La música es una herramienta fantástica para hacernos entender las cosas que no entendemos, aunque nos las expliquen muy despacio. La música y el arte saltan el filtro de la razón y se meten directamente en el corazón, y esto hace que aquello que nos cuenta el artista resuene en nosotros de un modo especial. Los jóvenes son grandes consumidores de música, y para ellos, para los niños, para los adolescentes, la música es siempre una buena noticia.
Cuando uno llega a una clase con una guitarra, sin necesidad de cantar ni de hacer nada, pues ya se provoca la siesta. Yo tengo la suerte de que con la música y con los jóvenes trato mucho, casi semanalmente me reúno con distintos grupos: hago unas charlas para segundo de bachillerato donde la música es como el hilo conductor, y para reflexionar sobre las lecciones vitales, el momento en el que están, el momento de elegir qué voy a hacer con mi vida. Es un espacio de una hora y cuarto donde empiezo cantando y termino cantando y por medio canto otras dos canciones; el medio es momento para hacerles preguntas, para escuchar lo que ellos piensan sobre la vida, y para hacerles entender que es importante saber desde dónde vamos a tomar las decisiones que vamos a tomar y cuáles van a ser esas decisiones, porque en los momentos cruciales eso es esencial, saber lo que vamos a elegir para nuestra vida y saber desde dónde lo vamos a elegir.
Clarísimamente los jóvenes tienen una interioridad y de profundidad como la tenemos cualquier persona, sea joven, sea adulta, sea anciana. Esa necesidad de espiritualidad, de encontrarse por dentro, verse por dentro… está ahí. Todos los jóvenes también la tienen, y con la música se llega a ese interior muy fácilmente. Paralelamente a esas canciones que les ayudan a crecer por dentro, escuchan otras canciones que aparentemente son justo lo contrario, llenas de contravalores, de indiferencia a lo interior, a todo lo que es espiritualidad. Pero así a veces somos las personas, que tenemos que buscar en lo bueno y en lo no tan bueno. Aunque yo estoy convencido de que cualquier persona cuando descubre las cosas que le hacen bien, sabe elegirlas, sabe darse cuenta de qué es lo que me hace bien, y qué es lo que no me hace bien. Ahí está el mundo, que nos ofrece muchas cosas. No nos tiene que preocupar tanto que escuchen cosas que puedan serles perjudiciales, sino que también escuchen cosas que les puedan ayudar, y estar cerca de ellos para que ese encuentro se produzca.
Ahora mismo la sociedad, no solamente los jóvenes, está bombardeada por el mundo digital, por el mundo virtual, que es algo que te saca de ti mismo, y te lleva a otra realidad que no es la realidad vital de las personas, sino que es algo mucho más ajeno aunque le dedicamos mucho tiempo. 
La música es una fantástica manera de que se produzca el encuentro entre las personas y entre las personas y Dios.
¿Qué canción recomendarías? Muchos educadores a mi me expresan que utilizan muchas de mis canciones, diferentes canciones, para abordar distintas situaciones y diferentes temas. últimamente varios me han comentado en los distintos encuentros en que he hablado con estos educadores usan mucho la canción “En lo profundo” que es una canción que te anima a mirarnos por dentro, a mirar cuáles son los deseos profundos que todas las personas tenemos aunque a veces no sepamos ni que los tenemos. La verdad es que muchas de mis canciones las utilizan y para mi es una alegría, porque si una canción puede servir a otro. Si algo que yo he hecho porque resonaba en mí, por una necesidad mía o por una necesidad grupal de profundizar en algo, si hace que otra persona u otra comunidad también resuene y le provoque ese mismo sentimiento, pues para cualquier creador eso es una cosa fantástica.
Autor o canción que recomendaría. Me atrevo a decir que cualquier músico sirve para trabajarla, porque de todo se puede sacar otras buenas. Pero por daros nombres, creo que de Alvaro Fraile se puede usar cualquier canción, que sin ser explícitamente religiosas nos llevan a experiencias profundamente religiosas. Por ejemplo Anda levántate, que se la escribió a su hijo pequeño, y cualquiera pudiera creer que está abordando un tema religioso, pero no es así. También hay canciones muy bonitas de Sakin, un cantautor gallego, de Migueli, de Brotes de Olivo, un grupo que a mi me encanta, me hace encontrarme con Dios. Muchas posibilidades para ese encuentro y para ese crecimiento interior.
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